Avisos Legales
Tendencias & redes

Camila Moreno: «La historia ha buscado aplacar a las mujeres porque en realidad no somos más débiles»

Por: Pablo Álvarez Y. | Publicado: 24.05.2016
Camila Moreno: «La historia ha buscado aplacar a las mujeres porque en realidad no somos más débiles» Camila Moreno |
En conversación con El Desconcierto, la artista abordó el concepto de energía femenina que inspiró su último disco Mala Madre, los peligros que puede tener lo panfletario y las formas en las que la han encasillado por no cumplir con algunos «deber ser» femeninos. «(Me han dicho) ‘la Camila es mañosa’, un término que se acuña a las mujeres cuando son quisquillosas o incisivas en su trabajo. Al hombre le choca eso», asegura.

“Hay una sociedad que se edificó en busca del poder. Aquí es mirado como un valor, la persona que tiene poder es más bacán. Lo mismo pasa con la jerarquía y la competencia”.

Si bien valora el reconocimiento de sus pares, Camila Moreno aborrece el aspecto competitivo que la llevó a ser la gran ganadora de los Premios Pulsar 2016 en tres categorías: “Álbum del año”, “Canción del año” y “Mejor artista Pop” (otro encasillamiento que no le gusta a Camila). Todos estos premios gracias a su disco Mala Madre, que este 25 de junio celebrará su aniversario con un concierto en el Teatro La Cúpula. Concierto que, dado su embarazo y diversas razones personales, podría ser el último en un tiempo prolongado.

El Desconcierto habló con la cantautora Camila Moreno sobre el concepto de energía femenina que inspira Mala Madre, las modas que sin mayor reflexión abanderan ciertos artistas actualmente y sobre los cambios que ha tenido ella misma desde “Almismotiempo” a su último disco. 

Si bien los ideales de “Millones” siguen intactos, la forma y estética de su obra han cambiado. Sin perder un ápice de energía en sus shows, ya no se da la agresividad que la caracterizó en sus inicios. Además, en lo técnico, Camila asegura haber mejorado muchísimo : “Antes ni siquiera entendía lo que era un reverb, cómo suena una caja, cómo hacerla sonar como uno quiere. Valoro todo lo que he adquirido en sentido estético”.

¿Y en la forma, cómo has visto el cambio de la Camila de 2009 a la de ahora?
-Ha sido un cambio natural de maduración. Si siguiera pegada en lo mismo de antes sería terrible. Tenía una inocencia muchísimo mayor, una visceralidad y, a raíz de esa misma inocencia, un arrojo que con los años se ha ido transformando en algo más conceptual y con más decisión. He adquirido la capacidad de discernir.

En otras entrevistas has dicho que lo panfletario es peligroso.
-Es que puede transformarse en una moda, y la moda en publicidad. Entonces hay gente que empieza a trabajar en torno a modas de discurso. Hay quienes opinan que es necesario, pero yo lo encuentro súper achatador de conciencias. Cuando uno se suma a alguna postura o corriente ideológica por moda, y no por reflexión, no hay profundidad por lo que tampoco se llegará a un cambio de ese modo.

¿Qué modas ves en este minuto?
-Hay muchas: el movimiento gay, el feminismo, hablar de que somos latinoamericanos. No significa que no sean movimientos muy necesarios, ni que el movimiento en sí mismo tenga un error, sino que se toma a la ligera y no se llega a más que un panfleto.

¿No te identificas con alguna?
-Yo adhiero mucho a estas causas, pero me resulta peligroso tratarlas en la música de una manera panfletaria como quien es dueño de la verdad o hace publicidad. Descubrí que no me gustaban las cosas cuando no tienen doble lectura. Los Prisioneros cantaron Corazones Rojos en los 90, una canción que sí tiene una lectura y es distinto a cantar «somos latinoamericanos y le damos la teta…». A mí me resulta súper burdo y aburrido hablar así, genera poca reflexión. Violeta Parra jamás lo hizo y Víctor Jara tampoco, tenían una profundidad distinta de acercamiento a los temas.

El feminismo ha llegado en forma de moda a algunos hombres también.
-Que los hombres adhieran por un proceso de concientización es bacán, da lo mismo el género, es un problema separarlos. Claro, vivimos en una sociedad que maltrata a las mujeres terriblemente con una violencia explícita, y también hay violencia a los hombres. Lo que sí, en Chile vivimos en una sociedad masculinizada, exacerbada de racionalismo y de lógica. Se vanagloria por esas cosas mientras que a lo femenino, más ligado a la naturaleza y a lo irracional, no se le da mucho valor o es más débil.

