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Opinión

Activismo y prácticas artísticas en la era del SIDA

Por: Dimarco Carrasco | Publicado: 14.12.2016
Activismo y prácticas artísticas en la era del SIDA la-segunda-1 |
Las prácticas artísticas que, elaboradas bajo el discurso del VIH/SIDA, tuvieron que combatir primero con el discurso oficial de la prensa y la policía, instituciones que promovieron una construcción apocalíptica del cuerpo seropositivo.

La muerte de Edmundo Rodríguez, el primer paciente VIH/SIDA en Chile (1984), impulsó al arte a plantearse nuevas formas de hacer visible lo indecible, proponiendo nuevas problemáticas para combatir las reacciones discriminatorias que enarbolaron una histeria moral  colectiva. Las prácticas artísticas que se dedicaron a desarrollar esta problemática se produjeron bajo el alero de organizaciones de la sociedad civil y el activismo homosexual,  prácticas artísticas que se fortalecieron gracias a la fraternidad cruzada con los artistas que pertenecían a la contracultura, unión cimentada bajo los márgenes de la institución museal. En este sentido podríamos preguntarnos: ¿De qué forma se productivizo las significaciones del VIH/SIDA en el arte para lograr una estrategia efectiva en pro de los combates contra la discriminación y los derechos de las personas seropositivas?

Es de estas problemáticas que las prácticas artísticas e intervenciones comunicacionales para prevenir y/o alertar sobre los efectos del SIDA tuvieron que emplear nuevas formas para cambiar las significaciones que vinculaban al cuerpo con SIDA como un castigo singularmente dirigido hacia la comunidad homosexual, determinación centrada  bajo el velo del estigma moral contenido por las “enfermedades de transmisión sexual” como lo denotó Susan Sontang en su aplaudido libro “El Sida y sus metáforas” (1989). «Las pestes siempre son consideradas como juicios a la sociedad y la inflación metafórica que ha hecho del Sida uno de tales juicios habitúa a las personas a pensar que la difusión mundial del mal es inevitable. Éste es uno de los usos tradicionales de las enfermedades de transmisión sexual: describirlas no ya como castigo individual sino colectivo («la licenciosidad general»)»[1].

Las prácticas artísticas que enunciaron el SIDA tuvieron que accionar aquella carga moral colectiva con la que se les tildó como virus igual veneno[2], igual muerte. Estratégica para poder combatir la discriminación y las categorías médicas que traían consigo una carga que marginalizaba al colectivo relacionado esta afección a los vicios, al miedo y a la transgresión, acusando a los “portadores” de su “mal”.

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Es por ello que para interpelación efectiva las significaciones negativas de la cultura heterosexista, las producciones artísticas se centraron en  exponer lo privado como demanda política, ingresando de esta forma el mundo de lo cotidiano, a la esfera pública, acciones que provocanron en muchos casos horror y escándalo, dando pie a los medios escritos para instalar una sensación de decadencia en el discurso nacional, haciendo de las acciones y eventos material escandalosos y grotescos enunciados, usufructuando a la vez de los signos de una epidemia del SIDA para justificar discursos homófobos y heterosexistas.

Con el ingreso del neoliberalismo importado por la dictadura militar no solo la economía mutó abriendo las puertas a la globalización, también afectó a la población homosexual, o como se la denominarían en los estudios académicos HSH [Hombres que tienen sexo con Hombres]. Producto del poco conocimiento sobre el VIH/SIDA, el virus afanosamente se inmisculló en la población. Coyunturas que resultaron ser los mayores agravantes  en los primeros años de abatimiento del virus en Chile, generando un «caldo de cultivo»[3] para que el cuerpo social homosexual terminara siendo el más apaleado por la pandemia del VIH/SIDA, debido al poco interés de las instituciones gubernamentales. Violación a los Derechos Humanos de las personas seropositivas que la dictadura justificó afirmando que dichas muertes eran provocadas por “la promiscuidad”, señalando a la homosexualidad como un acto “contra natura” y un sinfín de otras explicaciones que buscaban justificar la inacción[4]. Dentro de aquellas circunstancias es que «un grupo de personas conscientes y sensibilizadas en «tomar la sartén por el mango»[5] crearon la Corporación Chilena Contra el Sida (1987), uno de los primeros movimientos sociales articulados con el fin de combatir la transmisión en torno a este virus denominado para entonces, como Cáncer Rosa. A pesar de los esfuerzos por frenar la transmision de VIH/SIDA por parte de algunos grupos de la comunidad homosexual local, la discriminación y la segregacion social contra gays y personas serpositivas aumentó, fundada en discursos moralistanes, señalando al VIH/SIDA como un castigo. Según señala el sociólogo Ricardo Llamas: «El Sida ha venido a cumplir una función precisa en nuestras sociedades. Indudablemente, el Sida ha redefinido la homosexualidad como ámbito de localización de odios y ansiedades. Es más, el Sida ha confirmado todos los criterios de exclusión y ha dado lugar, incluso, a otros de nuevo cuño»[6].

