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Marga Marga, Termoeléctrica los Rulos y la democracia

Por: Diego Ibañez Cotroneo | Publicado: 11.04.2017
Marga Marga, Termoeléctrica los Rulos y la democracia marcha termo 1 |
Nuestra provincia, como todo Chile, requiere avanzar hacia una matriz energética que coloque en el centro el interés de la ciudadanía. El actual paradigma energético privilegia la inversión rentable al corto plazo, en base a combustibles fósiles, en desmedro de otras opciones mucho menos contaminantes.

Fueron más de 5 mil personas las que concurrieron a la histórica movilización contra la instalación de la Termoeléctrica los Rulos en Villa Alemana. Y es que hace bastante tiempo que el silencioso trabajo de diversas organizaciones ha hecho sentido a la comunidad local, la cual ha respondido con inédita masividad en un carnaval cuyo soporte fue dado principalmente por las familias, las organizaciones vecinales, juveniles y las comunidades de pueblos originarios.

La jornada permitió situar públicamente un malestar incubado en la recientemente creada Provincia de Marga Marga (2010), cuya identidad local es modelada por la existencia de la Reserva de la Biosfera Campana-Peñuelas (UNESCO), la biodiversidad propia del valle del estero de Marga Marga, la pequeña y mediana producción agrícola/industrial, sumando un proceso de potente actividad comercial y expansión urbana, entre otros elementos. Dicho malestar pareciera encontrar su origen en la intensa desapropiación a la que han sido sometidos las y los vecinos respecto de sus barrios, producto de la arremetida comercial/inmobiliaria que coloca en jaque las tradicionales condiciones de habitabilidad. Así, emergen nuevos problemas de conectividad, hacinamiento y segregación, en un cuadro que tiene como telón de fondo una fuerte crisis nacional de confianza hacia las instituciones. Considerando dicho diagnóstico, la construcción de la carretera eléctrica “Cardones Polpaico” y la termoeléctrica “Los Rulos” terminan por interpelar el temperamento local, convocando a responder.

Cuando hablamos de desarrollo en Marga Marga legítimo resulta preguntarse quiénes terminan asumiendo los costos y los beneficios. Y es que el problema de fondo viene dado por la existencia de un modelo de país que termina privilegiando las inversiones de una pequeña élite, sacrificando –parcial o totalmente- el buen vivir de la comunidad. En lo particular, dicha élite-personificada por la empresa peruano-israelí IC POWER- termina prevaleciendo sobre los propios procedimientos administrativos y organismos públicos, surfeando una legislación ambiental hostil para las mayorías.

Nuestra provincia, como todo Chile, requiere avanzar hacia una matriz energética que coloque en el centro el interés de la ciudadanía. El actual paradigma energético privilegia la inversión rentable al corto plazo, en base a combustibles fósiles, en desmedro de otras opciones mucho menos contaminantes. El 70% de la matriz energética primaria se basa en el petróleo crudo, gas natural y carbón, donde un 88% es importado (95% de petróleo, 83% carbón y 81% gas natural). A su vez, la producción energética como la eólica, la solar y el biogás solo alcanzan el 0.7% de la oferta general. Si a ello le sumamos que solo el 22.2% de la energía es destinada para uso comercial, público y residencial, legítimo resulta preguntarse quiénes son los beneficiados por el actual modelo de desarrollo[1].

En un 2017 que será clave para Chile, si deseamos hablar en serio de desarrollo necesitamos poner de relieve una visión estratégica que apunte a aprovechar las ventajas de un país puntero en la disponibilidad de energías renovables no convencionales (como son la energía geotérmica y la solar) superando la actual dependencia extranjera e inseguridad energética. El rol del Estado, lejos del principio neoliberal de subsidiariedad, radica en impulsar activamente un ordenamiento territorial que ponga por delante las necesidades humanas, las identidades locales e históricas de los territorios, regulando la expansión urbana, la industrialización, el comercio y la explotación de recursos. En el área energética, resulta urgente también avanzar hacia la “eficiencia energética”, desacoplando la curva de crecimiento económico de la del consumo energético, como lo han logrado la mayoría de los países de la OCDE.

En síntesis, el conflicto abierto en Marga Marga es básicamente un problema de nuestra democracia, de ausencia de poder para la gente y las comunidades para definir qué entendemos por desarrollo. Las propuestas de país que impulse el Frente Amplio deben poner en el centro la cuestión de la legitimidad mediante la participación ciudadana. Para terminar con un modelo basado en el lucro y avanzar hacia un verdadero desarrollo se torna esencial que la nueva visión de progreso deba modelarse por la incidencia de las comunidades organizadas en las políticas públicas. En definitiva, la construcción de la termoeléctrica “Los Rulos” es un problema político antes que técnico.

[1] Balance Nacional de Energía, Ministerio de Energía, Anuario estadístico de energía y Energía 2050.

Diego Ibañez Cotroneo