El sospechoso es un adolescente de 17 años que es pariente de la víctima y trabajaba en la casa de ella. Según información oficial, a pesar de que el caso podía acceder a la interrupción del embarazo que contempla la legislación argentina actual, fue la familia la que decidió no acceder al aborto.
El sábado del fin de semana recién pasado, en la ciudad argentina de Mendoza, una niña de 12 años debió ser sometida a una cesárea, luego de que quedara embarazada como resultado de una violación de la que fue víctima, y el proceso de gestación alcanzara las 27 semanas.
Los médicos informaron que la niña y el recién nacido están en buen estado de salud, y según publica Clarín, el sospechoso de la violación es un adolescente de 17 años que es pariente de la víctima y trabajaba en la casa de ella. De hecho, los antecedentes preliminares apuntan a que la agresión habría ocurrido en la misma casa de la niña.
El embarazo fue descubierto cuando ella acudió a un hospital porque tenía dolores abdominales. «Tomamos conocimiento cuando la nena ya cursaba su cuarto mes de embarazo. Hemos trabajado en la contención de ella y su familia», afirmó Analía Santi, directora de la OAL (organismo de la Niñez) en el Valle de Uco.