parto | / Agencia Uno
En un comunicado, la organización rechazó la cobertura de los medios de comunicación nacionales que consignaron la muerte de la joven como un trágico parto de 25 horas.
«Como Coordinadora por los Derechos del Nacimiento – Chile tenemos la obligación de aclarar la información relacionada al lamentable fallecimiento de Paola Coria, una joven madre de la ciudad de Calama, quien habría sufrido complicaciones tras el nacimiento de su hija, las cuales estarían asociadas a un presunto diagnóstico de Acretismo Placentario, una condición grave que requiere un manejo clínico de alta complejidad. La noticia fue cubierta por varios medios de circulación nacional, siendo el titular más común: “Mujer muere tras estar 25 horas en trabajo de parto”.
Comunicamos formalmente que rechazamos la manera en que dichos medios han enfocado la situación que provocó el lamentablemente fallecimiento de Paola, ya que consideramos que el foco en la cantidad de horas de trabajo de parto versus las verdaderas razones médicas –o posibles negligencias- que habrían causado su muerte, demuestran poca rigurosidad periodística e irresponsabilidad al momento de presentar estos sensibles casos a la opinión pública.
El tratamiento somero de los hechos y el sensacionalismo editorial para titular sólo consiguen provocar temor y desinformación en una sociedad ya muy mal informada respecto de este y otros temas. Además, se alimentan prejuicios infundados y equívocos respecto a los verdaderos riesgos de un parto normal y de las características de una atención adecuada.
Creemos fundamental aclarar que el diagnóstico de Paola Coria es inusual y requería de un extremo cuidado por parte del equipo médico tratante. Sin embargo, la detección oportuna de posibles complicaciones y sus causas, tanto en este como en otros casos, permiten proteger a la mujer y al bebé de sus potenciales padecimientos, ya que se logra otorgar una atención médica apropiada en los momentos previos, durante el pre y post-parto en cada caso.
Aclaramos que a pesar de lo tendencioso de algunos titulares, en este caso no habría existido relación directa ni mucho menos causal entre las horas de trabajo de parto transcurridas y la posterior muerte de la madre. El parto de una mujer sana puede ser un proceso lento, sobre todo en primigestas. Sin embargo, acompañados éstos de un correcto monitoreo por parte de personal calificado, pueden transcurrir de forma segura, tanto para la madre como para el recién nacido.
Somos enfáticos en afirmar que el parto normal es la forma más segura de parir para mujeres con gestaciones sanas y que la cesárea es una intervención quirúrgica con indicaciones clínicas precisas que debe reservarse para casos que la ameriten.
Esta Coordinadora lamenta profundamente la muerte de Paola, y esperamos que su caso, así como el de cualquier muerte materna en Chile, sea investigada en profundidad, se consignen las responsabilidades correspondientes, y se revisen y mejoren los protocolos de atención en caso de que se ameriten. Si bien reconocemos la baja tasa de mortalidad materna en nuestro país, el fallecimiento de una madre es una tragedia para su familia y su comunidad, lo cual trasciende cualquier estadística.
El esclarecimiento de las circunstancias y la realidad de los hechos podrán de algún modo, sino reparar, al menos dar tranquilidad a los familiares, así como otorgar información valiosa a los equipos de salud para futuras situaciones similares.»
