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Acompañamiento al embarazo: Las instituciones que postularán al Minsal tras la ley de aborto en tres causales

Por: Paula Aguilera | Publicado: 04.10.2017
Acompañamiento al embarazo: Las instituciones que postularán al Minsal tras la ley de aborto en tres causales | /Agencia Uno
Desde organizaciones que buscan evitar a toda costa que las mujeres interrumpan su embarazo a agrupaciones que participaron por la elaboración de la ley de despenalización. Hasta ahora son ocho las instituciones que se preparan para integrar el listado que el Ministerio de Salud acreditará para hacer acompañamiento privado.

Son al menos ocho organizaciones de la sociedad civil las que, hasta el momento, han manifestado su intención de postular a la acreditación –que otorgará el Ministerio de Salud (Minsal)– para instituciones que quieran entregar el programa de acompañamiento que contempla la ley de aborto en tres causales.

El texto, promulgado el pasado 23 de septiembre, estableció el derecho a «un programa de acompañamiento, tanto en su proceso de discernimiento, como durante el periodo siguiente a la toma de decisión, que comprende el tiempo anterior y posterior al parto o a la interrupción del embarazo», aunque no será obligación acceder a él y será cada mujer quien decidirá si lo necesita o no.

Esta arista generó debate durante la tramitación de la ley –que se dividía entre quienes resaltaban la importancia de la opinión de distintos expertos, y los que acusaban que el acompañamiento se trata de un método de disuasión para quienes decidan abortar–. Finalmente, la medida se incluyó a causa de que fue una condición de la DC para darle su apoyo a las tres causales.

Ahora, ya dentro del texto, las mujeres embarazadas podrán elegir entre los programas de la salud pública y un registro de instituciones privadas acreditadas por el Minsal que no tendrán financiamiento estatal. Actualmente, la cartera está redactando el reglamento que normará la implementación de la ley y que establecerá, entre otras cosas, cómo se realizará dicho proceso y en qué condiciones, según explicó Paz Robledo, asesora del ministerio a cargo de la elaboración del texto.

Sin embargo, los programas de acompañamiento a embarazadas tienen trayectoria en el país, y muchas de las organizaciones que aspiran a sumarse al listado de instituciones privadas ya cuentan con experiencia en el área, tienen una red de trabajo conjunto y participaron de forma activa en la tramitación de la ley desde sus distintas perspectivas, que es la que pretenden traspasar a la nueva normativa y la cual explicaron a El Desconcierto. Estas son algunas de ellas.

Red Chile es Vida

En 2014, cuando se anunció el envío del proyecto de despenalización del aborto en tres causales, se creó la plataforma Chile es Vida, que en su sitio explica que tiene entre sus objetivos «difundir la protección del valor de la vida del ser humano desde su concepción hasta su muerte natural». Está integrada por más de 50 organizaciones, entre las que se encuentran ONGs, fundaciones y centros de estudio, y a través del sitio difunden actividades como seminarios y capacitaciones, columnas de opinión y textos que destacan la importancia del acompañamiento en casos de «embarazos vulnerables».

Entre sus integrantes está la Fundación Chile Unido, que realiza programas de acompañamiento desde hace más de 18 años. «Nuestra preocupación principal es tutelar el vínculo madre-hijo, para que esa mujer no se dañe con las secuelas que deja el aborto, y que ese hijo que está en riesgo de vida, deje de estarlo», explica su directora, Verónica Hoffman, quien agrega que «el 85% de las mujeres que hemos acompañado desistió de abortar, lo que ha permitido que más de 5 mil niños vengan al mundo«.

El acompañamiento que realizan contempla apoyo en las áreas médica, psicológica, jurídica y laboral, y es desempeñado por voluntarios, ya sea profesionales o capacitados. En la misma línea trabajan Amigos de El Maule por la Vida –que fueron capacitados por la Fundación Chile Unido– y Corporación Maternitas. «Nos dimos cuenta que las mujeres llegan destruidas, solas, y al bajar esos niveles de angustia y miedo, ellas deciden quedarse con sus hijos o darlos en adopción. Entonces, con esos niveles de angustia y soledad, es imposible tomar una decisión libre, porque están abrumadas», describe Paulina Arellano, directora de Amigos de El Maule por la Vida, acerca del proceso que realizan.

