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Carlos Ruiz y la apuesta de IA para la segunda vuelta: «No se trata de negociar, se trata de disputar la agenda de reformas»

Por: Sebastián Flores | Publicado: 23.10.2017
Carlos Ruiz y la apuesta de IA para la segunda vuelta: «No se trata de negociar, se trata de disputar la agenda de reformas» |
Director del Departamento de Sociología de la U. de Chile, presidente de la Fundación Nodo XXI y mentor de Izquierda Autónoma. Carlos Ruiz conversó con El Desconcierto y, polémico como siempre, se refirió a la propuesta de diálogo con que su organización busca condicionar a Guillier en el caso de que el Frente Amplio no pase al balotaje. «Los términos de una eventual oposición a Piñera no pueden ser la defensa del legado del gobierno de Bachelet», declama.

Los estudiantes que circulan por el Campus Juan Gómez Millas de la U. de Chile buscan qué hacer en esta hora de colación. Algunos comentan los nombres de los candidatos recién inscritos a la Fech, otros participan en un foro de la Revista Bello Público y la gran mayoría simplemente almuerza.

Ajeno a todo eso, desde la altura del 4° piso de la Facultad de Ciencias Sociales, Carlos Ruiz Encina (52) tiene otros asuntos de qué preocuparse. El pasado martes 17, en una conferencia de prensa, los principales dirigentes de Izquierda Autónoma (IA) solicitaron iniciar un «diálogo» con Alejandro Guillier con la idea de interpelar a los partidos que lo apoyan sobre sus compromisos con las demandas sociales. Ante eso, Ruiz tiene harto que decir.

En el texto, dado a conocer por Francisco Figueroa (candidato a diputado por el distrito 10) y Sebastián Aylwin (encargado político de IA), se proponen ocho puntos como condiciones para llegar a un acuerdo en un eventual escenario del balotaje donde Beatriz Sánchez queda eliminada. Advierten que quieren evitar tanto las ambigüedades de Michelle Bachelet en la elección pasada como la fracasada experiencia de algunos militantes de Revolución Democrática (RD) que fueron parte del gobierno. Además, postulan que la idea de un plebiscito del Frente Amplio «evade» la discusión política de fondo.

Frente a esto, el sociólogo y autor de «De nuevo la sociedad» explicó a El Desconcierto las razones de la apuesta de su organización. Aunque hoy se define como «militante de base» y asegura que su trabajo y su familia le dejan poco tiempo para meterse en el cotidiano de IA, Ruiz tiene claro su rol de referente y líder de opinión. Por lo mismo, analiza los posibles escenarios tras la elección, defiende la independencia del Frente Amplio (FA) y critica en duros términos el legado del actual gobierno.

-¿Por qué esta jugada de IA? ¿Por qué justo a un mes de las elecciones?
-Hoy hay que salir a disputar una agenda de reformas que se puede desdibujar en segunda vuelta, y yo creo que el Frente Amplio, y en particular la candidatura de Beatriz Sánchez, representa como ninguna otra fuerza la voluntad de transformaciones. El FA tiene que plantear su propia agenda de reformas en este y en cualquier escenario: en la campaña, ganando en primera vuelta, perdiendo en primera vuelta, ganando en segunda vuelta, perdiendo en segunda vuelta y siendo oposición al gobierno de Piñera.

-Con esta negociación pareciera que están lapidando la opción de que Beatriz Sánchez pase a segunda vuelta.
-Yo no he usado la palabra negociación porque no me parece que haya que entrar en ninguna negociación. Esto es una bandera de la campaña. La gente que vote en primera vuelta por Beatriz Sánchez tiene que saber que, en cualquier evento, las fuerzas que la respaldamos y reconocemos su liderazgo vamos a seguir planteando esas banderas y les vamos a poner más carne en segunda vuelta. Hay gente que puede pensar «bueno, no son ellos los que se van a oponer a Piñera, entonces votemos por el único que sí se puede oponer» y caemos en el chantaje de los ’90 en que no había posibilidad de levantar una construcción de izquierda porque siempre era el chantaje parar a la derecha. No se trata de negociar, se trata de disputar la agenda de reformas, porque los términos de una eventual oposición a Piñera no pueden ser la defensa del legado del gobierno de Bachelet.

