Avisos Legales
Tendencias & redes

Concha Buika, «la perla negra del flamenco»: «‘Gracias a la vida’ fue uno de los temas que provocó que fuera cantante»

Por: Pablo Álvarez Y. | Publicado: 21.10.2017
Concha Buika, «la perla negra del flamenco»: «‘Gracias a la vida’ fue uno de los temas que provocó que fuera cantante» 3M |
La artista mallorquina, ganadora de un Grammy Latino que ha tocado con artistas que van desde Chick Corea a Nelly Furtado, conversó con El Desconcierto sobre su admiración por la lucha estudiantil chilena, sobre la inmigración y sobre los 25 minutos de regalo para uno mismo que ofrece en «Para mí».

Hoy se le reconoce mundialmente como una artista que logra erizar la piel con su voz, pero cuando tenía nueve años y mientras interpretaba una canción chilena en el coro de su iglesia, María Concepción Balboa Buika vivió uno de los grandes rechazos de su vida.

—Aquí hay alguien que está cantando como un perro — dijo sin piedad su maestra de coro, provocando que todos se dieran vuelta a mirar a la joven morena mallorquina, hija de padres exiliados de Guinea Ecuatorial.

Con su particular voz, Buika estaba tratando de darle un toque original al clásico «Gracias a la vida». Su maestra se sentó a su lado, le dio algo de beber y nunca volvió a presentarse en ese coro. La joven salió decepcionada, pensando que nunca podría cantar para dios.

«El ser humano está hecho para superar barreras. Yo no sabía que ‘Gracias a la vida’ era de Violeta Parra, pero fue uno de los temas que provocó que fuera cantante. Ahora, lo que nunca se preguntó esa mujer es si a mí me parecía que los perros tenían una voz fea, lo que no creo. Lo que hace bonita a una voz no es el color ni tal, sino lo que transmite», dice hoy la llamada «perla negra del flamenco».

En el camino para dejar atrás esa experiencia, la que hoy es conocida como «Concha Buika»-o simplemente «Buika»- ha sido nominada a los Premios Grammy, ha ganado un Grammy Latino, ha sido parte del soundtrack de películas de Pedro Almodóvar y ha tocado con artistas de la talla de Chucho Valdés, Chick Corea, Seal, Nelly Furtado, Manzanero y Javier Limón, entre otros.

Combinando diversos géneros que van desde el flamenco y el jazz hasta el soul y el funk, Buika visitará nuestro país el 2 de noviembre con un concierto en Teatro Oriente de Santiago. Sobre su show, su música y su visión sobre la artista conversó con El Desconcierto.

—La primera vez que viniste a Chile fue en 2009. ¿Cómo han sido tus experiencias en este país?
—Han sido experiencias muy buenas. La ciudad de Santiago es muy curiosa porque parece que está caliente el tiempo. Yo primero había ido a Argentina, Buenos Aires, donde era más tranquilito, pero llegar a Chile fue un choque bastante curioso.

—Bueno, para tu segunda visita en 2014 te tocó ver algunas protestas estudiantiles e incluso enviaste un saludo a los estudiantes.
—En aquella época lo sentí mucho en mi corazón. Esos muchachos me hicieron sentir mucho amor. Era tan convulsa la situación y los veías luchando tanto, tanto, tanto. Merecen todo mi amor y respeto porque dieron una gran lección. También me impresionaron los abuelos y los papás que se les unían, me hicieron llorar, me impresionaron mucho y amé mucho a esa gente.

—¿Qué mensajes son los que traes en esta nueva visita?
—¿Sabes qué pasa? Es que los mensajes están ocultos en las canciones. Son personales, intransferibles e inalienables. Cada persona escucha y decide sus mensajes, yo simplemente los traslado. De dónde sea que nacen las canciones, de dónde sea que vienen esos recuerdos en las narraciones, van hacia el interior de las personas. Eso es parte de la magia de la música. Yo solo veo dónde canto, pero no veo dónde me escuchan, no sé qué secretos te está tocando mi canción en realidad. Eso es lo maravilloso, que uno entra dentro del otro y viceversa, pero sin decirnos nada y sin enterarnos.

—Más o menos, ¿qué podemos esperar de tu show acá en Chile?
—No lo sé, en eso soy muy rebelde. Nunca preparo un show estático. El público algunas veces te toca mucho el corazón y es increíble, por lo que es un camino conjunto. La gente paga un precio por estar ahí y yo formo parte de esa tribu de Chile. Por lo tanto cuando salimos tanto ellos como yo a ese escenario, que es el teatro entero con sus butacas, ahí ya es la magia, cruzar líneas. Ni la distancia nos separa, ni el saber nos corrompe, ni el cuerpo nos difama, nada de nada. Ahí ya somos música.

