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Opinión

El alza de sueldos al profesorado en la Nueva Carrera Docente

Por: Eduardo González | Publicado: 29.07.2017
El alza de sueldos al profesorado en la Nueva Carrera Docente carrera docente |
Entendemos el ejercicio docente como una práctica social, transformadora, anclada en la colaboración, reflexiva, critica, autocritica, solidaria, sustentada científica y epistemológicamente. Su objetivo, en palabras de José Martí, es: “para preparar al hombre para la vida”. Esa persona es un ser humano inconcluso, abierto, recayendo, como decía Freire, en la escuela la tarea de desarrollar cada una de sus potencialidades. ¿Cómo se acerca esta carrera docente a estos principios? En nada.

Durante estos días ha sido noticia el aumento de los sueldos del profesorado en el marco de la Carrera Docente promulgada por el gobierno de la Nueva Mayoría.

¿Quién podría rechazar el que a un trabajador se le pague un poco más por la venta de su fuerza de trabajo? ¿Quién podría cuestionar la dicha de los colegas que verán en su colilla de sueldo un nuevo bono que le aumenta su salario, el cual dispondrán con certeza a pagar las deudas propias de una sociedad en donde los derechos sociales han sido mercantilizados?

Estas interrogantes nacen motivadas por muchos comentarios de sectores ligados al oficialismo que afirman que “ahora los profesores están contentos, pero hace poco estaban en contra de todo”.
Estás son críticas injustas, que no dicen relación respecto de lo que pensamos los profesores.

Lo hemos dicho de muchas formas. Hoy lo reiteramos: resumir la valorización del trabajo docente a un tema económico, es un reduccionismo que ignora la compleja tarea de educar que ante todo es una práctica social.

Desde esta apreciación, nace un problema estratégico: los aumentos salariales de la Carrera Docente son en clave “individual”, asociados al logro de estándares externos que prescriben la práctica docente jibarizando su autonomía. Es el resultado de lo que técnicamente conocemos como evaluación, cuyas consecuencias en Chile se entienden como un mero indicador de mercado, que ordena al profesorado en base a sus ingresos salariales ligados a ‘su’ rendimiento.

Digamos de paso que en los países que se citan como modelos educativos -como Finlandia, por ejemplo- estas medidas no se aplican y la evaluación en esos países tiene el sentido de la mejora escolar en base al contexto y la confianza.

Aún más, la lógica neoliberal también se expresa en la forma en que se aumenta el salario, esto es, el alza de los aspectos variables -bonos sujetos al tramo, horas de contrato, entre otros- por sobre los aspectos fijos. ¿En cuánto subió el valor hora del profesor, es decir, su sueldo base, estable, con la carrera? En cero pesos.

El actual valor es de $ 13.896 mensuales que equivale a $ 3.474 semanales. Como se ve, no se movió ni un peso a favor del profesor. Sin embargo, los bonos variables aumentaron.

Incluso la misma fórmula del Mineduc expresa contradicciones carentes de toda lógica. Imaginemos que dos docentes de la misma escuela tienen los mismos resultados en las evaluaciones, tienen a su vez la misma antigüedad, pero a uno de ellos se le redujeron las horas de contrato porque bajó la matricula del liceo y, por tanto, hay menos cursos.

¿Cuál es el resultado concreto? Ese docente, por una variable que no mide su desempeño, al reducir sus horas de contrato bajó su salario, es decir, ¡no tiene la máxima bonificación! ¿Por qué? Porque las asignaciones son todas variables en base a los horas de contrato. ¿Y qué responsabilidad le cabe al maestro de la reducción de la matricula de la escuela si su tarea es educar y no captar estudiantes? Ninguna.

Nuestra postura de rechazo a la carrera de la Nueva Mayoría sigue vigente, aunque se verifique un aumento de salario. La nuestra no es una concepción economicista del trabajo docente, aunque, por cierto, es obvio que nos merecemos un salario digno y decente como todos los trabajadores de nuestra patria. Sobre todo considerando que el 50 % de los trabajadores chilenos gana menos de $340.000 y 7 de cada 10 trabajadores menos de $500.000 líquidos.

Nos alegramos por aquellos maestros que hoy acceden a un mayor ingreso, porque día a día dejan lo mejor de sí para educar a los hijos de la patria en condiciones inimaginables para cualquier mente racional.

Por nuestra parte, nos mueve la intención de tensionar y romper la lógica profunda e invisible que reproduce este sistema injusto, abusador e inhumano. Esto implica discutir los fines de la educación, el para qué educar y el qué entendemos por ser un buen docente.

Al respecto, tenemos principios y convicciones: entendemos el ejercicio docente como una práctica social, transformadora, anclada en la colaboración, reflexiva, critica, autocritica, solidaria, sustentada científica y epistemológicamente. Su objetivo, en palabras de José Martí, es: “para preparar al hombre para la vida”. Esa persona es un ser humano inconcluso, abierto, recayendo, como decía Freire, en la escuela la tarea de desarrollar cada una de sus potencialidades: artísticas, culturales, históricas, filosóficas y técnicas. ¿Cómo se acerca esta carrera docente a estos principios? En nada.

Reivindicamos una concepción y visiones de la educación y, por lo tanto, del ser humano y la sociedad, muy diferente a la que se impone. Parece simple, pero el aumento salarial que se viene, esconde un concepto completamente diferente.

¡Colegas y compañeros/as! A no dejar nunca de lado esta tarea. Como dijo Manuel Guerrero: “Es mucho lo que Chile y nuestro pueblo esperan de los maestros”.

Eduardo González