Producto de aquellas circunstancias es que un grupo de artistas en EE.UU. con “la aparición del Sida en San Francisco, Los Ángeles y Nueva York, dieron lugar a que varios miembros de la comunidad artística americana se viera obligados a reconsiderar las relaciones entre arte y contenido de un modo nuevo»[7] como lo señalaria el historiador del arte Brandon Taylor.  Mientras en Chile, el Colectivo de Arte Homosexual, Las Yeguas del Apocalipsis constituido por los escritores Pedro Lemebel y Francisco Casas (1987) propondrían una nueva  forma de relacionar el arte y el VIH/SIDA al bautizar su colectivo con el nombre de “Las Yeguas del Apocalipsis” como lo expone el mismo Casas: “El solo nombre ha sido nuestra mayor intervención. Las Yeguas del Apocalipsis      tienen que ver con la metáfora del SIDA que, en ese tiempo, se achacaba a los    homosexuales como una enfermedad de fin de siglo, una metáfora del apocalipsis”[8].

El nombre evidenció un trauma a través de su enunciación, contaminando y problematizando el contexto en torno a los cuerpos atacados por el VIH/SIDA. Entorno al trauma del Sida y el cruce con las violaciones a los Derechos Humanos en dictadura que “Las Yeguas del Apocalipsis” expusieran la performance instalación “La conquista de América” en (1989) en la cual  «con walkmans fijados en el pecho con cinta adhesiva, descalzos sobre un mapa de América Latina cubierto de vidrio de botellas de Coca-Cola rotas»[9], bailaron una cueca homoerótica, la cual enunciaba por medio de la sangre de sus pies descalzos las problemáticas del VIH/SIDA, entrecruzada con los detenidos desaparecidos mediante la “cueca sola”.

Posteriormente Las Yeguas vuelven a irrumpir para visibilizar el VIH/SIDA en la intervención denominada Cuerpos Contingentes (1990), efectuada en la Galería de Arte CESOC, en calle Esmeralda. En la exposición visual organizada por las artistas Lotty Rosenfeld y Diamela Eltit, los artistas Casas y Lemebel exponían «sus cuerpos desnudos, amarrados a sillas de rueda, con alambres de púas y pajaritos disecados»[10], acción que buscó encarnar el trauma del VIH/SIDA a la vez de polemizar con la exposición visual. Más tarde, Pedro Lemebel junto a Susana Peña, Roberto Pablo y Vicky Figueroa viajaron a Estados Unidos, instancia donde Lemebel perpetraría una de sus peformance más bullada, titulada: «Alacranes en la marcha, (1994), intervención en la marcha de Stonewall, Nueva York, en conmemoración del vigésimo aniversario del movimiento gay»[11].

En la citada performance, Lemebel utilizó agujas hipodérmicas desechables configurando una corona de agujas que emulaban la sangre. Conjunto que se completaba con una coraza confeccionada de vendas con yeso que dejaba ver un organismo interno, hecho que «provocó molestia a la policía norteamericana, que detuvo su provocador andar, pensando que la sangre estaba «contaminada» con VIH»[12], intervención que ejecutaría para devolver «el SIDA a los yanquis», al denotar dicha acción con una leyenda que rezaba » Chile Return AIDS» – «Chile (les) Regresa el Sida».

