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Opinión

¿Isabel Plá feminista?

Por: Karen Espíndola | Publicado: 29.07.2018
¿Isabel Plá feminista? isabel | Foto: Agencia Uno
La confusión de Plá y compañía quedó aún más en evidencia a raíz de los cobardes ataques de un grupo de fanáticos “pro-vida” –vaya ironía– que en su irracionalidad apuñalaron a tres mujeres que pacíficamente exigían el derecho al aborto libre, legal y gratuito, en la marcha más masiva que se haya realizado, hasta ahora, en nuestro país.

Autodefinirse como feminista está de moda. El posicionamiento del feminismo en la agenda pública, a nivel nacional e internacional, parecen incentivar esta toma de posición. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho.

Una de las declaraciones que más risa me ha causado este último tiempo, fueron las de Jacqueline Van Rysselberghe quien afirmó que la UDI era un partido feminista. No voy a gastar tiempo en analizar estos dichos, pues francamente me parecen ridículos e hipócritas. Solo diré que este episodio me hizo recordar inmediatamente esa polera que la gran Natalia Valdebenito hizo famosa hace unos años.

Por su parte, la abogada y ex defensora pública Paula Vial, también se ha declarado feminista, pero aquello quedó en entredicho cuando no solo decidió asumir la defensa de Nicolás López –acusado por gran cantidad de mujeres de actos gravísimos de connotación sexual– sino que no tuvo inconvenientes en salir a cuestionar públicamente a las valientes denunciantes. Acá, un claro ejemplo de que existen personas a las que el feminismo les queda grande.

¿Será el caso de la ministra Isabel Plá? Veamos.

Lo primero que creo pertinente recordar, a modo contextual, es que Isabel Plá es militante de la UDI (el “partido feminista” en el mundo de Jacqueline). Esta militancia nos habla de un sector conservador y cercano a las congregaciones más misóginas existentes en la iglesia católica chilena. Y Jaime Guzmán, su fundador y máximo referente, refleja cristalinamente ese conservadurismo y misoginia. De hecho, hace pocas semanas, se conocieron las declaraciones de una de sus ex alumnas en la Pontificia Universidad Católica de Chile, Carmen Luz Parot, quien recordó que Guzmán en su primer día de clases, acompañado por el actual ministro de Interior y entonces ayudante, Andrés Chadwick, recomendó a las mujeres presentes a su clase “salir y tomar con otro profesor porque lo que él enseña es muy difícil para el débil cerebro femenino”.

La UDI también se caracteriza por su devoción cuasi religiosa por el sistema capitalista, ese mismo que, siguiendo a la filósofa y activista feminista, Silvia Federeci, ha convertido a la mujer en una mercancía, obligándola –es decir, violentándola– a dar un montón de trabajo y reproducción no pagado.

Esa es la UDI. Y Plá es una militante UDI.

Pero más allá de la militancia de Plá, su propio discurso a lo largo del tiempo, ha sido cambiante y ambivalente. Que haya sido cambiante puede verse como una virtud, una evolución. Lo anterior, si consideramos que la ahora ministra ya no cree –como antes– que las leyes de cuotas sean nefastas, o que quienes rechazamos el acoso callejero (en modo de “piropos”) somos mujeres que tenemos problemas con nuestra femineidad. Eso, si nos quedamos con sus últimas declaraciones.

Pero en el discurso de Plá aún persiste un grado importante de ambivalencia. La misma que se vislumbra en su gobierno, que ha debido reaccionar a una ola feminista que no estaba en sus planes. Un ejemplo de lo anterior, es la posición que tomado en relación con la demanda feminista por un lenguaje inclusivo. Al respecto, la ministra hecho intentos por minimizar esta exigencia del movimiento, al afirmar: “(…)tenemos un idioma precioso y usarlo de manera exagerada para remarcar posturas ideológicas se vuelve un poquito cansador”. Tampoco en lo referido a la educación no sexista se la ha visto muy comprometida, pues hasta ahora, el gobierno no ha hecho anuncios concretos sobre esta fundamental demanda.

