Las claves que marcaron el discurso de Michelle Bachelet en la Asamblea General de la ONU

La 72° Asamblea General de Naciones Unidas se ha visto marcada por, entre otras cosas, la polémica intervención de Donald Trump donde planteó la amenaza de la «destrucción total» de Corea del Norte.

Sin embargo, hoy era el turno de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien pronunció su octavo y último discurso -considerando sus dos mandatos- ante esa instancia.

La mandataria inició su discurso enviando un saludo al pueblo mexicano, a los familiares de las víctimas del terremoto y también a las víctimas de los últimos huracanes que se han registrado en el centro y el norte de América.

Ante estos hechos y el fenómeno del cambio climático, señaló que cabía replantearse la clase de crecimiento que se está privilegiando. «Ante un escenario internacional marcado por la incertidumbre, necesitamos hoy otra definición: o dejamos que cada Estado busque imponerse y sacar la mayor ventaja de su situación o trabajamos activamente por la estabilidad y la paz común».

«Traigo hoy la voz de Chile, un país que ha aprendido de su historia, un país que ha conocido el dolor, pero también la esperanza. Más allá de su ubicación geográfica, en el extremo sur del continente americano, no está alejado del mundo. Por el contrario, está plenamente inserto en él», dijo Bachelet.

Luego remarcó las determinaciones que ha tomado Chile en torno al tema: «Frente a la determinación de sumarnos o no al combate contra el cambio climático, no hemos dudado. En línea con el ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) 14, vinculado a los océanos, y el Acuerdo de París, mi país ha puesto en marcha un plan de acción nacional de cambio climático. Entre las medidas que ya están en curso, destacan el impuesto verde sobre las emisiones de CO2 de fuentes fijas y la transformación que hemos hecho en materia energética: pasamos desde el principio de gobierno de un 6,3% a ahora un 17% de energías renovables no convencionales en nuestra matriz y nuestro propósito es llegar al 90% al año 2050».

En esa línea, la mandataria expresó: «Creamos nuevos parques marinos y áreas marinas protegidas. Hoy casi la mitad de nuestra zona económica exclusiva está protegida, alcanzando la histórica cifra de 1 millón 329 mil km2 bajo conservación marina».

El anuncio que marcó la jornada fue la presentación de un proyecto de ley que prohibirá el uso de bolsas plásticas en zonas costeras en un plazo de 12 meses. «Seremos el primer país de América en implementar este tipo de ley», dijo.

«El corazón de nuestra reforma es la educación»

Pero no todo fue ecología, sino que la presidenta aprovechó también de destacar otras reformas llevadas a cabo durante su gobierno, como «un profundo cambio al sistema electoral que heredamos de la dictadura», el avance en «la ampliación de libertades y derechos reproductivos» y la «elaboración participativa de una nueva Constitución, más moderna y democrática».

Pero la presidenta destacó sobre todo la reforma educacional: «El corazón de nuestra reforma es la educación, en menos de cuatro años hemos hecho cambios para garantizar por un lado que las personas tendrán la educación que requieren y merecen más allá de su situación socioeconómica; y por otro que Chile contará con más profesionales y técnicos para las áreas más relevantes para su desarrollo».

«Queremos llegar a la gratuidad universal. Es nuestra manera de reivindicar la idea de que no habrá progreso individual sin progreso colectivo, que no puede haber bienestar perdurable cuando unos pocos grupos privilegiados pierden el vínculo con los más desfavorecidos. El bienestar tiene que fundarse en el lazo común y en valores universales para ser verdadero», señaló.

Situación en otros países

No puedo dejar de mencionar la situación que está atravesando un país hermano como es Venezuela. Chile en conjunto con otros 11 países de la región ha hecho un llamado a un diálogo creíble entre el gobierno y la oposición, y estamos dispuestos a jugar el rol que los venezolanos estimen conveniente con el fin de obtener buenos resultados de manera pacífica, política y democrática.

También hizo un llamado a que Corea del Norte «cese las pruebas nucleares, cumpla con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (…) En este marco hemos participado activamente en las negociaciones para generar el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, que hemos firmado hoy día temprano en la mañana. Es un hecho histórico que crea una norma que sienta las bases para futuras negociaciones que van a permitir su total eliminación de manera verificable e irreversible».

«Desde el sur el mundo se ve diferente. Cuando aún existen vastos sectores en nuestros países sin acceso a los bienes públicos más básicos, cuando todavía hay hambre y segregación, trabajo precario y una enorme desigualdad, la conclusión es una sola: tenemos un largo camino que recorrer antes de que la agenda de la solidaridad prime por sobre la del egoísmo y la indolencia», agregó.

Durante el discurso, la presidenta respaldó la gestión del secretario general Antonio Guterres, quien hace unos días la había convocado para integrar la Junta Asesora de Alto Nivel sobre Mediación de la ONU y se reunirá con ella mañana.