Por otra parte, organizaciones de la sociedad civil ejercieron acción pública sobre temáticas en prevención de VIH/SIDA bajo los modelos «antropológicos- culturales»[13], como herramienta para abordar prácticas de riesgo a través de acciones político-culturales efectuadas con el fin de activar, reclamar y re-significar las demandas de la colectividad seropositiva. La estrategia buscó entregar uno o varios mensajes de demanda, tanto a las autoridades como a la sociedad chilena donde no bastaba la promesa incumplida del salón de reunión. La calle ejerce repercusión y a veces reflexión. Por extensión, “la calle otorgó la posibilidad de fortalecer los compromisos»[14]. Es en ese sentido es que organizaciones como la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, MUMS, Vivo Positivo, entre otras, fueron tomando las calles como forma de reclamo y resistencia.

Una de las acciones en torno al VIH/SIDA que irrumpió el espacio institucional del arte con el activismo homosexual fue «El Teatro Moda» realizado en beneficio de las actividades de la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, realizado el 27 de febrero de 1992  en el Museo de Bellas Artes de Santiago. Evento que enarbolo el «pánico moral» más acérrimo de la prensa local, con titulares como; «Disculpen; se adelantó el fin del mundo, fue el jueves en el museo Bellas Artes»[15]del diario Las Últimas Noticias o el titular de La Segunda «Barbaridad en el Bellas Artes. Grotesco desfile de modas a beneficio de las enfermedades de SIDA». Diarios que no solo difundieron un discurso de discriminación y odio a través de sus titulares, sino que además instrumentalizarían imágenes de niños participantes al evento por llevar carteles con encíclicas como: «El condón es Salud Hip» y «Viva el Amor», justificando discursos homofóbicos señalando estas acciones de arte como «grotescas»[16].

Posteriormente al teatro de la moda y su desfile alternativo se ejecutaron otras acciones relativas al VIH/SIDA. Daniel Palma escenógrafo y compañero de trabajo del fallecido director pionero en el teatro callejero Andrés Pérez Araya, después de variadas giras con “La Negra Ester” y una pequeña estadía en Nueva York, Palma decide volver a Chile para apoyar a Pérez en los montajes de Shakespeare (1991) en el Teatro Esmeralda. Debido a la alta producción y factura técnica de la obra, Palma decide proponerle a Pérez realizar un nueva formas acciones artístico-cultural para generar recursos para las obras, las Fiestas Spandex (1991-1992). Llevaron en cada evento un concepto diferente[17], interviniendo la escena, Candy Dubois, musicalizadas con el tema  Maten a Todo el Mundo hoy de Bobe al camp troupe, acción que Dubois realizó modificaciones la letra en implicancia a la prevención de VIH/SIDA.

Estas acciones se organizaron junto a la Corporación Chilena de Prevención del Sida, sumado realizaron una feria de prevención en VIH/SIDA el 29 de noviembre de 1992 en el Parque O´Higgins de Santiago con un condón gigante de plástico de estrella central. El encuentro convocó a las organizaciones no gubernamentales para expresar su descontento contra los errores de las campañas  de la Comisión Nacional del SIDA del  Ministerio de Salud (Conasida), errores que afirmaban que el virus solo se «contagia por relaciones sexuales entre hombres»[18]. En ese sentido, la acción que empleo la Corporación Chilena para instalar al condón como símbolo central hizo ruido en los medios locales y los sectores más conservadores, llevando el discurso de la prevención a todo el cuerpo social heterosexual y no solo al grupo denominado de riesgo. Reacciones negativas que se expresaron a través de Monseñor Carlos Oviedo Cavada en su carta» Del temor a la Esperanza, La iglesia ante el desafío del sida» (1993)  en la que Oviedo afirmó: «La propuesta de erotización del condón ya no se le puede imputar solo neutralidad moral.  Por el contrario, se trata de una proposición abiertamente inmoral que incita deliberadamente a la población a la infidelidad, a la promiscuidad y al libertinaje sexual»[19].

Las acciones que instalaron el condón como primera barrera defensiva a la transmisión del virus contrarestó los discursos moralizantes en torno a la asociación condón igual Sida según señaló Yuri Celedón, publicista de las campañas preventivas estatales hasta 1997[20].