Quizá por eso en los medios de comunicación ha pasado de afirmar que se considera una “feminista de derecha” (Revista Paula, 2 de junio de 2018) a relativizar tal afirmación con un “todas tenemos algo de feministas” (Nueva Mujer, 19 de junio de 2018). ¿Algo de feministas? ¿Algo? ¿What are you talking about Isabel?

Es curioso constatar que tanto Van Rysselberghe como Plá, al ser consultadas si se consideraban feministas (pues ambas afirmaron aquello al ser consultadas; no por iniciativa propia), hicieron la misma precisión: Si se entiende por feminismo un movimiento que busca que hombres y mujeres tengan los mismos derechos, entonces -afirman al unísono– somos feministas.

¿Qué será lo que hay detrás de esta “precisión”? Mi respuesta es la siguiente: Creo que Van Rysselberghe, Plá y el gobierno de Piñera en general, no entienden bien las raíces del actual escenario de desigualdad de género, ni el real alcance de la ola feminista. Me imagino que con el “mayo feminista” vislumbraron la necesidad de reaccionar políticamente y pensaron que podían reducir la agenda de género a asuntos como los femicidios y el acoso laboral, entre otros.

Pero la ola feminista es mucho más que una lista de supermercado. Esto, si comprendemos que para combatir un sistema construido en función del patriarcado y el capitalismo, se debe entender que las agresiones y femicidios son el resultado de hechos de violencia anterior, como lo es la construcción de un lenguaje que invisibiliza a la mujer o la penalización del aborto, que coarta su autonomía.

Y la confusión de Plá y compañía quedó aún más en evidencia a raíz de los cobardes ataques de un grupo de fanáticos fascistas y autodenominados “pro-vida” –vaya ironía– que en su irracionalidad apuñalaron a tres mujeres que pacíficamente exigían el derecho al aborto libre, legal y gratuito, en la marcha más masiva que se haya realizado, hasta ahora, en nuestro país.

La reacción del gobierno fue lenta y blanda, si se considera que aún no conocemos las impresiones de Piñera, que en otras ocasiones no ha tardado nada en reaccionar. Como no recordar su rápida defensa a José Antonio Kast, cuando este último fue golpeado por un grupo de estudiantes. Ahora tenemos tres compañeras apuñaladas, en medio de una manifestación masiva, y el presidente prefiere salir a blindar a ministros ineptos (la hoy triste conocida dupla Va-Va) en vez de rechazar con firmeza y actitud lo que a todas luces son actos de violencia tendientes a infundir temor en el movimiento feminista.

Y las declaraciones de Plá, sobre la demanda por aborto, denotan nuevamente su actuar errático frente al feminismo y a la violencia a la hemos sido expuestas por siglos. Dijo al respecto, “El gobierno de Sebastián Piñera tiene una posición en esta materia que es invariable, que los chilenos han conocido y que van a conocer siempre la misma, que es de defensa de la vida”. En otras palabras, la ministra sigue pensando que el debate acerca de la penalización (no de la moralidad) del aborto, es un asunto que se resuelve catalogando a las personas entre defensoras de la vida y defensoras de la muerte. Más específicamente, lo que la ministra le manda a decir a todas las mujeres que asistieron a la señalada marcha es que si abortaran, serían unas asesinas. ¿Es ese el nivel del debate que va a propiciar Plá y el gobierno? ¿No es ese tipo de declaraciones el que genera mayor animosidad en la ciudadanía? ¿No será acaso que ese discurso vacío –basado en un lugar común tan nefasto como falaz– puede ser tomado por estos grupos anti mujeres, como un aliciente para justificar su violencia?

La ministra Plá no es feminista. Fin del comunicado.

Karen Espíndola