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Sobre el paro docente: algunos antecedentes

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 19.11.2014

parodeprofesHe leído varias críticas de parte de algunos sectores políticos al paro que más de 40 mil docentes están llevando a cabo a lo largo de todo Chile, cuestionando por diversas razones su legitimidad. Sin afán de entrar a pelear con dichos sectores (porque la verdad es que no me interesa), me gustaría poner de relieve algunos datos que son de conocimiento público y que sirven para entender el actual proceso de movilizaciones que están llevando a cabo los docentes en distintas partes del país. También, pero de manera más breve, me gustaría manifestar mi opinión frente a todo lo que está pasando actualmente en el gremio, a la luz de los datos expuestos.

El 8 de agosto de este año se establece un protocolo de acuerdo entre el MINEDUC y el Colegio de Profesores (que se puede leer aquí) en el que se proponen algunas soluciones a algunos de los puntos de la llamada “agenda corta”. De los cinco puntos que conforman la agenda corta (i.e.: paso a planta de los profesores a contrata, incremento del Ingreso Mínimo Docente, fin al agobio laboral, bono de incentivo al retiro y solución a la deuda histórica), el protocolo sólo ofrece soluciones concretas a tres puntos: la titularidad de los profesores a contrata, el incremento del IMD y el incentivo al retiro. El documento también señala cosas muy vagas en torno al agobio laboral, que tienen relación con mayor fiscalización (es decir, nada). En cuanto al incremento del IMD, la medida señalada en el protocolo no especifica si corresponde al sueldo bruto o al sueldo líquido, por lo que deja lugar a una serie de ambigüedades. Sobre el incentivo al retiro, este fue considerado insuficiente por los profesores. Finalmente, sobre la deuda histórica, el documento no señala nada. El 19 de agosto se realiza un plebiscito a lo largo del país en el que, por las razones ya señaladas y por otras más, se rechazó el protocolo de acuerdo por un margen de cerca del 10% (el detalle está acá).

El 8 de septiembre, el Colegio entrega al MINEDUC una carta en la que se reafirman los 5 puntos de la agenda corta y se expresa la disposición de continuar con las negociaciones a este respecto (la carta se puede leer acá). Posteriormente, el 26 del mismo mes, se lleva a cabo una asamblea nacional extraordinaria en la que se acuerda continuar las negociaciones con el MINEDUC, y en caso de que estas fuesen insatisfactorias, se advierte una convocatoria a paro nacional (detalles).

El 8 de octubre comienzan las negociaciones con el MINEDUC para discutir una nueva Política Nacional Docente y para evaluar soluciones a los puntos planteados en la agenda corta del Magisterio. Durante todo este mes no hay ninguna respuesta satisfactoria a las demandas levantadas por los docentes, por lo que el 24 de octubre emana un comunicado desde el Colegio en el que se convoca a un paro nacional para el día 29 de octubre, y en caso de no prosperar las negociaciones en torno a la agenda corta, carrera profesional docente y desmunicipalización, se convoca a un paro para los días 5 y 6 de noviembre. Si luego de esto no hay ninguna solución satisfactoria, se convoca a paro indefinido a partir del día 10 de noviembre (ver detalle acá, en los puntos 4, 5 y 6).

El paro del 29 de octubre se lleva a cabo efectivamente, de la misma forma que el paro de los días 5 y 6 de noviembre. Lo que ocurre después es más o menos conocido: el presidente del Colegio de Profesores recibe un llamado de un funcionario del MINEDUC en representación de la subsecretaria de Educación. El Ministerio ofrece solución inmediata a dos de los puntos de la agenda corta (aumento del IMD e incentivo al retiro), propuesta que se aprueba en la asamblea nacional del colegio el 7 de noviembre, deponiendo de esta forma el llamado a paro indefinido. Según la propuesta, el resto de los puntos de la agenda serían discutidos en una mesa de negociación (y creo que hartas experiencias tenemos que nos demuestran lo que eso significa: diluir la discusión indefinidamente).

Lo problemático de esta propuesta es que nos deja más o menos en una posición similar a la que estábamos en agosto cuando decidimos rechazar el ofrecimiento inicial del MINEDUC (ver protocolo de acuerdo más arriba), sin lograr avances sustantivos en nuestras demandas. En ese sentido, la decisión tomada por los delegados en la asamblea nacional pasa por alto el sentir de los profesores y da cuenta, una vez más, de que la estructura que posee el Colegio de Profesores dificulta la expresión de la voz de los docentes. Hace unos días, Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT e integrante del directorio del Colegio de Profesores, señalaba en Twitter lo siguiente: “Todo mi respaldo @jaimegajardo en tiempos donde intencionada “rebelión de las bases” pretenden vulnerar institucionalidad de @MagisterioNac”. Yo no veo en esta “rebelión de las bases” (no me gusta ese nombre pomposo que los medios le han puesto a esta legítima expresión de descontento) una intención de vulnerar la institucionalidad del colegio: lo que veo son profesores que están cansados de que las dirigencias del Colegio atornillen para el otro lado. Lo que están haciendo los profesores que están movilizados hoy a lo largo de todo Chile es muy simple: hacer valer lo que se acordó en un plebiscito a nivel nacional hace unos meses atrás. Es un ejercicio democrático que va más allá de entregar un voto y desdecirse, sino que es un ejercicio democrático que consiste en hacerse cargo políticamente de las decisiones que se toman, y participar activamente por la consecución de demandas históricas que han sido postergadas durante años. No se trata de “hacerle la pega a la derecha”; ni siquiera se trata de echar a Gajardo porque a mi parecer aquí hay un problema político mayor que tiene que ver con la estructura del Colegio y su democracia interna. Se trata de tomar conciencia de que la fuerza reside en nosotros y de que tenemos las manos para pelear por lo que nos parece justo. Porque, a fin de cuentas, la democracia es algo que se construye y se ejerce en el cotidiano, dentro de las aulas pero también fuera de ellas.

Por todo lo anterior, apoyo el paro docente y desde el corazón y la convicción envío un abrazo cariñoso y rebelde a todos los profesores que se encuentran hoy en lucha a lo largo de todo el país.

* Mauricio Díaz González, Profesor de Lenguaje y Comunicación y Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas.

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