Ambas organizaciones nacieron en 2014, y explican que el período de acompañamiento varía dependiendo de cada historia. Desde Corporación Maternitas señalan que lo que impulsó su creación fue el bullado caso de Belén, la niña de 11 años que quedó embarazada producto de las constantes violaciones de su padrastro, a quien le ofrecieron un acompañamiento que se extiende hasta la actualidad. «Se crea una relación súper fuerte, por ejemplo yo soy madrina de la guagua de Belén, entonces tú vas creando lazos que duran más allá de presupuestos o reglamentos», señala Patricia Gonell, la directora de la institución.

La red también está integrada por agrupaciones como Testimonios por la Vida, que realiza principalmente acompañamientos de tipo remoto (por teléfono o vía chat) y difusión de testimonios de carácter anónimo. «De esta forma las mujeres se abren y sienten la confianza de poder decir cosas que no le han contado a nadie más y que tal vez de manera presencial no lo harían. Pueden hacerlo desde sus casas, sin tener que salir ni ver con quien dejar a sus hijos», explica Constanza Saavedra, una de sus directoras.

Dentro de este circuito se definen como «sin ideologías», y muchos de ellos tienen vínculos con entidades religiosas, como es el caso de Acompañares de Red Christus UC –proyecto que se especializa en la inviabilidad fetal, pero que pretende extenderse a la causal de violación, según explicó su impulsor, el doctor Jorge Neira– y Proyecto Esperanza, que nació trabajando en distintas parroquias.

Este último, según explica su directora, Elizabeth Bunster, realiza «acompañamientos para la superación del duelo a personas que ya han pasado por la experiencia del aborto y que todavía siguen llorando desconsoladamente, y reclamando que no hubo nadie que les pidiera que no abortaran, o que no les dieron otra alternativa».

Por eso, este circuito adoptó una posición activa ante la tramitación de la nueva normativa, exponiendo su experiencia ante las comisiones de Salud de las Cámaras de Diputados y Senadores, y presentando sus reparos ante el Tribunal Constitucional. Además, desde su creación, la red Chile es Vida ha organizado una serie de foros, seminarios y actividades, entre ellos, la visita de Rebecca Kiessling, quien fue concebida por violación y solicitó a José Antonio Kast revisar la ley.

«El Ejecutivo comenzó este debate y como sociedad estamos llegando tarde. Vamos a seguir llegando tarde porque finalmente se va a facilitar y financiar el aborto. Distinto hubiera sido si nos hubiéramos puestos a pensar en las mujeres en situación vulnerable y resolver eso que le hace pensar en el aborto», resume Verónica Hoffman.

Defensa de los derechos sexuales y reproductivos

Una de las organizaciones que se mostró más activa con respecto a la despenalización del aborto en tres causales fue la Corporación Miles Chile, que también manifestó su intención de sumarse al proceso. «Estamos trabajando en un medio de consejería y orientación como los que existen en México y Uruguay, y que tiene que ver con informar y acompañar a las mujeres en el marco del derecho a decidir», explica su directora, Claudia Dides.

A ellas se suma la Asociación Chile de Protección de la Familia (Aprofa), que según describe su directora, Débora Solís, «es una organización que trabaja en derechos sexuales y reproductivos hace más de 50 años», y agrega que «nos interesa trabajar en el acompañamiento y difusión de la ley porque queremos que las mujeres la conozcan como parte de sus derechos y contribuir a la despenalización social del aborto».

La organización cuenta con ocho centros de prestación de servicios en regiones y alianzas con municipios y la Cruz Roja «donde atendemos principalmente a población que no llega al sistema público, como trabajadoras sexuales, embarazos en adolescentes menores de 14 años o infecciones de transmisión sexual», describe Solís, que explica que la organización tiene la categoría de droguería, por lo que además entregan insumos médicos que no están en la canasta básica de salud, como los condones femeninos.

Ambas organizaciones también expusieron su experiencia ante el Congreso y su defensa al proyecto de despenalización del aborto en tres causales ante el Tribunal Constitucional.

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