Avisos Legales
Nacional

Boletas ideológicamente falsas, la reforma laboral y otras hierbas

Por: Francisca Quiroga | Publicado: 01.07.2015

Elusión y Evasión 

Se ha escuchado decir,  que lo  conocido respecto a la  cantidad de boletas y empresas participando de estos fraudes hasta ahora, representan solo la punta del iceberg, por tanto el daño al fisco es inconmensurable y es posible pensar que ha existido por  muchos años. La historia se encargará de explicar porque los directivos  y responsables del más alto nivel, no se hayan preocupado especialmente en los últimos veinte y cinco años, de conocer las razones por las cuales en la división de grandes contribuyentes o como se llame dicha sección al interior del SII, no se  detectaran  grandes diferencias en las bases imponibles en determinados períodos, y solo se hayan conocido estás estafas, en un derroche de eufemismos, como irregularidades o errores,  a través de denuncias provenientes de personas naturales afectadas  por alguna situación particular.

En esta cotidianidad plagada de información, de pronto vienen a parecer como novedades cosas que se han olvidado, respecto a las prácticas desarrolladas por el capital en nuestro país  para acumular,  al borde de la ley o derechamente fuera de ella, en la etapa de la acumulación productiva, mediante sobrefacturación desde el extranjero aprovechando dólares preferenciales u otras formulas de evasión, que  permitieron a las clases dominantes  concentrar una enorme cantidad de poder expresado desde sus grandes gremios empresariales.

Estos mismos grupos se enrolan rápidamente, cuando mediante  la violencia se instala una nueva forma de acumulación que  va más allá de la explotación y se complementa con la expropiación de dinero del bolsillo de los trabajadores chilenos, para cubrir los derechos fundamentales y servicios básicos que fueron privatizados, incrementando su riqueza y la desigualdad.

Una vez superado el período de la violencia, el apoyo de la clase dominante muta, desde el patrocinio a los militares a los sectores tecnocráticos neoliberales más dogmáticos y  para su mantenimiento,  no dudan en defraudar al fisco de los chilenos, para que, por la vía de las elecciones de los políticos de todos los sectores, estos  den sustento institucional a los tecnócratas,  quienes  efectivamente manejan nuestra sociedad.

La reforma 

Si bien el espectáculo, en su totalidad ofrecido en la Cámara de Diputados,  el día de la votación en sala de la “reforma laboral,” es posible sin temor a equivocarse,  calificarlo como melodramático, se acentúa su carácter patético, cuando de parte de los representantes de la llamada derecha, anuncian que se deteriorará la economía y otras cosas que no vale la pena comentar, mientras los oficialistas por su parte, anuncian que se está colocando fin al “plan laboral de Piñera,” planteando un discurso construido para la galería, sin ni siquiera desarrollar ideas en torno a los temas que el proyecto de ley contiene y faltando el respeto a los trabajadores, haciendo homenajes a dirigentes sindicales, por haber suspendido sus legítimas reivindicaciones para apoyarlos a construir la democracia en momentos difíciles.

Esas largas seis o más horas con la excepción de la intervención de un par de diputados, se pueden anticipar como estériles, tomando en cuenta que probablemente la mayoría de los honorables, se encuentra condicionado por emisión de boletas u otros mecanismos  y las reiteradas advertencias del senador Zaldívar de aplicar las correcciones necesarias en el Senado,  insistiendo que la Cámara Baja  es un simple trámite como el de la “reforma tributaria” y que se corregirá cualquier detalle que afecte la normalidad, para seguir capturando la riqueza por parte de un pequeño grupo y empresas transnacionales sin dificultad. De manera tal que se cumpla,  con la normalización de las relaciones laborales actuales a través de la llamada agenda laboral donde “existen poderosas armas político-ideológica que lo que buscan es producir un determinado escenario, así como definir a sus actores y formas de relacionarse, con la intención de entregar las condiciones, para no obstaculizar el funcionamiento del capitalismo. Regulación institucional de las tensiones y conflictos, por un lado y, por otro, la configuración de un sindicalismo, ya no, como representante de los intereses de la clase trabajadora, sino que, más bien, como un aliado del capital, que facilita la administración del trabajo (servicios mínimos, adaptabilidad pactada) y el control de los antagonismos de clase. No más “conflictos inorgánicos”. Ahora, negociación colectiva que asegure la productividad y gestión de los recursos humanos, en virtud de implementar lógicas de flexibilidad laboral al interior de las empresas”[1].