¿Por qué crees que se da esto?
-La historia ha buscado aplacar a las mujeres porque en realidad no somos más débiles. El poder energético puede ser mayor que el físico. La razón de aniquilar a la mujer ha sido esa: Mantener un poder en la lejanía, una relación con una energía que nos pertenece a todos, que tiene que ver con la relación con la naturaleza, con la parte salvaje, la bestialidad. Es una mala relación con la oscuridad, en una sociedad sin simbolismos e ignorante respecto a lo que significan los rituales.

Es algo que planteaste para Mala Madre, lo femenino no como un tema de género, sino de energía.
-Claro, y esta energía -que se podría llamar femenina-, es la relacionada con lo irracional, lo inconsciente, con la violencia, la fealdad, el imaginario de la bruja. La bruja versus la princesa Disney. Es una energía que todos poseemos, pero con la que no nos relacionamos. Nadie nos educa para eso y nos robaron ese poder.

¿Pero qué rol juegan los géneros en esto?
-Finalmente son los portadores de esas energías. El hombre ha llevado a cabo en la Tierra el propósito de establecer una manera determinada de ver la realidad. La narración que tenemos del inicio de los tiempos los occidentales, que yo creo que es masculina, es muy diferente a la que puede tener un indígena, que va a tener una historia que a nosotros incluso nos va a parecer infantil.

¿Tanto hombres como mujeres nos habríamos visto perjudicados por perder esta energía femenina?
-Claro que sí, porque todos los seres humanos en este momento vivimos braceando individualmente por sentidos en la vida, de manera angustiosa. Cada uno se inventa su propia volada para poder existir, como aferrarse al trabajo, a la pareja, a los libros, a la droga, al sexo, qué sé yo. Pero siempre está afuera lo que te da sentido. Ese es el gran mal, el cada loco con su tema, sin símbolos, raíces o rituales comunes.

¿Y qué pasa por quienes optan por lo femenino, o vincularse con la tierra?
-La gente que opta hoy por la medicina alternativa es hippie, los que van al cerro son pachamámicos, es una huea muy rara todo eso, ¿no? Es cierto que una mayoría de la gente que va al cerro se empieza a vestir de una manera, lo que hablábamos de las modas. Empiezan a haber como ghettos, y se empieza a perder lo colectivo.

Has dicho en otras entrevistas que los medios intentan ocultar ciertos aspectos de las artistas, como la  Violeta Parra«mala madre», o la Gabriela Mistral lesbiana. Tu último videoclip («No parar de cerrar, no parar de abrir») ha sufrido cierta censura y no es el primer episodio que tienes de este tipo. ¿Qué aspecto intentan ocultar los medios de ti?
-¿De mí? Yo creo que para mí ha sido muy difícil caber en algún lugar en términos estilísticos sobre todo. Está la típica pregunta de los periodistas «¿Te sientes parte de un movimiento?». Me pusieron en el folk, ahora en el pop, y en ese sentido la gente se pierde mucho y yo también. Quizás la profundidad de las cosas que hago, o de la poesía que escribo queda a un lado ante lo más superfluo.

¿Pero ocultan algún aspecto tuyo?
-No sé si ocultan cosas, pero la gente juzga. Por ejemplo, «la Camila es pesada». ¿Por qué se venera la buena onda, si en realidad sabemos que es hipócrita en general? Hay una lectura del deber ser una vez más, donde la mujer tiene que sonreír y dar las gracias. A los artistas chilenos nos pasa mucho también que tenemos que dar las gracias porque alguien nos esté pescando.

¿Qué otro “deber ser” te impacta?
-Está el «la Camila es mañosa», un término que se acuña a las mujeres cuando son quisquillosas o incisivas en su trabajo, o porque van y dicen «no, esta huea no me gusta así». Al hombre le choca eso. Esa es la forma en que yo he sentido una opresión, si no te sacái’ la foto cuando te la piden, si no ponís’ la cara bonita cuando quieren que la pongas, si no estabas en el momento adecuado con esa cara de deber ser. Nadie lo cuestiona y eso es defraudante.

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.