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Cronología de un fracaso inédito: Las claves de cómo cayó «el mejor censo de la historia»

Por: Mauricio Weibel Barahona | Publicado: 19.04.2017
En el Desconcierto recordamos las claves del fracaso del censo de Piñera que obligó al Estado a gastar nuevamente millones de dólares y a movilizar a miles de funcionarios y profesores para intentar saber cuántos vivimos en nuestro país.

Fue anunciado como «el mejor censo de la historia» y terminó en tribunales. Encabezado por el economista Francisco Labbé, el registro terminó con una diferencia de casi dos millones entre las personas efectivamente contabilizadas y las proyecciones de población para Chile del Centro Latinoamericano de Demografía, Celade.

Estas fueron las claves de un fracaso que obligó al Estado a gastar nuevamente millones de dólares y a movilizar a miles de funcionarios y profesores para intentar saber cuántos vivimos en nuestro país:

1. La falta de planificación y el cambio de metodología: El primer error fue no advertir los atrasos en la ejecución de las operaciones que debían garantizar la realización de un censo simplemente normal. A eso se sumó la decisión de agregar al Censo la complejidad de ser realizado durante meses, con poca gente.

2. La crisis con los equipos técnicos: El director del INE en la época, Francisco Labbé, entró en conflicto con los equipos técnicos, los que terminaron siendo marginados del proceso de análisis y decisiones en torno al Censo 2012. Los profesionales advertían que los datos preliminares revelaban una enorme diferencia de habitantes respecto de las proyecciones demográficas. También dijeron que era urgente bajar los altos índices de moradores ausentes que mostraba la operación.

3. El dream team de Labbé: El director del INE desestimó cada una de las advertencias hechas por los técnicos. Acto seguido, concentró toda la toma de decisiones de la última etapa del Censo 2012 -validaciones e imputaciones- en un reducido grupo de tres asesores personales. Fue ese team el que decidió presentar la cifra de 16 millones 600 mil personas como efectivamente censadas, sin precisar que la cifra correspondía a las 15 millones 800 mil personas realmente empadronadas, a la que se sumaron arbitrariamente los 600 mil moradores ausentes.

4. Estalla la crisis: Los resultados del censo 2012 fueron presentados oficialmente el 2 de abril de 2013.
Las alertas sobre el proceso surgieron tres semanas más tarde, cuando un reportaje del Centro de Investigación Periodística, CIPER Chile, denunció que el entonces director del INE, Francisco Labbé «habría manipulado las cifras del censo», al presentar a los habitantes «estimados» como efectivamente empadronados, desoyendo al equipo técnico del organismo estatal.

5. Cae Labbé: Tras la denuncia, Labbé renunció al cargo junto a sus asesores más directos, aunque aseguró que las acusaciones eran infundadas y respondían a un ambiente «politizado». La justicia tomó el caso a través de la Fiscalía Centro Norte, la que procedió a investigar los posibles delitos de falsificación de instrumento público y falsificación ideológica. La Cámara de Diputados formó una comisión investigadora sobre el caso.

6. Una diferencia abismal: Ante la crisis, el gobierno encargó a una comisión internacional de expertos un informe para poder resolver qué hacer. Según ésta, la población censada en Chile fue de 15.758.929 personas, mientras la proyección del INE con asesoría del Celade para el 2012 ascendía a 17.382.005. Uno de cada diez chilenos estaba sin cesar. El informe también denunció omisiones en las respuestas y falta de transparencia en la publicación de los datos. «Esto es un tsunami que llegó inesperadamente», dijo el nuevo director del INE, Juan Eduardo Coeymans, una vez conocido el informe.

7. La pérdida de dinero: Los expertos internacionales también criticaron la pérdida de los recursos empleados en el censo, los que ascendieron a 30 mil millones de pesos chilenos, equivalente a unos US$60 millones según el diputado demócrata cristiano Gabriel Silber.

8. La salida: Ante la crisis, la mencionada comisión planteó como solución realizar un censo abreviado en un día feriado, donde las personas se cuenten donde estén al momento del censo y entreguen la información mínima necesaria para el proceso. Y así estamos.

9. El mea culpa de Piñera: Menos de 24 horas después de conocer el informe, el presidente Piñera reconoció errores en la planificación y la ejecución del censo. «Quiero pedir humildemente perdón a todos los chilenos por estos errores», afirmó en La Moneda.

 

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