Avisos Legales
Tendencias & redes

Constanza Pizarro, directora de arte de «Mary & Mike»: «Toda persona que quiera hacer cine tiene que entender algo de la condición humana»

Por: Gladys Alcaíno | Publicado: 30.03.2018
Constanza Pizarro, directora de arte de «Mary & Mike»: «Toda persona que quiera hacer cine tiene que entender algo de la condición humana» mary&mike |
«Fuimos de vuelta a la Biblioteca Nacional, al Museo de la Memoria, a las revistas de la época, pero también nos sumergimos en  los álbumes familiares, que son un tesoro. Cuando uno se enfrenta a una producción de época, como los ’70 en dictadura, también alimentas la visualidad desde la vida cotidiana de las personas, no solo desde el lugar de la represión. Las calles, plazas, las casas, la paleta de color, el vestuario, todo evoca y nos lleva a una época», dice Pizarro en entrevista a El Desconcierto.

Cada objeto y ambientación en las realizaciones audiovisuales son parte de un imaginario que se construye gracias al oficio de la dirección de arte, marco y fondo que brinda las atmosferas de lo que vemos en pantalla. En El Desconcierto quisimos conversar con Constanza Pizarro, quien ha hecho un conmovedor y notable trabajo en la Dirección de Arte de las series Ecos del desierto (Wood Producciones-CHV), Ramona (Wood Producciones-CNTV), Mary & Mike (Inverwood –Turner Latinoamérica).

Esta última actualmente en pantalla la noche de los martes por Chilevisión. Constanza Pizarro, en esta entrevista nos cuenta sobre su oficio tras estas series, que tal como ocurrió con Los 80 en su momento (con Dirección de Arte de Rodrigo Bazaes), han sabido revolucionar la pantalla chilena con su tremenda calidad artística y trascendencia histórica.

Constanza, ¿cómo has trabajado el tema de la memoria en relación a la dirección de arte en producciones que han tocado temas como crímenes e hitos de nuestra historia reciente, o la pobreza y falta de derechos para las mujeres, como en Ramona?

He podido abordar el trabajo desde distintos aspectos, primero, en términos de la Dirección de Arte, y en todo ámbito de las producciones, ha habido un ejercicio de memoria y evocación de quienes vivieron esos años dentro del equipo, diálogo que es fundamental. Luego nos enfrentamos a la bibliografía necesaria, entramos en el estudio sobre la memoria histórica, pero en particular, en cada producción me ha servido mucho haber estudiado arte y sociología, porque entre otras cosas, gracias a eso he podido entrar en las micro capas de los distintos periodos que me ha tocado trabajar. Y así también he podido fundamentar toda mi intención de no poner nada en escena por capricho, sino porque tiene un verdadero lugar en la historia.

Por otro lado, en cada producción contamos con un pool de referencias, entre esas la prensa de la época, que en el caso de Ramona, nos arrojaba titulares como “los estudiantes se enfrentan con carabineros”, mostrándonos que hay aspectos que no han cambiado mucho. También en el caso de Ramona, el guión de Guillermo Calderón permitió que pudiésemos entrar con profundidad en esta historia que habla de la mujer, que en ningún proceso histórico ha sido reconocida como sujeto. En Chile, a mujeres como Ramona, ni el trabajo de toda una vida las hacía dueña de una tierra.

Y en el caso de Mary & Mike, fuimos de vuelta a la Biblioteca Nacional, al Museo de la Memoria, a las revistas de la época, pero también nos sumergimos en  los álbumes familiares, que son un tesoro. Cuando uno se enfrenta a una producción de época, como los ’70 en dictadura, también alimentas la visualidad desde la vida cotidiana de las personas, no solo desde el lugar de la represión. Las calles, plazas, las casas, la paleta de color, el vestuario, todo evoca y nos lleva a una época. 

¿Con qué dificultades te has encontrado para estas producciones en términos de la Dirección de Arte?

La memoria histórica siempre se topa con la realidad, en este caso de un Chile que se está homogeneizando cada vez mas, lo que dificulta las posibilidades de locaciones, porque el “progreso” se está comiendo todo. El tema de la homogeneización estéticamente también toca a las personas, por ejemplo, si necesitas mostrar a alguien del sur, lo primero que ves son personas que visten sus polar todos parecidos, con sus marcas idénticas, porque el mercado lo uniforma todo. Pero cuando el equipo y uno misma conoce la cultura del lugar, si uno necesita otra cosa, uno se mete mas, y ahí aparecen los telares, las lanas, las fibras que todavía sobreviven.

En otros aspectos, me ha tocado trabajar periodos en que uno de los problemas mas graves era la desnutrición infantil versus la obesidad que es parte de los males de hoy en día. Así ha cambiado también la pobreza. Pero al estudiar los distintos universos empiezas a encontrar los tonos y problemáticas reales de las distintas  épocas que te toca retratar, para que el espectador complete con su mente, con su emoción lo que el equipo logra poner en la imagen. Todo es evocación.

¿Más allá de la investigación, que otras situaciones han aportado a tu desarrollo dentro del oficio en este tipo de producciones?