El imaginario social que la post-transición detonó un pánico moral que acrecentó los altos índices de detectados, segun CONASIDA. «Hasta el 31 de marzo de 1996 se habían  reportado 1456 enfermos de SIDA»[21]. Estos índices develaban las precarias acciones del gobierno por combatir la transmision de VIH/SIDA. Es por ello que en sintonia a urgentes demandas, el activista Víctor Hugo Robles, más conocido como «El Che de los Gays», irrumpió en la fiesta contra la censura organizada por el performer Vicente Ruiz, usando boina y boca pintada, sosteniendo un bidon con la sigla «AZT«[22] (1997).

Ingresando a polémica escena para plantear la crisis epidemiológica del Sida y la negligencia que el sistema de salud público tendrían frente a las demandas de las personas seropositivas, según plantea Robles en “El Diario del Che Gay en Chile”; “ (…) armado de una boina negra estrellada, la      camiseta número 11 de la selección chilena de fútbol, un bidón que decía AZT ( el nombre de la primera droga contra el SIDA) y los labios pintado de rojo intenso, me presenté en la discoteca planeta de la capital, en una  fiesta en contra de la censura organizada  por el performista y productor teatral, Vicente Ruiz»[23].

“El Che de los Gays” emerge en un asalto coliza que cruzó la lucha libertaria de izquierda con las implicancias del VIH/SIDA al desplazar la centralidad de las transmisiónes sexual más repulsivas de la historia, al momento de asociar el VIH/SIDA a lo que se denominaba como el «destape gay«. Evidenciando que los sujetos seropositivos, homosexuales y travestis cargaron con todo el estigma social en el Chile de los 90. Por otro lado, la  irrupción de la intervencion del «AZT» de Víctor Hugo Robles desplazó la centralidad de  la actriz Patricia Rivadeneira en la escena, hecho que provocó el descontento de Vicente Ruiz llamando a los guardias de seguridad para detener la accion, tomando relevancia por medio de la prensa local, emergiendo lo que Ricardo Llamas denomina como “el espectáculo del SIDA. «Al atribuir al Sida las características de una enfermedad venérea, el espectáculo reduce «lo social» a la escala de «la familia», desde cuyas perspectiva miniaturizada y empobrecida se desaprueba sistemáticamente todos los aspectos de una diversidad sexual establecida de manera consensuada»[24].

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Bajo estos preceptos, la intervencion genera un quiebre eruptivo en la escena al dar énfasis social a la significancia del AZT, exponiendo el golpe que generó la pandemia del VIH/SIDA en Chile. Es por ello que “esta relevancia es ahora utilizada para desafiar la autoridad de la tradicional distinción liberal entre lo público y lo privado[25]«.

Como lo realizaría años más tarde, el performer y activista de la disidencia sexual Víctor Hugo Pérez Peñaloza, por medio de su alter ego “Hija de Perra”, personaje creado a mediados del 2002 desde la marginalidad socio-sexual para ingresar en su trabajo plástico el estigma y la injuria sufrida por la población más discriminada de la diversidad sexual; los seropositivos y las travestis, cruce que explayó mediante «una pedagogía radical en cuanto a la práctica del sexo»[26], desacralizando la educación sexual de sus carga  moral catolica. Las famosas Clases Venéreas que Hija de Perra e Irina La Loca ejecutaban para educar entrecruzando el deseo sexual y la prevención, haciendo de ello una experiencia cotidiana y colectiva de autocuidado desde el activismo de la disidencia sexual y el feminismo con el fin de resignificar el deseo y placer, desmitificando el no-disfrute sexual cuando se ejerce el autocuidado.

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Una de las intervenciones más recientes en el espacio público en torno a los derechos de las personas seropositivas fue «Miss SIDA» de la activista y poeta trans feminista Claudia Rodríguez, acción ejecutada en las marchas de diversidad sexual entre los años 2007- 2008. Claudia Rodríguez, vestida de traje gala blanco y corona, caminaba  saludando a la gente con el gesto característico de las Miss Universo, parodiando los globales  concursos de belleza, llevando una banda inscrita con letras rojas las siglas SIDA, estrategia enunciativa expuesta como forma de denuncia. Según afirma la propia Rodríguez: «Respecto del cuerpo callejero muerto de SIDA se ironiza subrayándolo con nombre masculino. Según los medios de comunicación estos no serían crímenes de odio, sino simples muertes naturales»[27].