-Igual lo de negociación es porque dentro del mismo FA han catalogado así la iniciativa.
-Yo creo que se confunde este asunto. En la historia del Frente Amplio hay gente que colaboró con este gobierno y nunca se ha hecho un balance claro en la coalición, aunque puede que lo hayan hecho dentro de sus organizaciones. Las reformas promovidas en los espacios donde colaboró esa gente del Frente Amplio han sido pésimas. Yo entiendo que haya temor en sectores del FA por esa cuestión, por eso es importante aclararlo de inmediato: rechazamos cualquier forma de co-gobierno, de petición de puestos, de nombramientos o de cualquier tipo de cuestión. Nosotros tenemos que respetar la autonomía e independencia del FA, que es un proyecto político que no está hecho ni para primera ni para segunda vuelta, sino que está hecho para, de una vez por todas y después de cuatro décadas, empezar a inaugurar el fin del neoliberalismo en Chile.

-Dices que no hay posibilidad de co-gobierno con la Nueva Mayoría (NM), ¿y la posibilidad de co-oposición a Piñera? Hay algunas banderas que tanto la NM como el FA van a defender en común.
-Yo no puedo suponer… seguramente van a haber alineamientos de fuerza con algunos sectores. En algunos temas tengo coincidencias con el sector socialista de Fernando Atria, pero ese sector no es dominante dentro del Partido Socialista, entonces no sé a qué pueda llevar. Sí te podría decir que para hablar de reformas reales me parece que es muy importante levantar el tema constitucional, incorporarlo en la discusión. Puesto en otros términos: hay que constitucionalizar la salida del neoliberalismo. Mañana tú me puedes decir: «hay gente de la Nueva Mayoría que apoya esto». Yo te diría que Atria lo puede apoyar y coincidiría con él, pero la NM es un mundo ancho y ajeno. Y a menudo es más ajeno que ancho.

-Pero el Frente Amplio también es ancho: hubo sectores como el Partido Igualdad donde se mostraron profundamente en contra de su propuesta. Incluso dijeron: “si quieren sentarse a negociar con los sostenedores de las injusticias y los malos gobiernos, háganlo solos».
-Me parece súper legítimo que lo planteen. Eso sí, yo creo que es una respuesta doctrinaria.

-¿En qué sentido?
-En que es no abrirse a que, cuando los escenarios cambian, hay que volver a ajustar una táctica para volver a incidir. La bandera que usaste hasta aquí no te funciona en un escenario de segunda vuelta, que está hecho para generar sistemas bipartidistas o bicoalicionalistas. Se ha probado en Estados Unidos y es lo que han tratado de hacer en Chile. Borrarse o restarse de la segunda vuelta es replegarse hacia atrás, desapareciendo como una alternativa real para la gente que quiere transformaciones, renunciando a volver a vincular la política con la gente y la vida cotidiana. Y mira, ¿sabes qué? No. Nosotros estamos en una posición recién emergente, y ante cualquier evento, esta fuerza que esta naciendo se va a ajustar a las coyunturas y a los cambios de escenario que vengan para mantener nuestras banderas.

-Y eso, dices tú, ¿no lo estaría haciendo Igualdad?
-Esta es mi opinión: la posición que está planteando Igualdad es totalmente legítima, pero creo que el Frente Amplio tiene que aprender a dialogar y a deliberar, tiene que mostrar a la sociedad que es una fuerza deliberante, pero que comparte los mismos intereses, eso sí. Yo creo que todos estamos buscando lo mismo.

Con todos por WhatsApp

-¿Cómo se mantiene la unidad y la proyección del Frente Amplio, más allá de lo electoral, cuando existen diferencias tan sustantivas como estas?
-Con respeto a la deliberación. Yo creo que un tema como este no se resuelve votando online.

-Lo dices criticando el plebiscito de hace un mes para zanjar el programa presidencial.
-No, pero yo creo que hay mucha deliberación, porque la deliberación estimula la elaboración, pero todavía nos falta acumular mucha densidad histórica en esta cuestión. Nosotros queremos ser la fuerza que va a sepultar 40 años de neoliberalismo, pero antes que nosotros se estrellaron muchas fuerzas: desde una izquierda histórica en los ’80 hasta el Partido Comunista metiéndose dentro de la Nueva Mayoría. Entonces, ¿por qué vamos a llegar nosotros a decir «borrón y cuenta nueva, con nosotros empezó la historia». Eso es una arrogancia de verdad absurda. Aprendamos a hacer balances de nuestros propios procesos. ¿Cuál es el balance que se puede hacer de aquellos que pensaron que colaborando con este gobierno iban a producir las reformas? Ese balance no se ha hecho y hay un daño en el Frente Amplio por no hacerlo.

