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Carta abierta a Sergio Torretti Costa, Presidente Cámara Chilena de la Construcción

Por: El Desconcierto | Publicado: 24.04.2017
Carta abierta a Sergio Torretti Costa, Presidente Cámara Chilena de la Construcción camara |
Las palabras son bonitas, pero su gremio se encuentra en deuda, una deuda mucho más seria y profunda de la que usted siquiera imagina. Aquella no se salda con proponer una participación donde quienes deciden son dos a cuatro funcionarios (muchas veces conocidos de su Cámara), o que una consultora privada venga a mediar para que los/as vecinos/as tengan la capacidad de decidir de mejor manera su vida. Somos los y las habitantes quienes decidimos cómo vivir, no supuestas autoridades técnicas que ni siquiera viven en la ciudad que nuestras familias y antepasados construimos y reconstruimos.

Con interés hemos leído su artículo «Crisis de Planificación Urbana», publicado en el sitio de la Cámara Chilena de la Construcción. Interesantes palabras que reflejan, al parecer, un muy necesario cambio en la conducta histórica del gremio que usted preside, el cual hoy en día cada vez más cuestionado. El caso de la comuna de Estación Central ha puesto en evidencia los mecanismos bajo los cuales se ha desarrollado una conducta depredatoria y destructiva de las ciudades. En Valparaíso y, particularmente en cerros como Barón, O´Higgins, Delicias y Los Placeres, hemos sido testigos de situaciones que poseen una lógica similar.

Nos parece que usted y la “opinión pública” debería estar al tanto de las prácticas que subyacen a los procesos que decantan en la construcción de un edificio. Una organización como la suya no debería avalar con su silencio, sino más bien condenar de manera específica (dando su nombre), las acciones reales de empresas de su sector que se contradicen profundamente con las palabras que usted escribe, y a las cuales les quitan contenido y credibilidad.

¿Quiere ver algunos ejemplos? Estos no son más que la norma en la actuación de su sector, como bien lo saben los y las habitantes que a lo largo de Chile han sufrido su acción y agresión. La inmobiliaria Alto de Los Placeres, del Grupo Playa Mansa adquirió en términos “poco decorosos” un terreno en un bosque y desplaye de la Villa Berlín, Cerro Placeres, lugar por donde pasa el Acueducto Las Vegas y que abastece de agua potable a la población de Valparaíso. Esa empresa desea levantar un edificio en el lugar, fuera de toda lógica de riesgo. El permiso de edificación fue aprobado por Matías Valdés, Director de Obras de la I. Municipalidad de Valparaíso y fue impugnado por serias irregularidades; el mismo Matías Valdés fue requerido de sumario por Contraloría en dictamen emitido el día de ayer, por un caso similar en Cerro Barón.

Esta inmobiliaria (Alto de Los Placeres) contrató a la consultora Zentido Común, dirigida por la periodista y académica de la Universidad Viña del Mar, Marcela Llopis, que opera en directo contacto con el Presidente de la Cámara Regional de la Construcción de Valparaíso. Esa consultora ha intentado hacernos firmar e incorporar nuestro RUT en hojas en blanco en reuniones dentro de una Escuela Pública; se pasean por nuestros pasajes preguntando si estamos dispuestos a vender nuestras viviendas; o proponen reuniones de “participación” en casas de vecinos del barrio.

Usted habla lindas palabras, nosotros sufrimos las acciones de sus asociados.

A fin de cuentas, para esta empresa que pertenece a su gremio, este proyecto de edificación en altura en la Villa Berlín significa una alta rentabilidad. Para nosotros, ese pedazo de tierra significa otra cosa: en aquel lugar es donde están depositadas buena parte de las memorias de nuestros abuelos/as, padres y madres, y donde los hijos/as, nieto/as y bisnietos/as de la Villa proyectamos una forma de desarrollo diferente a la que proclama su gremio. Poco se avanzará en la realidad mientras su gremio siga viendo un lugar para construir como un «paño» y no como parte de un barrio, con una historia, medio ambiente y  personas. Su gremio usa la frase «obra de constructores, obra de todos», que suena como una cruel burla.