Las prácticas artísticas que, elaboradas bajo el discurso del VIH/SIDA, tuvieron que combatir primero con el discurso oficial de la prensa[28] y la policía, instituciones que promovieron una construcción apocalíptica del cuerpo seropositivo[29]. Posicionando la calle, el aula y el espacio público en su totalidad como lugares de resistencia político – cultural sobre las denuncias y acuerdos incumplidos por la oficialidad ante esta brutal pandemia.

Estas históricas acciones se tomaron emblemática las calles y los espacios de interés público como lugares protagónicos de sus puestas en escena, expresando el trauma dejado por las muertes provocadas por el virus del SIDA, instalando al cuerpo seropositivo como plataforma, mensaje y trinchera de denuncia y re-significación en la lucha contra la discriminación serológica. Un mal que junto a la dictadura también nos ha dejado cuerpos desaparecidos.

 

* El presente texto fue leído por Dimarco Carrasco en el foro panel “Sida, activismo y performance», instancia donde se compartieron miradas políticas, trabajos comunitarios y reflexiones teóricas en torno a las relaciones del arte, la literatura, la cultura y el impacto simbólico del VIH/SIDA en Chile. En la actividad, realizada 18 de noviembre en el Centro de Información y Apoyo para la Prevención Social del VIH/SIDA, participaron Juan Pablo Sutherland (escritor), Pavella Copolla (escritora), Claudia Rodríguez (poeta travesti), Dimarco Carrasco (archivista) y Víctor Hugo Robles (periodista y activista).

[1] Susan Sontag. El Sida y sus Metáforas. Editorial Taurus. Buenos Aires. Argentina. 2011.p.67

[2] “La palabra virus significa veneno y corresponde a la denominación que se dio a fines del siglo XVIII a ciertas sustancias que causaban enfermedad. Los virus son partículas submicroscopicas, no visibles con el microscopio de luz, y solo pueden verse con el microscopio electrónico”. Sepúlveda Cecilia. Sida. Editorial Universitaria. Santiago de Chile.1999.p.35.

[3] Caldo de Cultivo, veáse como el concepto utilizado por las ciencias de la biomedicina para referirse a un medio líquido enriquecido con sustancias necesarias para la vida de las bacterias.

[4] Sanchez, Carlos. Página 41

[5] Corporacion Chilena de prevencion del SIDA. 1987-2002. Movilizacion comunitaria: Un modelo de prevencion de la transmision sexual del Vih entre hombres homosexuales de Chile. Editorial LOM. Santiago, Chile.2000.p.9

[6] Llamas Ricardo. Construyendo sidentidades , estudios desde el corazón de una pandemia. Siglo XXI Editor. Madrid. 1995.p.29

[7] Taylor, Brandon.” Arte Hoy”. Editoral Akal. Madrid. España 2000.p. 147

[8] Robles, Victor Hugo. Bandera Hueca. Historia del Movimiento Homosual en Chile. Editorial LOM/Cuarto Propio. Santiago. Chile. 2008.p.31

[9] Maria Barrios et ald. Copiar el Edén = Copying Edén. Gerardo Mosquera Editor. María barrios ..[Et al]. Santiago: Puro Chile, 2006.p.571

[10]Archivo Digital de Las Yeguas del Apocalipsis, Galeria D21, Visto por ultima Vez: 18/10/2015, en: www.Yeguasdelapocalipsis.cl/1990-cuerpos-contigentes!

[11]Copiar el Edén = Copying Edén. Gerardo Mosquera Editor. María barrios ..[Et al]. Santiago: Puro Chile, 2006.p.573

[12] OP.Cit.p.68

[13] Corporación Chilena de Prevencion del SIDA. 1987-2002. Movilizacion comunitaria: Un modelo de prevencion de la transmision sexual del Vih entre hombres homosexuales de Chile. Editorial LOM. Santiago, Chile.p.2002.

[14] OP.Cit.p.73

[15] Las Últimas Noticias. “Disculpen: Se Adelanto el fin del mundo, fue el jueves en el bellas artes. «ESCANDALO EN EL MUSEO». 28 de febrero de 1992.