-Con respecto a eso, hay fuentes del PS que aseguran que se han reunido con algunos militantes de RD para negociar cargos en un eventual gobierno de Guillier. Se comenta, desde ese mismo espacio, que lo que ustedes como IA están haciendo iría en esa misma línea: adelantarse al escenario de la derrota.
-Te soy muy honesto: no tengo absolutamente ninguna información de ninguna de las dos cosas. Entiendo además que RD, como es una organización más compleja y más grande, tiene matices. Y en IA me extrañaría, la verdad, pero yo no tengo ninguna información.

-¿Tú no estás metido en el día a día de Izquierda Autónoma?
-No, ni menos con RD. Eso sí, me comunico con todos por WhatsApp. Los tengo a todos: a la Parada (Javiera), a Giorgio (Jackson), a Pancho (Figueroa)… pero no sé, me extraña. Y no sólo de IA, sino también de RD. Yo confío en que en el Frente Amplio se está trabajando en levantar un nuevo proyecto, y por eso creo que si me abro a deliberar con alguien es porque sería de forma honesta.

-La duda existe porque esta apertura al diálogo con la Nueva Mayoría parece una especie de «sálvese quien pueda» ante la bolsa de gatos que hay dentro del Frente Amplio y que algunos aseguran podrían acabar con la coalición tras la elección.
-No soy el más autorizado para hablar de ese tema, pero…

-Te lo digo también por los dichos de Gabriel Boric, quien tildó de «improcedente» la idea de dialogar con la Nueva Mayoría por la segunda vuelta? Dijo que es un error andar negociando «votos que aún no sacamos».
-Insisto, en esto no ha habido ninguna propuesta de negociación. Ahora, lo que sí me sorprendió es que se declarara improcedente el tema cuando ellos mismos habían escrito una columna antes sobre esto. A mí me parece legítimo tanto que hayan escrito la columna como que podamos debatir.

-¿Leíste la columna que escribió tu hermano junto a Jorge Sharp donde plantean que es necesario «conversar sin negociar»?
-No, yo leí la de Gabriel. La otra fue después me parece, ¿no?

-Sí, fue después.
-Bueno, el primero que habla de este tema es Gabriel, y ahí se produce una conversación que a mí me parece que es natural. Desde antes ya estaba dando vuelta en Twitter y gente diciendo lo que hay que hacer. A mí me parece que había que ponerle contenido. Ahora, ¿cómo negocio contigo si defiendo o no defiendo la educación pública? Eso no se puede negociar, vamos a volver entonces a ponerle vouchers a la cuestión que es todo lo contrario a lo que planteamos, eso es ir para atrás. Además, si yo estoy negociando, estoy esperando que tú me des algo. Yo te doy algo a cambio de qué, ¿un puesto? El FA debe trabajar como una oposición política independiente.

En Las Condes nos fue súper mal

-Francisco Figueroa, coordinador nacional de IA, ha destacado como uno de los liderazgos importantes del Frente Amplio. ¿Cómo proyectas su figura dentro de una coalición donde se está intentando erradicar mesianismos como el que se le ha atribuido a Alberto Mayol?
-Izquierda Autónoma tiene una característica que no es muy común en los otros grupos y es que tiene una gran cantidad de personas que fueron dirigentes nacionales universitarios: Pancho Figueroa, Andrés Fielbaum, la Vale Saavedra, la Camila Rojas, la Dani López, Sebastián Aylwin… es una docena de dirigentes. Hay una experiencia de construcción de fuerzas colectivas, y eso contrasta bastante con lo que es la experiencia política real que no tiene una figura como Mayol, un liderazgo que se ha construido más por la vía mediática que por la construcción y las dificultades de conducción de lo que era, por ejemplo, el 2011. No voy a poner más ejemplos, pero en fuerzas políticas débiles no son los únicos candidatos que hacen carrera por la televisión…

-¿Pamela Jiles?
-Hay otras más. Eso contextualiza de manera bastante relevante la disputa que hay dentro del distrito 10. Porque lo que se perfila es el tipo de identidades culturales -en lo que se refiere a cultura política, para decirlo en términos gramscianos- que se van a ir construyendo y proyectando dentro del Frente Amplio en este rato.

-Una de las críticas que se le hace a IA es que su apuesta siempre fue ceñirse a lo universitario, a lo gremial en el tema de la educación, y que su inserción real en sindicatos o juntas de vecinos es muy baja. ¿Cómo lo ves tú?
-(Piensa) Me da un poco de lata volver al tema de la división, pero te quiero reconocer un tema: este es un problema general del Frente Amplio.

