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El PS y Julieta Kirkwood: La fantasía de la resolución por invocación

Por: Eliana Largo | Publicado: 18.10.2015
¿Qué diría Julieta Kirkwood de esta actividad en su nombre que difunde un afiche con fotografía suya? Como la persona crítica que fue -socióloga feminista, socialista, fallecida en 1985-, cuya huella es fructífera en la reflexión feminista y la acción política, diría seguramente que se trata una vez más de “la fantasía de la resolución por invocación”.

En el mes de agosto de 2015 se realizó en la ciudad de Rancagua la Escuela de Mujeres Líderes Julieta Kirkwood, con 60 dirigentas de varias regiones (O’Higgins, Maule y Biobío). “Fue una jornada llena de encuentros, compromiso y mística socialista”, se lee en el sitio del Instituto Igualdad, del Partido Socialista . Esta Escuela es parte de un ciclo de escuelas que se realizará en el país. (Hay que agradecer a las nuevas tecnologías que permiten acceder a la información).

¿Qué diría Julieta Kirkwood de esta actividad en su nombre que difunde un afiche con fotografía suya? Como la persona crítica que fue -socióloga feminista, socialista, fallecida en 1985-, cuya huella es fructífera en la reflexión feminista y la acción política, diría seguramente que se trata una vez más de “la fantasía de la resolución por invocación”. Con este enunciado escribía sobre el hecho recurrente de una izquierda que abordaba discursivamente ‘la problemática femenina’, es decir, de la mitad de la población, sin que tal discurso se reflejara más allá en cuanto a cambios en la secular situación de discriminación y desigualdad de las mujeres por razones de género. Tal enunciado se actualiza permanentemente en el país.

Hoy la cuestión de género está instalada gracias al trabajo persistente de tantas feministas, y no solo dice relación con la desigualdad de las mujeres, sino con lo que significa un orden de género binario jerárquico, funcional a la (re)producción de una sociedad construida con parámetros patriarcales, cuya orientación valorativa principal es la autoridad y poder para el dominio y apropiación de bienes y personas (desde los pastores nómadas de hace milenios, al capitalismo mundial integrado, capitalismo salvaje en nuestros países).

Al observar en el sitio web la composición de los cargos del Instituto Igualdad (“Quiénes somos”), es chocante ver que las cosas siguen igual o peor, considerando el acervo de conocimientos e información relativo a género, y la normativa nacional e internacional sobre derechos humanos de las mujeres: de 42 cargos, 8 son ocupados por mujeres, y no los más altos, por cierto. Una muestra de lo que es discurso y práctica inconsistente. Es lo que ha ocurrido normalmente en los partidos políticos a la hora de presentar candidaturas públicas, al Congreso por ejemplo, con bajísimos porcentajes de mujeres. Se han publicado estudios identificando causas del problema en todos los partidos (ver en Corporación Humanas).

¿Qué irá a ocurrir con la ley de cuotas de reciente aprobación, que exige una “representación equilibrada” (60/40)?. Desde un punto de vista feminista, la paridad no es solo paridad numérica sino paridad en la participación en un sistema que reproduce a diario la desigualdad social. Corresponde también la revisión del padrón de militantes, a la que se resisten los partidos: ¿cuántas personas militan en ellos actualmente? Al no querer realizar tal revisión, niegan ser instancias de representación real y efectiva de la ciudadanía. Sería importante saber también cuál es la composición por género, raza/etnia y edad de sus militantes.

Con esta Escuela de Mujeres Líderes “Julieta Kirkwood”, el Instituto Igualdad tiene el desafío de autocuestionarse, es decir, esos ‘compañeros’ socialistas tantas veces criticados, continúan detentando un poder tradicional, patriarcal, y nombran Igualdad a su institución, su Centro de Estudios. Si eso no es locura, qué es, cómo se llama.

Eliana Largo