El incierto escenario en el que Martín Vizcarra asumiría la Presidencia de Perú

«El cargo de vicepresidente solo entra a funcionar cuando el Presidente está de viaje y cuando el Presidente no esté, yo regresaré». Lo dijo en una entrevista en 2017 el vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra, consultado por la posibilidad de llegar a reemplazar al presidente Pedro Pablo Kuzcynski (PPK), quien esta tarde anunció la renuncia a su cargo. Precisamente, esto es lo que está haciendo ahora mismo Vizcarra, quien se encuentra de regreso al país vecino desde Canadá, donde ejerce también como embajador.

Si no hay cambios, a partir de este jueves Vizcarra, de 54 años, será el nuevo mandatario.

Este ingeniero civil e hijo de un militante aprista y una profesora de escuela asentados en Moquegua, se graduó de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y obtuvo un diplomado en Administración Gerencial de la Escuela de Administración de Negocios (ESAN). Su carrera política comenzó en 2006, con el intento, sin éxito, de llegar a la gobernación regional de Moquegua de la mano del partido Apra.

Tras un primer intento, llegó al cargo en 2011, después de alcanzar popularidad liderando la negociación del denominado «moqueguazo», unas protestas en contra de la minera Southern Perú que en 2008 paralizó totalmente la actividad de la región durante varios días. Vizcarra tomó el rol de mediador y logró que las demandas de los manifestantes fueran respondidas con grandes beneficios.

PPK lo incorporó como miembro de su lista presidencial para las elecciones de 2016. «Dicen que PPK es mal político porque es muy transparente. Dicen que a PPK le falta malicia y que su problema es que dice la verdad. Eso es lo que me convenció de ser parte de esta fórmula», dijo entonces para argumentar su decisión de ser parte de la candidatura.

Su primer cargo en el gobierno fue como ministro de Transportes y Telecomunicaciones, donde tuvo que enfrentar un duro cuestionamiento por una serie de polémicas sobre la construcción del aeropuerto de Chinchero, Cusco. Aunque un informe de la Contraloría detectó irregularidades en el proyecto, no hubo hallazgos sobre la participación de Vizcarra. Sin embargo, su credibilidad quedó perjudicada y la oposición, que cuenta con mayoría en el Congreso, anunció un proceso de censura en su contra que él mismo frenó renunciando a su cargo. Pocos meses después, fue designado como embajador de Canadá.

Vizcaya goza de poco apoyo popular. Además. él no ganó las elecciones, por tanto, no tiene bancada en el Congreso. Además, el legislativo tiene poder de veto a todas las iniciativas del Ejecutivo e incluso podrían echar a Vizcarra. Es por eso que podría convocar elecciones en caso de asumir como presidente.

Otros escenarios

El escenario más probable que se dibuje a partir de este jueves es que el Congreso acepte la renuncia de PPK y acto seguido Martín Vizcarra asuma el cargo sin sorpresas de última hora. El nuevo presidente jurará como titular, no provisional. Por eso, tendrá que cumplir el periodo original de su antecesor, hasta 2021.

Todos los ministros del gobierno deberán renunciar porque dependen de la confianza del Presidente. Al no estar, se van los ministros, excepto Mercedez Araoz, actual presidenta del Consejo de Ministros y segunda vicepresidenta, quien fue elegida en las elecciones pasadas para este último cargo. Por eso, no podrá ser destituida del cargo. La primera misión del nuevo mandatario será, entonces, conformar nuevo gabinete

Otros escenarios -todos ellos menos probables- pasan por que los congresistas aceptaran la renuncia del PKK, pero Vizcaya rechazara asumir el cargo. En este caso, asumiría la segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz. Si ella tampoco aceptara, sería designado el presidente del Congreso.

En último caso, podría darse también que el Congreso rechazara la renuncia de Kuczynski para que sea la propia Cámara la que destituya al Presidente. Eso sería interpretado como un gesto simbólico para humillar al mandatario. Aunque no es la opción que más suena, no se descarta del todo ya que algunos diputados del Frente Amplio peruano manifestaron su apoyo a esta opción. Precisamente, esta fórmula fue la que se ocupó en el 2000 para llegar a la inhabilitación del ex dictador Alberto Fujimori.

A partir de este jueves empezará a trazarse un nuevo panorama en la política peruana. Hasta entonces, sólo se sabe que la voluntad del presidente PPK, según anunció en un discurso televisado esta tarde, es que la transición sea «constitucionalmente ordenada», lo que es de dudosa credibilidad, a juzgar por los últimos hechos.