[16] Edelman Lee. NO al Futuro, la teoria queer y la pulsion de muerte, editorial Egales.2004. «Leee Edelman, teorico y critico cultural Norteamericano en en el capitulo (Futuro es cosa de niños 17-62) de su libro No al Futuro, desmantela y deja en exposición los mecanimos culturales y signos que se encuentran bajo los discursos en pro del niño y en contra de las politicas públicas por combatir el VIH/SIDA y las leyes que regularicen el aborto»

[17] En los flayer de Spandex se promocionaban las distintas temáticas que diferenciarían cada evento: Spandex mayo 4, Noche de Negros mayo 11, 70 a la Chilena mayo 18, El caribe Nunca Tan Lejos Mayo 25. H…Made In Ingland Con la intervencion Rusa Junio 1. Noche de Estrellas junio 8. La Noche del Verbo Yo… Tu….. El…. Ella…. Ellos… Ellas. Noche De Epoca… “La Nuestra” Junio 22.  A las 24:00 HRS. Tickets de $ 1.000. Teatro Esmeralda, San Diego 1035 (A Pasos Av. Matta) Mayores de 21 años.

[18]Ultimas Noticias. Campaña alternativa para combatir el Sida. 30 de noviembre de 1992

[19] Oviedo Carlos. Del temor a la Esperanza, La Iglesia ante el desafio del Sida. «Carta pastoral del Arzobispo de Santiago Monseñor Carlos Oviedo Cavada». 29 de junio de 1993.p.31

[20] Según Yuri Celedón, productor de las campañas oficiales de prevencion en Sida: “En Chile se le tiene más miedo a la palabra condón que a la palabra Sida”.  Celedón es director creativo de la agencia publicitaria Veritas, productor de los avisos oficiales de la campaña contra el sida en 1997 cuando la Iglesia Católica y sectores conservadores se rebelaron contra la propaganda oficial que promovía el uso del preservativo”. Ver en: Rajevic. Pía. El libro abierto del amor y el Sexo en Chile. Editorial Planeta. Santiago. Chile.2000.p.116

[21] Capvih. Conasida [et al], Derechos Humanos y Sida, reflexión y desafíos. Santiago.  Andros Editor. 1997.p.26

[22] “Las primeras drogas aprobadas para el tratamiento de pacientes con infeccion por el VIH fueron los inhibidores de la TR análogos de nucleosidos. Estos son la zidovudina ( ZDV,AZT), la didanosina (ddl), la zalcitabina (ddC), la stavudina (d4T) y la lamivudina (3TC).” Ver: Sepulveda Cecilia. Sida. Editorial Universitaria. 1999. Santiago. Chile.p.117

[23] OP.Cit.p.104

[24]Llamas Ricardo. Construyendo identidades, estudios desde el corazón de una pandemia. Siglo XXI Editor. Madrid. 1995.p.48

[25] Ibid.p.48

[26] Venegas, Lucha, ed alt. ¿ Cuantas hijas de perra son necesarias para hacer estallar el mundo? Escrituras transgenicas en homenaje a hija de Perra , Revista Punto de Genero N°4. Diciembre de 2014. p.p.21

[27] Rodriguez, Claudia. Cuerpos para odiar, Las travestis sobre nuestras muertes no sabemos escribir. sin edicion. 87

[28] “ El SIDA se instala dentro del consciente massmediantico mundial a principios de los ochenta, a través de un grotesco imaginario visual manchado de cuerpos carcomidos por fiebres y diarreas misteriosas que consumen sus subjetividades y desdibujan sus contornos” ver en: EL SIDA Y SUS POLITICAS. En: Sida en Chile, Historias fragmentadas. Robles. Victor Hugo,  Editorial Siempre viva ediciones. Fundacion Savia, La fuerza de la vida. 2015. Santiago. Chile.p.105

[29] “El cuerpo con SIDA, rápidamente difundido al telespectador global, se instala como significante metonímico de un cuerpo homosexual contaminado a priori por las transgresiones que constituyen su deseo” ver en: Godoy, Marcial.  EL SIDA Y SUS POLITICAS. En: Sida en Chile, Historias fragmentadas. Robles. Víctor Hugo,  Editorial Siempre viva ediciones. Fundación Savia, La fuerza de la vida. 2015. Santiago. Chile.p.105

 

Dimarco Carrasco