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Bello Futuro: La resistencia del relato

Por: admingrs | Publicado: 25.11.2014

bello futuroNuestra historia se conforma de relatos, de historias que nos cuentan nuestras abuelas, nuestras madres, nuestros padres, los libros, las fotografías, la televisión. Nuestra historia entremezcla los puntos de vistas de otros, la selección de lo que quiere ser recordado por otros, la versión de los sucesos de otros. Nuestra historia se construye también desde nuestras vivencias, de nuestros recuerdos, de los hechos que nos marcaron. Nuestra historia personal forma parte de nuestra historia como país.

La dictadura militar, a pesar de no estar tan lejos en la línea de tiempo, sigue siendo un tema que nos asusta. Está presente, claro, pero cuesta que se remuevan nuevas cosas y lo lamentable es que las historias que no se cuentan quedan en el olvido, porque es mejor olvidar cuando se tiene todo en contra y hablar se convierte en un ejercicio que revive dolores.

Con la idea de transformar esto y poner la bandera de la memoria como pie de lucha, se planta en escena la obra de teatro “Bello Futuro” de la Compañía de Teatro Síntoma. Bajo la dirección de Paula González y la guionización del dramaturgo Gerardo Oettinger se pone en acción a cinco mujeres trabajadoras de CEMA Chile en la década de los 80’.

La idea y la narración se armó con el testimonio de siete mujeres que trabajaron en esa época en las sedes de Centros de Madres dirigidas por Lucia Hiriart.  En la obra se puede ver reconstituido el espacio en donde las costureras se desenvolvían, tanto por los elementos escenográficos como por la recreación de la atmósfera, pues al inicio se escucha durante algunos minutos solamente el monótono e incansable sonido de las máquinas de coser.

La trama que dura una hora relata cómo las voluntarias de CEMA Chile deben enfrentarse a las contradicciones de querer conservar su trabajo y al mismo tiempo luchar contra las nuevas reglas que se les imponen para el funcionamiento de la sede, espacio que para ellas es mucho más que el lugar que les da un sustento económico, sino también donde encuentran amistad y apañe y que poco a poco se ha ido transformando y utilizando para elevar la imagen del Régimen Militar en la población y en el país, en especial la de la tan odiada esposa del dictador.

 

El relato como resistencia

Es muy cierto que gran parte de la historia que conocemos tiene como protagonista la voz de los hombres y es por eso que los relatos de vida, luchas y triunfos femeninos son tan poco conocidos, quedando regelados a experiencias secundarias y de menor importancia.

Paula González al presentar la obra lo primero que hace es resaltar la importancia del relato como forma de resistencia, la necesidad que tenemos como país de traer al presente las memorias que nos rodean y no conocemos.

Paula González al presentar la obra lo primero que hace es resaltar la importancia del relato como forma de resistencia, la necesidad que tenemos como país de traer al presente las memorias que nos rodean y no conocemos.

Bajo esa premisa es que esta obra nos recuerda la relevancia que tuvo la mujer en la población durante esa época y como los espacios en donde encontraron una oportunidad no sólo de lograr un mínimo sustento económico, sino también de fortalecer lazos, fueron de a poco siendo cooptados por la Dictadura, transformados, desarticulados y usados para promover su ideal de mujer: sumisa, obediente, temerosa, callada y desvivida hasta el punto de olvidarse de sí misma por la familia, el hogar y el futuro.

CEMA Chile es una institución que supo mantenerse a base de imposición y de manipulación, haciendo de las sedes lugares con condiciones de trabajos precarios y explotadores, quitándole el carisma de contención que tenía e imponiendo una forma de relación y visión de vida que hoy vemos reproducida a diario: trabajar como máquinas olvidándonos que somos human@s que nos conectamos con más gente, que necesitamos conversar, despejarnos y frenar un momento. Esta obra expone como con intervenciones como esta se va eliminando el sentido de comunidad en la vida diaria.

Levantar trabajos desde las vivencias de mujeres que no estuvieron el la línea más combativa, pero que por supuesto vivían a diario las mismas injusticias de todos los sectores más pobres y golpeados del país, es sin duda una labor muy necesaria y rescatable. No podemos olvidar que la mujer ha sido hasta el día de hoy pieza clave en la organización barrial, en las tomas de terreno, en los campamentos, en los movimientos de pobladores que luchan por una vida digna, sin embargo de esa historia poco se conoce y sobre todo de las que tenían su trinchera en el día a día, en lo cotidiano, las que no sólo lucharon por mantener la olla con comida, sino que lucharon por su integridad como personas, por no convertirse en reproductoras de la forma de vida que nos impusieron.

Recordar también esa parte de la historia resulta muy importante para entendernos hoy como sociedad, para convivir con lo que somos y lo que fuimos, para poder mirar atrás y que el pasado no sea una una nube de interrogantes, un episodio que no se quiere recordar por el dolor que genera y no encuentra consuelo, por todo lo que no aún no podemos superar. La memoria es la herramienta más cercana que tenemos hoy en día para seguir luchando.

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