-Y, por lo tanto, también de Izquierda Autónoma, ¿no?
-Sí, de todos. O sea, acá no es que se dividió entre los obreros versus los estudiantes, eso es Disneylandia. En los otros lados son lo mismo y creo que hay la misma cantidad de niñitos de colegio. En algún momento se construyó la idea de que el anclaje social de Beatriz Sánchez eran niñitos ABC1, pero la votación de las primarias desmintió eso. Yo tuve un debate en la tele con Vidal (Francisco) en la tele sobre eso: en Las Condes nos fue súper mal.

-Pero eso no es sinónimo de que hay arraigo en lo territorial.
-Por supuesto. Eso no quiere decir que el carácter social del anclaje sean los movimientos organizados, además porque lo territorial y lo laboral son dos cosas distintas. De hecho, en los ’80, cuando se construye la idea de lo territorial, está la idea de que hay que salir de las fábricas para irse a las poblaciones. Son dos universos distintos. Yo te digo esto porque lo he conversado con gente que no es del Frente Amplio y con los cuales me parece que sí nos tenemos que unir, como son los socialistas que te puse de ejemplo. La votación socialista que sigue esa tendencia es mucho más popular que las bases del Frente Amplio.

-Claro.
-Pero también te puedo poner un ejemplo por el otro lado: el movimiento No+AFP, con los cuales también tengo muchos amigos de vieja data y de las luchas que teníamos en los ’90. Aquí no hay jóvenes estudiantes universitarios recién graduados. También tienen el tema de que los códigos culturales que se manejan en esos movimientos, no son los códigos en que dirime y resuelve el Frente Amplio. De hecho, resolver las cosas por una discusión online no es precisamente de sectores iletrados.

Cupo de inclusión

En el último congreso ideológico de las Juventudes Comunistas se reforzó la tesis del «movimiento juvenil de carácter popular», lo que implica que sus esfuerzos iban a estar en la juventud marginal del país. ¿En el Frente Amplio hay alguna discusión de ese tipo?
-Te voy a ser lapidario en este punto: el carácter social es transversal en el Frente Amplio. Por ejemplo, el candidato de Izquierda Autónoma que hay en Iquique (Rodrigo Oliva) es dirigente de los pescadores artesanales, pero eso no resuelve el fondo de tu pregunta, porque alguien te puede decir «mira, en tal lugar tenemos un candidato de este tipo», pero tú cuando vas a la base general…

-Es que pareciera que los nombran como si fueran un cupo de inclusión, así como para decir «miren, nosotros tenemos a un pescador artesanal de candidato, así que no nos pueden decir que no tenemos inserción social».
-Y así podrías decir lo mismo cada organización del FA, excepto algunas más viejas como el Partido Humanista (PH), que tiene un carácter distinto y su anclaje en los movimientos estudiantiles es casi nulo.

-¿No te parece que el PC haya impulsado avances en este gobierno?
-Se hizo una reforma que consagra la educación de mercado. Encuentro muy peligroso que Camila Vallejo, en su campaña para ser reelegida diputada, llame a la gente a inscribirse en este sistema de gratuidad como propaganda, porque sabe perfectamente a qué se está refiriendo con eso. Aquí hubo una línea del ministro Eyzaguirre de hacer pedazos la educación pública y entregar cada vez más fondos para que, con arcas estatales, se saliera a consumir educación privada. Me parece súper peligroso que el viraje del PC hacia el mundo popular sea salir a entregar estos bonos para salir de candidatos en estas elecciones. Ahí yo me pregunto qué se está buscando, que alguien me explique qué quiere decir volcarse hacia el joven marginal.

-¿Te parece contraproducente esa apuesta?
-Voy a poner otro ejemplo: el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza (PC), es un heredero de las políticas de gasto social focalizado, instaladas en Chile por Miguel Kast para defender a «los verdaderos pobres». Es decir, reprimir y frenar los derechos que tomaban tanto la clase media como los sindicatos y apostar por construir un pinochetismo popular, un clientelismo en los sectores marginales. No les resultó, pero de ahí viene ese Longueira que dice «yo me voy a las poblaciones, duermo en una citroneta con un saco de dormir y eso somos la UDI». Lo increíble de ese gasto social focalizado es que dice que el Estado solo debe proteger a los verdaderos pobres y no se compromete con ningún otro derecho. El resto de los derechos sociales, entonces, se privatizan y se mercantilizan. Esa es una política absolutamente contraria a los derechos sociales universales, es el corazón del centro neoliberal y su intento por construir un anclaje popular. Lo patético es que hoy lo administra el Partido Comunista.

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