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Mario Vargas Llosa dice que el feminismo es «el más resuelto enemigo de la literatura»

Por: El Desconcierto | Publicado: 19.03.2018
Mario Vargas Llosa dice que el feminismo es «el más resuelto enemigo de la literatura» | /Getty Images
El escritor peruano está preocupado porque cree que la literatura «pudiera desaparecer». Como culpable apunta al movimiento feminista, al que compara con la religión que en el pasado establecía «censuras gravísimas» y levantaba «hogueras», ejemplifica con iniciativas como el decálogo feminista, que pide que se elimine de las salas de clases a autores como Pablo Neruda o Javier Marías.

Una polémica columna fue la que escribió el domingo pasado el afamado escritor peruano Mario Vargas Llosa, en la que lanzas duras críticas al movimiento feminista, a partir de algunos episodios recientes en que activistas han criticado obras del mundo literario.

El autor de «La ciudad y los perros» parte relatando la desesperanza que lo invade por estos días con respecto a los tiempos actuales. «Trato de ser optimista recordando a diario, como quería Popper, que, pese a todo lo que anda mal, la humanidad no ha estado nunca mejor que ahora. Pero confieso que cada día me resulta más difícil», escribió en El País.

«Lo que me tiene más desmoralizado últimamente es la sospecha de que, al paso que van las cosas, no es imposible que la literatura, lo que mejor me ha defendido en esta vida contra el pesimismo, pudiera desaparecer«, agrega.

Como culpable de lo anterior, el peruano de 81 años sindica al feminismo, al que califica como «el más resulto enemigo de la literatura» y que «pretende descontaminarla de machismo, prejuicios múltiples e inmoralidades». «No todas las feministas, desde luego, pero sí las más radicales, y tras ellas, amplios sectores que, paralizados por el temor de ser considerados reaccionarios, ultras y falócratas, apoyan abiertamente esta ofensiva antiliteraria y anticultural», aclara.

Como ejemplos, el escritor menciona el «decálogo feminista» de sindicalistas que pide eliminar del currículum escolar a autores como Pablo Neruda, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte, y el análisis que hizo la escritora Laura Freixas de «Lolita» de Nabokov, explicando que el protagonista era un pedófilo incestuoso violador de una niña que, para colmo, era hija de su esposa. «Olvidó decir que era, también, una de las mejores novelas del siglo veinte», señala.

El autor, ganador de un premio Nobel, compara al movimiento con la religión que «fue, en el pasado, el más decidido a liquidarla (la literatura) estableciendo censuras severísimas y levantando hogueras para quemar a los escribidores y editores que desafiaban la moral y la ortodoxia». Así, señala que «quienes quieran juzgar la literatura desde un punto de vista ideológico, religioso y moral se verán siempre en aprietos», y que quienes la «someten a controles y censuras que pura y simplemente acabarán con la literatura, o se resignan a concederle aquel derecho de ciudad que podría significar algo parecido a abrir las jaulas de los zoológicos».

Vargas Llosa concluye que «quienes se empeñan en que la literatura se vuelva inofensiva, trabajan en verdad por volver la vida invivible». Un detalle no menor es que en la columna el peruano menciona a una serie de autores masculinos para defender su postura, como Popper, Faulkner, Céline, Proust, Bataille, referencias en las que eso sí, no es posible encontrar a ninguna mujer.

Consultada al respecto por La Segunda, la escritora y editora de los Libros de la Mujer Rota Claudia Apablaza, dijo: «Vargas Llosa, como otros escritores y escritoras, creen que existe la ‘literatura’ independiente de la cultura y de los procesos históricos y culturales. No podemos escindir ambos procesos, porque la literatura en cierto punto es manifestación de la mentalidad y cosmovisión de un momento determinado».

Además, agrega que cree que «el alegato de Vargas Llosa es muy personal» y que él no se vea inmerso en la discusión del feminismo es «un problema de ego». «Sus ideas y su escritura no encajan en esta discusión y le debe doler, le echa la culpa a ‘la literatura'», dice. «Y por otro lado, el único inquisidor es él, que quiere hacer desaparecer este nuevo proceso histórico y cultural con una columna muy penca«, agrega.

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