Mi primera gran experiencia en ficción fue en Ecos del desierto, gracias a la generosidad de Andrés Wood que me convocó a su equipo. Con él he aprendido que enfrentarse a una producción es como subirte a un barco con el que tienes que llegar a puerto superando todo lo que te pueda ocurrir en el trayecto. Ramona fueron como cien días de rodaje, pero con directores como los que estuvieron a la cabeza (Andrés Wood, Julio Jorquera, Marcos Sánchez, Guillermo Calderón), puedes jugar, demorarte un poco mas buscando lo verdadero, porque de lo contrario, ¿cómo puedes mostrar en la tele lo que es ser pobre y tratar de integrarte a una sociedad excluyente?

He tenido la suerte de trabajar con directores y equipos que han sido mi escuela, que saben la importancia de contar que la tierra también es para el que la trabaja. Y esa construcción de la imagen no es solo en base a referencias, sino también en base a horas conversación, de ensayo y error.

¿Qué significó trabajar la Dirección de Arte en Ramona?

La experiencia de trabajo en sí, en algún sentido fue increíble y terrible también, porque es duro trabajar en un brazo del Mapocho, donde uno convive con todo lo complejo que habita en un lugar así. Mas allá de los guarenes y esas cosas, también fue tomar decisiones de riesgo, que tienen que ver con el “cómo”, que en este caso fue no comprar nada para crear los mundos de Ramona, solo los tornillos, porque lo nuevo y tratado, no da la misma riqueza que dan las cosas que fueron parte de una historia, de una casa,  de una familia, y que fueron usadas en realidad. Lo que buscamos se sintió mucho mas real, porque era real. Para Ramona estuvimos meses arriba de un camión buscando por basurales con un equipo en el que todos tuvimos claro que no había espacio para la ley del mínimo esfuerzo. Ramona fue buscar y buscar mas. Y así es como aparecen los tesoros. Pero para que esos tesoros tengan un lugar y lleguen a la gente, tienen que haber mentes flexibles y abiertas de directores y productores que sepan  ver un universo y lo que requiere ese universo, como ocurrió en el proceso de estas tres series.

¿Y qué experimentas cuando ves los resultados?

Al principio veo lo que pude hacer mejor. Después vivo la alegría de que esté en pantalla, porque las buenas producciones en nuestro país viven la contradicción de recibir ayuda de los fondos concursables, y después, con algunas excepciones, pueden pasar a un congelador o a horarios que no todos siguen, porque son producciones que no aseguran rating.

Pero como equipos también sabemos que mas importante que el rating, es que con estas producciones se genere una reflexión. Eso lo digo también desde mi perspectiva de directora de arte, porque aspiro a que la producción sea bien apreciada, mas que popular.

¿Podrías mencionar algunos hitos para ti dentro de estos rodajes?

Ecos del Desierto fue súper importante porque ahí se me hizo patente que toda persona que quiera hacer cine tiene que leer, informarse, entender algo de la condición humana, porque el cine es una herramienta, de eso se trata en realidad. Si no hay una reflexión importante sobre lo que se está contando, el cine pasa a ser un producto de consumo más. En el cine no puedes saltarte la conciencia social, el análisis de clases, sobre todo no puedes saltarte la calle. Los objetos y decorados que se ven en escena, los encuentras solo si conoces las calles, las ferias de cachureos, las personas y los rincones de cada lugar.

Y en términos mas personales, ¿que ha significado para ti ser parte de estas producciones?

Son historias terribles, recuerdo que en Ecos del desierto tuvimos que aprender a amarrar muertos con frazadas, como se hizo en realidad, pero después ayudamos a los actores a salir de la fosa. Y mientras haces eso, uno piensa cómo debe hacer sido ese momento en la realidad, en que no hubo nadie que sacara a las víctimas de la fosa. Entonces te enfocas y buscas que esa situación sea retratada lo mejor posible para mostrar que ocurrió.

Nos ha tocado estudiar algo de la estética de la tortura, te das cuenta del mal, hemos tenido que pensar en eso para generar contenido y darle peso a las escenas también estéticamente. Y cuando estudias el tema, ahí uno conecta con el dolor, y junto a todo el equipo asumes la responsabilidad de contar bien eso que estudiaste, que leíste, que se vivió acá en Chile y te entregas para que esa historia llegue al espectador.

Uno agradece los temas, son puntos importantes de la historia, que te desafían, por ejemplo, como en Mary & Mike, a encontrar objetos con demasiado peso para contar esos hitos. Quienes trabajamos en esto tenemos la responsabilidad además, de tomar muchas decisiones, porque nada es superficial, todo fue parte de una historia real.

Has trabajado en profundidad ese periodo de Chile, ¿qué otros temas te gustaría trabajar?

Me interesa la inmigración, me interesa la calle, y como tema también me interesan los viejos. Hace un tiempo en un supermercado vi a un viejo embolsando mercadería en la caja, le pregunté por qué estaba en eso, y me dijo: «soy jubilado, tengo que pagar muchas cuentas y la jubilación no me alcanza». O sea, cuando eres viejo, para la sociedad vuelves a tener 17, tienes que volver a probarte y partir de cero con todo, pero sin tu cuerpo.

Puedes ver mas imágenes del trabajo de Constanza Pizarro y los capítulos de las series en:

https://www.constanzapizarro.com/

http://www.chilevision.cl/ecos_del_desierto

http://www.tvn.cl/programas/ramona/capitulos/

http://www.chilevision.cl/mary-and-mike/site/tax/port/all/taxport_22___1.html

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.