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Opinión

Que la rabia y tristeza se convierta en militancia

Por: Cristóbal Mardones | Publicado: 06.01.2018
Que la rabia y tristeza se convierta en militancia Marcha Valparaiso 2017 | Agencia UNO
Vemos los gobiernos de derecha en Latinoamérica y sentimos la represión, el retroceso con las reformas laborales como ejemplo. Pero esto no nos puede dejar perplejos, no basta con el comentario en redes sociales y no basta con el haber votado, hoy necesitamos que la tristeza y la rabia se transformen en militancia y la gente común se vuelva a tomar la política.

Ya en la campaña lo planteábamos: el votar es el primer paso, pero con eso no alcanza para una transformación social, menos para frenar un retroceso. Los resultados generales de las elecciones recién pasadas lo demuestran. Por esto, necesitamos que la gente común se vuelva a tomar la política.

En un país sumido en el individualismo, donde el sinónimo de éxito es quién supo robar sin que lo pillaran, donde nuestros adolescentes corean canciones de cómo llegar a ser traficantes y la única alternativa mostrada es llegar ser futbolista, donde los libros y la cultura están escondidos en la última sala del colegio sin ser utilizados por décadas y donde los medios de comunicación crean extraños sentidos comunes. Era impensado que no ganara Sebastián Piñera. Él es quien refleja las carencias mencionadas, como atributo personal.

Estamos ante un escenario de decadencia humana importante, pero no es solo un problema chileno, esto lo estamos viendo como un fenómeno mundial, donde la gente actúa con el síndrome de Estocolmo, defiende a sus captores e incluso los vota. Claro que esto va más allá de la cuestión política, el candidato de la Nueva Mayoría pudo haber recibido el apoyo de todas las figuras reconocidas, de todos los partidos políticos y aún así no alcanzaría para ganarle a la derecha, porque hay un problema de base cultural dañado, donde la frase “el chileno es flojo” o “yo salvo solo” la escuchamos a diario.

Pero quienes sabemos que una parte de la población está coartada de la realidad, nos hemos dedicado a criticar ofensivamente, catalogándolos de “Fachos Pobres” o de “ignorantes”, demostrando una superioridad intelectual y moral poco comprendida, generando rechazo y negación a nuestros argumentos. Más aún, muchos de quienes han utilizado estos calificativos lo realizan desde una crítica en redes sociales, sin estar en constante acción territorial, demostrando que el cambio es posible.

La autocrítica debe ser mayor y de todos los actores de esta sociedad, no solo de los partidos o políticos. La forma de nuestro actuar diario debe ser modificado, debemos romper el individualismo con las formas más cotidianas posible, desde el saludar hasta penetrar las formas de activismo sociales, para dejar el debate dialéctico y comenzar a mostrar una alternativa de vida y de país, desde el actuar.

Sin duda sentimos preocupación del porvenir. Y cómo no, si vemos los gobiernos de derecha en Latinoamérica y sentimos la represión, el retroceso con las reformas laborales como ejemplo. Pero esto no nos puede dejar perplejos, no basta con el comentario en redes sociales y no basta con el haber votado, hoy necesitamos que la tristeza y la rabia se transformen en militancia y la gente común se vuelva a tomar la política.

Cristóbal Mardones