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¿Bienvenidos a la universidad? El ocaso del mechoneo

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 13.03.2015

mechoneo Es una vieja tradición universitaria. Durante los primeros días de marzo, es común ver en la calle a estudiantes de diversas casas de estudios, con la ropa destrozada y sucia producto del clásico «mechoneo». La práctica tiene su arraigo en la bienvenida al mundo universitario, proceso que suele ser coronado con el «maltrato» de los novatos frente a sus futuros compañeros.

Pese a que, en algunos espacios, el mechoneo se da en un contexto de bromas y esparcimiento con consecuencias menores, la tradición ha sido cuestionada desde hace años por diversas generaciones de estudiantes que no han mirado con buenos ojos las características del juego.

La discusión reciente se produjo luego de un peculiar mechoneo ocurrido en la Universidad de Concepción, en la escuela de Enfermería. A través de redes sociales, se difundieron imágenes de las pruebas de bienvenida, que obligaban a las estudiantes a realizar «juegos sexuales» y otras cuestionadas dinámicas frente a los demás novatos.

La noticia se transformó rápidamente en un escándalo para los medios, que publicaron las fotografías del mechoneo y motivaron el cuestionamiento social hacia la clásica bienvenida que año a año viven los nuevos universitarios. La novedad, en esta pasada, fueron las críticas emanadas desde la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción y otros colectivos políticos hacia dicha práctica, que cada día suma más detractores dentro y fuera de las universidades.

mechoneoHistorial de humillaciones

Durante años, las críticas hacia el mechoneo fueron mal recibidas dentro de los mismos círculos estudiantiles. En medio del jolgorio juvenil, quienes osaban no participar del proceso eran tachados de inmediato como «amargados» o «fomes». Así, la experiencia del mechoneo se ha instaurado como una situación que «debe ser vivida», como parte natural y casi imprescindible del proceso de ingreso a la universidad. Incluso, muchos esperan poder vivirla para consagrarse como estudiantes universitarios.

Sin embargo, no todos lo disfrutaron. Luis Felipe Alarcón, titulado de Administración Pública en la Universidad de Chile, recuerda que un joven novato se lanzó desde un segundo piso para evitar pasar por las pruebas de bienvenida: «Se quebró algo, creo. No volvió nunca más«. Otros vivieron en carne propia algo similar: «Yo me tiré de una ventana de tres metros para evitar que me cortaran el pelo. Después no fui hasta la segunda semana de clases», relata Fernando Carvajal, quien cursaba Ingeniería en la Universidad de Chile durante los ’80. «El gancho para que los cabros se queden es el hueveo. Después de la sesión de humillación hay copete y fiesta«, agrega.

En las facultades donde predominan los estudiantes varones, las pruebas pueden llegar a ser incluso más duras o desagradables. Además del castigo público frente a su nuevo círculo social, en la mayoría de los casos, los estudiantes son obligados a pedir dinero en la calle.  Así lo recuerda otro egresado de Ingeniería Comercial: «Quemaron mis pies, estuve dos semanas cojo y tuve que faltar a la Universidad. Tuve que correr por pleno Alameda y con los productos que me echaron me herí la planta de los pies».

mechoneoMás allá de las bromas y los juegos, el mechoneo ha terminado con nefastas consecuencias en algunos planteles universitarios. A fines de la década de los ’90, un alumno de Química Marina, en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, terminó siendo internado luego de sufrir una intoxicación etílica. Una de las pruebas de la bienvenida lo obligó a tomar una cantidad excesiva de alcohol que incluso pudo haberle causado la muerte. 

En Valparaíso, en tanto, una estudiante de 19 años murió luego de ser atropellada por un tren. La joven Paula Vivanco participaba de pruebas que consistían en esquivar el paso de los trenes. Años después, en la Universidad de Chile, se registraron fracturas, heridas y quemaduras en estudiantes novatos de la Escuela de Medicina tras los juegos de bienvenida. Hoy, algunos recuerdan incluso haber sido encerrados para evitar que se escaparan de la tradición, que también suele sancionar con mayor ahínco a quienes hayan ingresado en los primeros y últimos lugares de cada carrera.

Carlos Valdés, diseñador, recuerda no haber sentido mayor desagrado hacia el proceso hasta años después de su mechoneo, cuando vio la bienvenida de otros novatos. «Es como denigrante. Puede tener toda una cosa de tradición y festividad, pero si es por eso, el toreo tiene la misma cosa de festividad y es una hueá horrible. Siento que se ampara mucho en la tradición para seguir existiendo«.

Estudiantes llamaron a terminar con el mechoneo

mechoneo La denigrante bienvenida que reciben los universitarios en establecimientos también comienza a ser criticada desde otro prisma. En una reciente declaración, el Frente de Estudiantes Libertarios, sección Concepción, rechazó el sexismo presente en las dinámicas del mechoneo, específicamente en las pruebas que enfrentaron las estudiantes de Enfemería de la Udec.

«Se han observado hechos que son lamentables en nuestras dependencias, con prácticas sexistas que repudiamos (…) Somos testigos de prácticas que son humillantes y que comprenden lógicas de poder y autoridad que se salen de control frente a compañeros que se encuentran en una posición vulnerable, recién internándose en un mundo distinto y nuevo como es la Universidad. Esta posición vulnerable, en vez de ser apoyada por generaciones anteriores, es aprovechada para minimizarlos y ridiculizarlos frente a un grupo social que es ajeno y en el que además se busca aceptación», recalcaron.

«Somos testigos de prácticas que son humillantes y que comprenden lógicas de poder y autoridad que se salen de control frente a compañeros que se encuentran en una posición vulnerable».

Como organización estudiantil, sus militantes llamaron a «dar acogida, pero de manera fraterna, construyendo lazos, sin prácticas sexistas ni discriminatorias. Si hoy estamos en la universidad con el propósito de cambiar las cosas, hagámoslo desde las prácticas cotidianas».

Por su parte, la Universidad de Concepción anunció una investigación para determinar responsabilidades en el mechoneo de Enfermería. Al respecto, la Directora de Servicios Estudiantiles del plantel, Sara Mendoza, recalcó que «los valores universitarios deben estar representados desde el inicio de la vida académica».

Desde el Centro de Estudiantes de Enfermería de la Udec, sin embargo, se defendieron de las críticas enfatizando el carácter voluntario de la actividad. Además, aseguraron que registraron los antecedentes de los estudiantes que participaron, como la existencia de alergias y/o embarazo.

11056898_1044891722205320_3623964820293391292_nNos es importante señalar que nunca ha sido la intención de estas actividades denigrar, humillar o vulnerar los derechos de las personas, como lo han señalado las acusaciones que han sido reiterativas en los medios de comunicación y más aún en las redes sociales”, recalcaron, acusando a los medios de tergiversar la información con un «afán de morbo». No obstante, hasta la directora regional del Sernam, Valentina Medel, se sumó a las críticas.

Por estos días, el tradicional maltrato de bienvenida a los estudiantes novatos no goza de buena salud. Al interior de los propios círculos universitarios, algunos exigen terminar con la naturalización de la violencia y las lógicas de autoritarismo que, entre juego y juego, se asoman para enlodar la convivencia entre compañeros y compañeras. Al menos, ya es tiempo de replantearlo. Y es que, tras las vivir las penurias propias del ingreso a la educación universitaria en Chile, ya no parece ser necesario ningún otro mal rato. Menos, uno que se fundamenta en la humillación para entretener y acoger a los futuros estudiantes y profesionales del país.

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