Oprah Winfrey y ex militar trans, las nuevas figuras que podrían saltar a la política estadounidense

En los últimos días el rumor de que Oprah Winfrey podría ser candidata demócrata a las presidenciales de 2020 ha tomado fuerza. Tras su viralizado discurso en la gala de los Globos de Oro, el nombre del rostro más famoso de la televisión estadounidense empezó a relacionarse con una posible candidatura a la Casa Blanca.

De hecho, justo el día siguiente de la ceremonia, el canal estadounidense CNN aseguró que dos de sus amigos cercanos dijeron bajo condición de anonimato que la reportera está «pensando firmemente» en postularse como aspirante a la presidencia del país.

La idea no es nueva. Ya se le ocurrió a un tal Donald Trump, que lo dijo en 1999 en una entrevista con Larry King en la que hablaba de sus ambiciones presidenciales. Cuando el presentador le preguntó si había pensado en algún vicepresidente, Trump respondió: “Mi primera opción sería Oprah”. Y agregó: “Es una mujer estupenda, alguien muy especial (…) Si lo hiciera sería fantástico. Es popular, brillante, una mujer maravillosa”.

Su apoyo siempre ha sido para el partido demócrata, y respaldó a Barack Obama frente a Hillary Clinton en 2008, y a esta en 2016.

Winfrey, que no ha respondido al revuelo, es una de las personas con más credibilidad popular del país. Nació pobre en un pueblo llamado Kosciusko, en el Mississippi rural segregado, en 1954. Hija de una madre soltera, fue criada por su abuela en los primeros años hasta que se mudó con su madre a Milwaukee, Wisconsin. Asegura que sufrió una infancia de maltratos y abuso sexual. Después de huir de su casa, se quedó embarazada a los 14 años. El niño nació prematuro y murió al poco tiempo.

A los 18 años debutó en una radio local de Nashville, donde había terminado el bachillerato. Unos años después se mudó a Baltimore, donde fue reclutada para presentar por primera vez en televisión un matinal local. Luego fue fichada para un programa similar en Chicago, en 1984. Nada más empezar a presentarlo, se convirtió en el número uno de su franja. A los dos años, el programa era tan popular que le cambiaron el nombre: The Oprah Winfrey Show. Cuando se empezó a emitir a nivel nacional, el 8 de septiembre de 1986, se convirtió en el programa de variedades número uno en EE UU. Desde entonces ya no tiene solo su propio programa, sino que también posee su propio canal de televisión, OWN (siglas de Oprah Winfrey Network) donde hace Super Soul Sunday, un programa también con entrevistas y muy centrado en temas de autoayuda y superación personal.

Chelsea Manning, de la cárcel al Senado

Otro de los nombres que buscan entrar en la política es el de Chelsea Manning, la ex militar transexual condenada por filtración de secretos. Manning presentó y registró la semana pasada oficialmente su candidatura al Senado de Estados Unidos por Maryland para las elecciones del próximo noviembre. Competirá en primarias contra el actual senador demócrata que se presenta a la reelección este 2018 en Maryland, Ben Cardin. Cardin fue elegido en 2006 y reelegido en 2012 por más de 30 puntos sobre su oponente republicano.

La nueva política, de 30 años, pasó siete años en una prisión militar por filtrar miles de documentos clasificados como secretos. Fue indultada por el presidente Barack Obama en su último año en el poder.

En 2010, cuando se llamaba Bradley y era un hombre, Chelsea Manning filtró más de 700.000 documentos, imágenes y vídeos clasificados como secretos a Wikileaks. Se considera la mayor filtración de material sensible de la historia de Estados Unidos. Los documentos revelaban los entresijos de las guerras de Irak y Afganistán.

Tras su detención en Kuwait, pasó tres años en prisión si juicio, en condiciones que fueron condenadas internacionalmente. En 2013 fue condenada por un consejo de guerra a 35 años de prisión por cinco cargos relacionados con espionaje. En la cárcel anunció su condición de transexual y luchó por que se le fuera reconocido el derecho a someterse a un tratamiento hormonal para el cambio de sexo. El Ejército la puso en aislamiento tras dos intentos de suicidio. Finalmente, sus abogados consiguieron que se le permitiera iniciar en prisión el tratamiento para el cambio de sexo.