—¿Cómo entiendes el concepto de tribu?
—Yo lo entiendo como que hacemos una tribu de acuerdo a sentimientos comunes. Ha sido así desde tiempos inmemoriales, se sentaban alrededor de un monumento, de una obra. Nosotros nos reunimos alrededor de la música, nos sumergimos en ella, una experiencia maravillosa.

—Y para ti, personalmente y a nivel de sentimientos, ¿qué significa tu último EP «Para mí»?
—Son 25 minutos efectivamente «para mí». Hoy en día, eso es un regalo que viene del cielo. Son 25 minutos no para ser la mejor madre o padre, hijo o hija, el mejor amigo o el mejor en tu trabajo. No, no, no: son para ti. Ni para compartir tus ideas, sentimientos, sensaciones… no, para ti. Cada vez que lo nombras te estás regalando algo.

—¿Por qué crees que la gente no se da ese tiempo para uno mismo?
—Porque la sociedad cada día hace más reglas y más difíciles de sostener. Al fin y al cabo, la gente más inteligente del mundo a veces es la que tiene las peores ideas. Son los listos los que joden el mundo y los tontos los que tenemos que arreglarlo después jajaja. Ellos toman las decisiones que hacen que las bombas caigan, que levantan muros, que hacen que la gente sufra. Nuestro trabajo diario de empatía y esfuerzo, tú en el periodismo, yo en los escenarios, el otro profesor de escuela, la otra abogada, el otro haciendo el pan, somos quienes con el esfuerzo de cada día conseguimos que el mundo se recupere un poquito. Eso se hace a diario y es importante se haga con alegría.

—¿Cómo ves la situación que se vive en España , particularmente en Cataluña?
—La veo muy larga, de mucho tiempo. Estamos agotados. Ambas partes están sentadas espalda contra espalda. Yo estoy agotada. Te digo una cosa: desaparecieron tribus, desaparecieron mares, desaparecieron animales, desaparecieron especies enteras, países que se unieron a otros, otros que desaparecieron. Yo lo único que digo es que, sean como sean las cosas, yo no dejaré de ir a Barcelona, porque esa ciudad me flipa. La gente de ahí es bellísima, la costa es maravillosa, una cultura increíble. La gente quiere volver a tener su vida normal. Hay mucha opinión libre y confusión. Solo espero que pase pronto y que todo el mundo se recupere sin daños colaterales.

—Acá en Chile se ha generado una división por la inmigración. Hemos tenido al menos tres casos de discriminación que han adquirido relevancia pública en el último mes. ¿Cómo crees que se puede combatir el racismo?
—El racismo, el infanticidio, el feminicidio… todo eso se puede combatir con la buena educación. Se puede erradicar con una educación base de primera. La educación ayuda a la normalización del entorno, ayuda a erradicar la pereza mental. Así de claro.

—¿Te ha tocado vivir parte de eso?
—Es que hemos tenido sociedades depresivas, muy dictatoriales y antagónicas con esto de tener que defendernos. A mí me ha pasado muchísimo que me pregunten: «¿De dónde vienes?». Y yo digo: «De aquí, de Palma Mallorca». Y como me ven negra y con los ojos rasgados como oriental, me vuelven a preguntar: «No no, pero ¿de dónde eres?». Y yo diciendo que la respuesta no iba a cambiar. Les cuesta entender que una mallorquina tenga mis rasgos. No sé si en tu tierra pasa eso. Yo no entiendo qué parte de su cerebro no entiende que soy de ahí. Todavía tenemos esa cultura de que un tipo con los ojos rasgados no puede ser, por ejemplo, chileno. ¿Por qué no?

¿Crees que, por ejemplo, con presidentes como Trump se ha agudizado el tema de levantar muros entre la gente?
—Yo no soy de las que tienen un mensaje negativo ni hacia Trump ni hacia Rajoy. Esas personas están ahí porque otras personas les han puesto ahí. Yo amo a las personas esté de acuerdo o no con sus ideas. Ahora mismo el mundo está tan en candela que se necesita respeto de los dos bandos.

Buika termina la entrevista enfatizando el mensaje de que el ser humano está hecho para superar barreras, tal como hizo con las que le puso su profesora de canto en el coro de la iglesia:  «A todas esas fronteras y muros que quieren construir, que los pongan, no se preocupen, ya encontraré cómo saltarlos. Más alto, más alto. Cuando traspase ese muro te vas a dar cuenta de lo inepto que eres por todo el tiempo que te has gastado construyéndolo, cuando podrías haberlo gastado en que nos tomemos una cerveza y nos hiciéramos amigos».

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.