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Tomás Hirsch (PH), Natalia Castillo (RD) y Vlado Mirosevic (PL) fueron los encargados de la coalición de izquierda de argumentar la posición del bloque ante las duras críticas de la derecha. Los tres coincidieron en condenar la violencia pero explicaron que quieren hacerlo a través de un debate y diálogo «transparente» sobre esta cuestión.
La agresión que el ex diputado y candidato presidencial José Antonio Kast recibió este miércoles en la Universidad Arturo Prat de Iquique provocó una cola de reacciones dentro de la esfera política.
A pocos minutos de empezar la sesión de este jueves, la diputada Pepa Hoffman planteó discutir un proyecto de acuerdo que había sido redactado por Francisco Undurraga (Evópoli) para rechazar de forma institucional la agresión al ex diputado. La bancada de la UDI, varios de Chile Vamos e integrantes de la DC adhirieron a la iniciativa que pedía al Ministerio de Educación que se instruya a las Universidades del Estado a generar las condiciones para que se puedan discutir todas las ideas en los recintos universitarios.
El objetivo de quienes encabezaron el proyecto era conseguir el apoyo unánime de los comités para levantar su proyecto como una declaración de condena a la violencia que vivió Kast de la totalidad del Congreso. Sin embargo, el Frente Amplio, a través de su representante en el comité, Tomás Hirsch (Partido Humanista), decidió no entregar la unanimidad a la propuesta de la derecha. Ante la decisión de la coalición, Undurraga espetó: «Con vergüenza tengo que decir que los jóvenes del Frente Amplio que teóricamente como muchos nuevos que vinimos a renovar la política, cayeron en la misma trampa del pasado». Sin embargo, las críticas al bloque llegaron por todos lados del arco parlamentario.
Después de la lluvia de reproches, varios de los parlamentarios y parlamentarias frenteamplistas participaron en un punto de prensa para aclarar sus posiciones. El primero en comparecer fue Vlado Mirosevic (Partido Liberal), quien criticó el «doble discurso» de muchos de los congresistas e incluso del propio Kast ya que -dijo- «hay que repudiar la violencia venga de donde venga y él [Kast] no lo ha hecho».
El liberal aseguró que el FA no apoya la violencia ni la justifica, y anunció que la próxima semana presentarán un proyecto de ley para rechazar la violencia en el que se mencionará a Kast y muchos otros casos».
La segunda intervención fue la de la diputada Natalia Castillo (RD), quien se dedicó a detallar el por qué su bancada no entregó los votos. «Nos opusimos a la unanimidad porque la discusión es lo central y por eso queremos darla», dijo Castillo. «El proyecto de acuerdo no se ha discutido en el fondo», argumentó, algo que los frentamplistas consideran fundamental. Además, reiteró su «condena» a todo tipo de violencia en una universidad o donde sea». La diputada insistió en la importancia de que exista «un debate» del proyecto que se presentó y reiteró la intención de presentar una propuesta propia del FA para abordar el tema luego de la semana distrital.
Finalmente, fue el turno de Tomás Hirsch (PH), quien fue mucho más contundente en sus declaraciones. «Es claro que FA rechaza la violencia y cualquier agresión como las que sufren las mujeres mapuche, las personas inmigrantes o los ex diputados; por lo mismo estamos presentando una resolución al respecto», enfatizó. Preguntado sobre lo ocurrido durante la reunión de comités, Hirsch dijo que se habló de estos procedimientos de votación como «prácticas habituales», pero que el FA quiere desmarcarse de éstas porque quiere «que las cosas se debatan y se discutan, que se hagan de buenas formas». Y agregó: «La práctica buena es que se discuta ante el país con transparencia, no que se vote así», sostuvo.
Hirsch también criticó que, en el caso particular de Kast, «sigue avalando las violaciones de los derechos humanos que ocurrieron en plena dictadura, que es el dolor de hoy para miles de familias». Y espetó: «Es un ex diputado que es verdadero neofascista, ¿cómo resolveremos esto?». Según él, precisamente por eso el FA quiere abrir un debate en el Congreso. Además, agregó que ese tema «es una cuestión que está afectando al mundo entero», en referencia al auge que la extrema derecha está experimentando en muchos países de la región, de Europa y también en Estados Unidos. «Cuando tocan a un político, el resto reacciona y eso genera sensación de corporación cerrada. A nosotros nos preocupa que cuando toquen a un chileno o chilena también se reaccione«, concluyó Hirsch.