En otros cerros de Valparaíso, su industria inmobiliaria ya ha cobrado vidas y enfermedades varias. Le recuerdo el fallecimiento del Sr. Juan Silva en Cerro Barón, también presionado por la misma Marcela Llopis de la Consultora cercana a su gremio. ¿Usted se enteró acaso de quién era el Sr. Silva y cuanto sufrió a manos de una empresa asociada a su gremio?, y que está construyendo en un terreno cuyo arquitecto Matías Klotz es sobrino de la ex Directora de Obras de la Municipalidad de Valparaíso Adriana Germain; una más de las tantas coincidencias a las cuales estamos acostumbrados. La Contraloría emitió el 12 de Abril un dictamen en el cual requiere la cancelación de ese permiso y el sumario al Director de Obras Valdés y otros involucrados. Los propios trabajadores de esa empresa se burlaban de don Juan, o ¿es que acaso no se ha enterado de nada? ¿No tenía idea de escándalo del actual Plan Regulador Comunal de Valparaíso y la participación de Consultora Foco, su gremio y del Colegio de Arquitectos en él? ¿Quiere que le mencione otra coincidencia? José Herrera Toro es el Asesor Jurídico de la Dirección de Obras de Valparaíso, y al mismo tiempo se dedica a asesorar a empresas inmobiliarias, entre ellas ICAFAL, que tiene varios edificios en venta en Valparaíso. En Alemania se condena a las empresas que tienen ese tipo de relaciones. Con su dirección quizás esto comienza a cambiar, pues la conducta histórica ha sido diferente: todo un símbolo ha sido premiar a la ex Directora de Obras de Valparaíso Adriana Germain, ahora integrante de su gremio.

Sus palabras son bonitas pero los hechos de su gremio son nefastos. Pero sabe qué, no nos dan miedo las acciones de su gremio ¿Qué pensaría usted si los vecinos van a su casa en su momento de descanso y comienzan a hostigarlo y cambiarle la vida que usted ha forjado? Hay un sabio dicho que reza “no hagas con otros lo que no quieres que hagan contigo”.

Las palabras son bonitas, pero su gremio se encuentra en deuda, una deuda mucho más seria y profunda de la que usted siquiera imagina. Aquella no se salda con proponer una participación donde quienes deciden son dos a cuatro funcionarios (muchas veces conocidos de su Cámara), o que una consultora privada venga a mediar para que los/as vecinos/as tengan la capacidad de decidir de mejor manera su vida. Somos los y las habitantes quienes decidimos cómo vivir, no supuestas autoridades técnicas que ni siquiera viven en la ciudad que nuestras familias y antepasados construimos y reconstruimos. Le guste o no, los y las habitantes somos quienes deben decidir qué hacer, no usted, ni sus asociados ni esos técnicos supuestamente imparciales, que todos sabemos que no lo son.

A través de su carta, su gremio parece dar un primer paso importante, pero de ninguna manera suficiente; la deuda es demasiado alta. Lo invitamos a adaptarse a las reglas que decidamos los y las habitantes y cumpliendo ellas, hacer los negocios que le gusta hacer, aportando a la creación de ciudades a escala humana. No destruyéndola. ¿Cómo podría darle materialidad a sus palabras? Le propongo tres puntos básicos y mínimos para comenzar.

1.- Formar un Tribunal Anticorrupción y de ética que garantice independencia e imparcialidad, que reciba denuncias de actos de corrupción (que puede derivar luego a la justicia si así lo comprueba), faltas a la ética en los que participen sus asociados y que públicamente condene estas faltas, comprometiéndose los asociados a despedir al personal directamente responsable. Esos son hechos.

2.- Código de Buenas Prácticas obligatorio para los asociados, que prevenga, detenga y establezca procedimiento de castigo de los abusos como los ya mencionados, como por ejemplo los de la consultora Zentido Común, dirigida por Marcela Llopis.

3.- Su intermediación para detener la construcción (que aún no se inicia) de ese edificio en cerro Placeres y en su lugar se establezca un parque (nosotros lo conocemos como «el bosque»), que incluso podría llevar quizás hasta el nombre de los propietarios de la constructora.

Tome la posta que respetuosamente le propongo por este medio, porque a fin de cuentas son los hechos son los que valen; las palabras se las lleva el viento.

El Desconcierto