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Cinema Novo: Deseo a historia

Por: Iván Pinto | Publicado: 26.09.2017
Cinema Novo: Deseo a historia cinema novo |
Cinema Novo es, ante todo, una revisión personal realizada desde la propia memoria del cineasta, buscando dar con algunas claves y zonas de emoción y afectividad en torno a estas imágenes, su búsqueda de interpretar y leer a Brasil, un proyecto cultural perdido que en el registro de Eryk Rocha pareciera ser la arqueología de un proyecto que quedó inconcluso o interrumpido.

Gracias a la recién conformada Red Nacional de Salas de cine y la distribuidora Salamandra Cine, podemos ver en cartelera comercial el estreno documental de Eryk Rocha, un poético homenaje que realiza a la generación de su padre y el movimiento que fundó: el Cinema Novo.

Cabe aclarar algunos puntos. Cinema Novo (la película) no es sólo un documental informativo sobre el movimiento cinematográfico, sino sobre todo un homenaje realizado por Eryk Rocha a su padre Glauber Rocha, a quien ya había dedicado el documental Rocha que voa(2002) por ser considerada una de las voces más relevantes del movimiento. Aunque son filmes distintos, ambos parecieran tener una conexión respecto a un legado histórico y un diálogo entre generaciones.

Cinema Novo está trazado como una cartografía histórica y afectiva en torno al movimiento, realizada desde un montaje experimental que combina libremente archivos procedentes de películas como Cinco veces favela (1962), Os fuzis (Ruy Guerra, 1963), Vidas secas (Nelson Pereira dos Santos , 1963), Deus e o diabo na terra do sol (Glauber Rocha, 1964), O bravo guerreiro (Gustavo Dahl, 1969) y Macunaima (Joaquim Pedro de Andrade, 1969) y archivos de emisiones televisivas, entrevistas, declaraciones que Rocha va interponiendo a modo de un montaje exploratorio y ensayístico. Aclaro todo esto porque es posible que quien busque saber más del movimiento salga imbuido de referencias, pero estas no son del orden del dato sino más bien de las ideas y el espíritu que impulsó un movimiento en la historia cultural de ese país, todo ello desde una memoria que busca trazar el montaje.

Para quien conozca algo de toda esa historia hay una especie de sub-relato, acaso más exigente, que obliga a pensar las relaciones específicas entre las imágenes montadas, el movimiento artístico y la historia política brasileña. También aclaro esto porque tengo la sensación de que el documental puede ser algo opaco para quien no conozca nada del movimiento, quizás incluso podría producir un rechazo.

Teniendo este acuerdo, Cinema Novo es, ante todo, una revisión personal realizada desde la propia memoria del cineasta, buscando dar con algunas claves y zonas de emoción y afectividad en torno a estas imágenes, su búsqueda de interpretar y leer a Brasil, un proyecto cultural perdido que en el registro de Eryk Rocha pareciera ser la arqueología de un proyecto que quedó inconcluso o interrumpido.

Es interesante cómo visualiza uno de los ejes fundamentales del Cinema Novo como movimiento, sobre todo la idea de una “ruptura” con un cine anterior y la búsqueda de una estética nacional que Rocha buscó reinventar en términos de tradición a partir del cine de Humberto Mauro. Es aquí también donde aparece uno de los ejes fundamentales, ese vínculo con la vida cotidiana de Brasil, la búsqueda de conexión con una cultura popular, que pienso que equivocadamente la crítica de Juan Pablo Pizarro tilda de un cine “para el pueblo sin el pueblo”, cuando el problema era, precisamente, la confrontación con las ideas de un pueblo folclórico o tradicional (promovido por derecha) a partir de un cine que pensara una nueva forma de pensar la relación arte y sociedad, texto y contexto, imágenes e historia.

Es así como Rocha dedicó varios textos a este problema fundamental, la idea de una “colonización” que penetraba en las mentes y llegaba incluso a autodefinirse en un lugar de estatismo o pasividad e incluso miseria, un concepto que el mismo Cinema Novo fue trabajando a lo largo de su trayecto que partió en la búsqueda de ese Brasil “real”, la denuncia de las condiciones de vida que habían sometido las élites sociales a las políticas del terror que comienzan precisamente con el golpe de 1964, momento en que las distintas violencias empiezan a aparecer con fuerza en todas las imágenes del Cinema Novo (y que el documental muestra con precisión).

La versión de un cine populista o miserabilista no tienen lugar en ninguna de las películas del movimiento, y menos aún hacia fines del sesenta, los desencantos de  Rocha o Hirszman, imágenes que el filme muestra con crudeza, sin ningún tipo de idealización. Quizás uno de los puntos fuertes del filme es ese viaje al desencanto, de las posibilidades de una intervención cultural y las distintas variables que hacen que una vanguardia fracase en su objetivo central: el intervencionismo, la censura, la dificultad de una operación compleja en el campo cultural cruzado por la “colonización” y la dictadura.

El documental, entonces, monta algunos “motivos” de estas imágenes: la búsqueda de comprensión de las condiciones de vida (los grandes proyectos documentales de Geraldo Sarno y Eduardo Coutinho), los problemas sociales vinculados a la desigualdad como son los filmes de Hirszman o Joaquim Pedro Andrade, el paisaje como determinante social y cinematográfico (la fotografía trabajada como “grabado” en alto contraste ), figuras de liberación o censura (los reiterados planos de personajes corriendo, en esa sensación de ida al vacío), o la revisión de la iconografía y mitografía popular (el famoso cangaceiro o el propio Macunaíma). En fin, todos elementos que podrían leerse como parte de esta cartografía emocional e histórica que Eryk Rocha busca homenajear y revisar con un rigor cinematográfico y propio. Pienso que este “método” puede pasar desapercibido, y su conexión con las intenciones del Cinema Novo -la búsqueda de una exploración entre documental/ficción, de explorar ese cine entre el neorrealismo y la vanguardia soviética, entre lo íntimo y lo histórico, pero incluso aquello de “una idea en la cabeza, una cámara en la mano”-  hablan de un problema transversal a todo el filme: la búsqueda de un método productivo de creación, o de una creación productiva.

El homenaje de Eryk Rocha es, en ese sentido, absolutamente materialista. Es un homenaje a la materialidad misma de las imágenes (en los tiempos diferenciales, heterogéneos y anacrónicos del archivo) y aquello que las moviliza en el territorio de las ideas y la historia. Es ahí donde el montaje en un modo afectivo y sensible busca lugar para hacer de ello algo inteligible, la aparición de una multiplicidad irreductible  concebida como un deseo de Historia.

https://www.youtube.com/watch?v=Oj7NZp1WBVs

Nota comentarista: 9/10

Título original: Cinema Novo.
Dirección: Eryk Rocha.
Guión: Eryk Rocha.
Edición: Renato Valone. Reparto: Glauber Rocha, Nelson Pereira dos Santos, Mario Peixoto, Alberto Cavalcanti, Humberto Mauro, Leon Hirszman, Joaquim Pedro, Carlos Diegues, Ruy Guerra, David Neves, Walter Lima Jr., Gustavo Dahl, etc.
País: Brasil.
Año: 2016.
Duración: 85 minutos.

Iván Pinto