Avisos Legales
Opinión

Hay más ganas de ver memes que de ver fútbol

Por: Álvaro Bley | Publicado: 22.06.2018
Hay más ganas de ver memes que de ver fútbol |
Nadie va a hacer un meme de una buena pared, de un gran pase en profundidad, de una llegada a línea de fondo pasándose al marcador de punta. Pero un mal pase del arquero, ¡sí, eso es lo que queríamos ver! Entonces las ganas de compartir un meme son más grandes que las de disfrutar un partido de fútbol, y eso me está dando pena.

Argentina va perdiendo 3-0 y termino de ver el partido con mucha gente expectante por una toma televisiva que enfoque en primer plano a Messi. Ahí me di cuenta que para eso todos habíamos dejado de trabajar: no para ver si funcionaba la línea de 3 en el fondo, si es que así Argentina achicaba el equipo y esperaba más arriba al rival y lograba mejorar el volumen y la intensidad de ataque, porque esa era una de las facetas del juego que tenía que mejorar, que contra Islandia fue pobre. No. Mucho menos disfrutar del talento de Messi, de saber si Meza y Enzo Pérez serían buena compañía para él, si el Huevo Acuña sería la solución por izquierda que no encontró en Di María. No, ni cagando. Ni siquiera para ver el despliegue de Rakitic y Modric, que bueno, si no te gusta Argentina, pásalo bien viendo a la que debería ser una de las mejores duplas de volantes mixtos en el Mundial. No, el día del hoyo. Lo único que esperábamos era ver una cara desencajada de Messi frotándose la barba para decir ¡mira, ahí está el meme!

Un día antes Portugal, Uruguay y España ganaron sus obvios partidos. “Hicieron la tarea” tituló un diario más obvio todavía, estableciendo así el camino que debería seguir el fútbol: que los ganadores ganen. Pero los partidos –tres 1-0 contra rivales mucho más débiles– fueron pobres y mezquinos, como si los futbolistas no tuvieran ganas de jugarlos. O más que no tener ganas, porque a mí no dan ganas de lavar los platos pero si tengo que hacerlo igual, bueno, pongo unas canciones de Kanye West, el exagerado rapero que me hace bailar, y así disfruto lo inevitable. Pero pienso que estos futbolistas más que no tener ganas, más que flojera, tienen susto. Susto porque la exposición es muy grande y nadie la quiere cagar, nadie quiere ser el nuevo meme que la rompe en las redes sociales, nadie quiere pasearse en formato Simpson por tristes grupos de WhatsApp ni por intrascendentes compilados de prensa. Yo no voy a ser el que la cague hoy día, deben pensar estas personas, así que vamos tranquilos, tocando para el lado pa pasar piola, haciendo lo que hay que hacer, y que mañana, cuando la profesora pregunte quién trajo la tarea safemos y digamos sí, nosotros la hicimos. Ojalá no pregunte, ojalá no me exponga, pero por si pregunta, bueno, aquí está hecha, lo importante son los tres puntos, no me pregunten más.

Antes de Argentina, Francia hizo lo mismo. Se encontró con un uno a cero a favor, tocó para el lado mientras pudo, y después cerró espacios. Cerró bien los espacios, sí, pero con Mbappe, con Griezmann, con Pogba, con Matuidi, con Kante se espera mucho más. Porque se suponía que el Mundial es único, que es algo inolvidable para el futbolista profesional, que sueña toda su vida con jugarlo, pero ¿qué es lo inolvidable? ¿Cerrar bien los espacios es lo inolvidable? ¿Pasar desapercibido es lo inolvidable? ¿Acaso su infancia se la pasó soñando con lo maravilloso que sería aguantar una pelota en el córner a estadio lleno?

Obvio que no. Pero después de que Higuaín la mandó a la chucha en la Copa América, pareciera ser que la ganas de no cagarla son más grandes que las ganas de jugar. Y que estar ahí, frente a todo el mundo, es más un castigo que un premio. Nadie va a hacer un meme de una buena pared, de un gran pase en profundidad, de una llegada a línea de fondo pasándose al marcador de punta. Pero un mal pase del arquero, ¡sí, eso es lo que queríamos ver! Entonces las ganas de compartir un meme son más grandes que las de disfrutar un partido de fútbol, y eso me está dando pena.

Álvaro Bley