Por otro lado, el flamante ministro de Hacienda, cada vez que puede, insiste en destacar el hecho de que su llegada ha significado colocar las cosas en su lugar, por ejemplo con la frase “Chile no está preparado para una negociación ramal” expresada hace pocos días en una  radioemisora.  A continuación veremos algunos datos que justifican estas frases y comportamientos de las  instituciones  criollas.

 La productividad ( explotación) en Chile

Los esfuerzos que  hace permanentemente  la clase dominante, desde sus trincheras gremiales y a través de sus administradores del modelo económico imperante, es decir de los ministros,  políticos, tecnócratas y comunicadores,  sobre  la necesidad que los inversionistas cuenten con certezas para seguir creciendo y velar por el país, se ha traducido crecientemente en la instalación de conceptos como eficiencia, productividad,  empleabilidad y  certificación  entre otros.

Lo que se encuentra bajo esta ideología,  que culturalmente es acogida,  en  la lógica de la ganancia,  la idea de que no existe nada gratis,  la competencia por la vía del consumo de los ciudadanos, el crédito que permite acceder a una vida material confortable como una forma de progreso,  y un fuertemente difundido temor al conflicto, que implica la construcción de un individuo que en su trabajo,  presente características de emprendedor, eficiente, colaborador, comprometido con la empresa, multifuncional, dispuesto a toda hora y que se preocupe de capacitarse para las necesidades da la empresa y el crecimiento; idealmente no preocupado por el colectivo y resolviendo sus inconvenientes en forma individual y personalizada.

De esta forma, el capital en nuestro país ha conseguido los siguientes rendimientos. De  los  5.156.030 trabajadores que cotizaron en el mes de Marzo de este año,  en el sistema de A F Ps, 2.739.537  obtuvieron un ingreso imponible igual o inferior a $550.000.-   equivalente  a algo más de un 53%.

Por otro lado, la tan requerida productividad por parte de los gremios empresariales y el gobierno, solo se puede entender si se pretende aumentar la tasa de explotación en nuestro país. Lo que muestran los datos extraídos de Banco Central es que, por ejemplo, en el caso de los trabajadores de la minería por cada $ 1.000. (mil  pesos) de su salario produce  $ 5.900. (cinco mil novecientos) de utilidad  para el capital. En la industria manufacturera cada $ 1.000.  de salario renta $ 1.700. en  utilidad y en el sector del transporte los  $ 1.000. de ingreso de un trabajador significan $ 1.850 de excedente del capital.  Para efectuar estos cálculos se han tomado datos ya confirmados del año 2013 y se han excluido de los salarios solamente un 8.65 % de los asalariados que cotizaron a la fecha el tope imponible de 70.3 UF por mes.

Algo para el final

A modo de conclusión podemos decir que; las elusiones y evasiones,  sumadas a las bajas tasas impositivas al capital, una reforma laboral, que mediante el mantenimiento y aumento de procesos engorrosos, dificulta el ejercicio de la libertad sindical, contribuyen al mantenimiento de la profunda desigualdad en la distribución de la riqueza en nuestro país y de cierta manera explican que los nombramientos postergados de ministros y otras autoridades, efectivamente sean una “lesera”, cuando lo único que importa,  es un ministro de hacienda, que en conjunto con el Banco Central administren esta sociedad  mercantilizada y financiarizada a favor de la clase dominante que con un 0,01 % de la población captura un 10,1 % del ingreso total del país.

[1] http://eldesconcierto.cl/reforma-laboral-cuando-modernizar-es-una-sofisticacion-de-las-limitaciones-jurídicas-aplicadas-la-clase-trabajadora/

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