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PrEp or not PrEP: ¿Es esta la cuestión principal?

Por: Leonardo Arenas Obando | Publicado: 18.05.2018
PrEp or not PrEP: ¿Es esta la cuestión principal? prep |
Los estudios de PrEP están realizados en poblaciones muy focalizadas; sin saber el impacto en el tiempo. Preguntas recurrentes que no tienen respuesta aún son: ¿Cuántos de los que ingresan a un programa PrEP abandonan luego de un tiempo? ¿Cuál es el impacto en el aumento de infecciones de transmisión sexual como sífilis y gonorrea? (por mencionar dos solamente).

El ministro de Salud anunció que este viernes 18 de mayo se dará a conocer el Plan Nacional de VIH que esta administración pretende impulsar en sus cuatro años de gobierno. Es una señal importante para la sociedad civil organizada, dado que se conmemora el Candlelight, fecha instaurada de forma global que recuerda a quienes han fallecido por VIH y Sida.

Lo dije en una entrevista en este mismo medio, la importancia de abordar el VIH que dispuso el ministro Santelices desde el primer momento del arribo a su cargo no se había visto en los gobiernos anteriores y lo que veremos en el día de hoy será, esperamos, más que los titulares a los que nos tiene acostumbrada una determinada forma de hacer política. Desde la mitad del año pasado hemos conversado y debatido (no tanto como esperaría) respecto de las cifras, estrategias y metas; así que ha llegado el momento de conocer una propuesta robusta de aquí en adelante.

Recordar los compromisos adquiridos

Al parecer, dada la información entregada por el asesor del ministro de Salud en materia de VIH, Dr. Carlos Beltrán en la Jornada de Trabajo con las Organizaciones de la Sociedad Civil con trabajo en VIH y por la entrevista realizada al Dr. Afani en este mismo medio, la Profilaxis Oral Pre-Exposición, más conocida por su sigla en inglés PrEP, va a estar incluida en la propuesta gubernamental como una estrategia de prevención combinada.

Independiente de si uno está o no de acuerdo con la PrEP, la pregunta que debería hacerse en primer lugar es si nuestro país quiere llegar al 2020 con mejores indicadores en las metas “90-90-90” o quiere seguir un camino propio, desoyendo las recomendaciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud –OMS-, del Programa Conjunto de Naciones Unidas de lucha contra el Sida –ONUSIDA- y de los compromisos que hemos asumido en los Foros Latinoamericano que se realizaron en nuestra región (México, 2014; Rio de Janeiro, 2015 y Haití, 2017).

Junto con las metas “90-90-90” se encuentran las metas de prevención combinada. Es decir, lo que tenemos por delante no es fácil.

Primero: Lograr que el 90% de las personas que viven con VIH conozcan su estado serológico; que el 90% esté vinculado al sistema de salud y en tratamiento y el 90% de ese total esté con carga viral suprimida. Resultado final: Aumentar la esperanza y calidad de vida de las personas viviendo con VIH y disminuir la probabilidad de transmitir VIH en un 93%, lo que revela una tendencia a la cronicidad de la enfermedad. Estos logros se monitorean a través de la Cascada del continuo de atención.

Segundo: Las metas de prevención tiene dos indicadores que me interesan resaltar: Disminuir a menos de 500 mil las nuevas infecciones y que 10 países de la región inicie programas pilotos de PrEP.

Es en este marco que se ha propuesta alcanzar un “2030 sin Sida”. Entonces la pregunta que hay que responder es: ¿En dónde deberían puestos los énfasis para avanzar en forma decidida al 2020?

Nudos críticos de abordaje a la epidemia del VIH

Según algunos de los personeros actualmente en el gobierno, el aumento en las notificaciones en los últimos cinco años daba cuenta del fracaso de las políticas de prevención del VIH y Sida; en especial de las campañas de comunicación social y programas de educación sexual.

Lo paradójico, es que si este gobierno quiere tener éxito deberá aumentar las notificaciones por sobre los registros anteriores. Y en la medida que sigan con un discurso alarmista de cifras que no tienen evidencia, la brecha será aún mayor. Me explico.

Alcanzar que el 90% de personas que viven con el VIH conozca su situación serológica al 2020, implica diagnosticar a 22.500 nuevas infecciones en dos años. Actualmente tenemos 41 mil personas notificadas con un estimado de 65 mil personas viviendo con VIH; es decir, la brecha es cercana a 25 mil personas que no saben que viven con VIH.

En una visita a la Casa Central de la Universidad de Chile durante una jornada de testeo de VIH con pruebas rápidas, el ministro (que dio un espaldarazo a este tipo de iniciativas) declaró que la cifra de personas viviendo con VIH alcanzaba a 100 mil y por lo tanto, la mitad no sabía de su situación serológica. Si creemos esa declaración, en dos años deberemos diagnosticar a 45 mil personas, es decir, nuevas infecciones. Eso implica un aumento del 100% del total de personas notificadas actualmente.

¿Cómo lo haremos? ¿Cuál es la propuesta realista para alcanzar a esas personas que no conocen su situación serológica?

El gobierno anterior promovió un Plan Piloto de tamizaje con pruebas rápidas en algunos consultorios o CESFAM de la RM y regiones. Resultado: 140 aplicaciones de pruebas rápidas. Un fracaso mayúsculo. ¿Algún cambio de profesionales que elaboraron instructivos restringidos que hicieron que la prueba rápida de VIH fuese una “prueba lenta de VIH”? Al parecer ninguno. Seguimos con la misma normativa más restringida y anquilosada de toda América Latina, con obstáculos para alcanzar las poblaciones claves y su uso por organizaciones de la sociedad civil que tienen el foco de su trabajo en dicha poblaciones.

Por lo tanto, la primera tarea es facilitar el acceso de las personas a la prueba rápida de VIH (y de sífilis) para que la persona reactiva sea vinculada prontamente al servicio de salud para su atención e inicio de tratamiento. “Test & Treat”: dicho hace años atrás, aunque por acá no se escucha aún.

¿Va o no la PrEP?

No sé ve la misma fuerza que impulsen acciones en esta línea: test de VIH y disminución de los tiempos entre diagnóstico e inicio de tratamiento como aquellas que están puesta en lograr que se incorpore PrEP como política pública.

Los estudios de PrEP están realizados en poblaciones muy focalizadas; sin saber el impacto en el tiempo. Preguntas recurrentes que no tienen respuesta aún son: ¿Cuántos de los que ingresan a un programa PrEP abandonan luego de un tiempo? ¿Cuál es el impacto en el aumento de infecciones de transmisión sexual como sífilis y gonorrea? (por mencionar dos solamente)

Pero lo más sorprendente es que se espera alcanzar a 5 mil personas en PrEP, mientras que el segundo pilar de la Cascada del Continuo de Atención revela que en Chile sólo un 56% de las personas viviendo con VIH se encuentran en TARV (tratamiento antiretrovirales). Es decir, tenemos una brecha 30 mil personas que no están en TARV, de las cuales, cerca de 15 mil estuvieron en el sistema de salud y han abandonado.

¿Tendremos la plata para tanto medicamento?

Debemos doblar el presupuesto en VIH, así de simple. Sólo si queremos diagnosticar a las personas que no conocen su situación serológica e incorporarlas a tratamiento y revincular a las personas que han abandonado sus tratamientos, alcanzamos la cifra de 30 mil personas. Es decir, la misma cobertura actual que tiene un costo de $100 mil millones de pesos.

Ni siquiera he sumado los 5 mil que pretenden poner en PrEP.

Esperemos que prime la racionalidad y no los titulares.

Leonardo Arenas Obando