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Esterilizaciones, genocidio y hembrismo: Desmontando el relato del Movimiento Social Patriota

Por: Ximena Yáñez | Publicado: 03.08.2018
Esterilizaciones, genocidio y hembrismo: Desmontando el relato del Movimiento Social Patriota msp |
Parece que el sentido de la frase del lienzo busca amedrentarnos, pero no lo van a lograr. Lo que el texto logra, mucho más que causar temor, es dar cuenta de quienes son capaces de armar una contra manifestación con consignas tan violentas, no pueden ser si no grupos pro genocidio que temen a las mujeres y que buscan legitimarse o hacerse de un espacio en el debate público a punta de odio en la población, en este caso, entre las mujeres.

Pasada la marcha del 25 de julio, por un aborto legal, libre, gratuito y seguro, quedamos con muchas postales en la retina de compañeras marchando, expresando su apoyo a esta demanda por la autonomía de nuestros cuerpos; sin embargo, producto de esta convocatoria se sintió también el llamado a “contra marchar” de sujetos opositores que buscan confrontar al movimiento feminista en las calles y en el inconsciente colectivo.

Sin querer profundizar en los detalles de otras acciones que este grupo puede haber cometido, me tomo este espacio con el interés de tratar de entender qué hay tras el discurso político que construye el “Movimiento Social Patriota”, por medio de la revisión de los conceptos expresados en el lienzo que desplegaron en Alameda:

“Esterilización gratuita para las hembristas”, plantea el lienzo desplegado, y por cierto, una hoz y un martillo en la palabra gratuita. Ahora, a desmenuzar el contenido de este lienzo:

Esterilizaciones y genocidio

¿Qué hace pensar el concepto de esterilizaciones para determinado grupo? El lienzo clama por esterilizar hembristas, y es una frase que necesita ser cuestionada, sobre todo, considerando que una de las formas que tiene el delito de genocidio es el de esterilizaciones a grupos específicos, ya sea por su origen nacional, étnico, político o religioso. En los términos expuestos en la declaración contra el genocidio que maneja la corte penal internacional, los genocidios tienen forma de: (1) Matanza de miembros de un determinado grupo; (2) lesiones graves a la integridad física o mental de los miembros del grupo; (3) el sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; (4) las medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; y (5) el traslado por la fuerza de niños del grupo a otro.

En resumen, actos con el interés de destruir total o parcialmente a un grupo étnico, político, nacional o religioso.

Esta frase trae a memoria los casos ocurridos en Perú, donde el Estado sistemáticamente esterilizó a mujeres y hombres sin su consentimiento o con un consentimiento forzado. En 2002 la comisión congresal que estudió el tema concluyó que más de 314.000 mujeres fueron esterilizadas en el marco de un programa de planificación familiar, y que de ellas, sólo un 10% entregó su consentimiento genuino para esta operación. De estas intervenciones se han conocido testimonios desde varias plataformas, evidenciando los componentes de raza y clase como transversales a los casos conocidos. En su mayoría, mujeres indígenas y pobres fueron víctimas de esta política estatal.

Existen varios casos más de esterilizaciones forzadas como parte de la articulación de un genocidio, en Estados Unidos, Alemania, Japón, Suecia, México, Uzbequistán y otros lugares donde se esterilizaba a hombres y mujeres con el objetivo de disminuir o derechamente evitar que grupos se propaguen, privándoles así de su derecho a decidir acerca de sus mater/paternidades.

Seguramente, para quienes idearon el texto sobre el lienzo, su contenido es provocador, e inclusive humorístico. Sin embargo,la citada Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio, en su artículo tercero se expone como prácticas punibles no sólo el genocidio, sino que también la asociación para cometerlo, su instigación directa y pública, la tentativa de, y su complicidad.

Cabe destacar que además, la ligadura de trompas es una prestación disponible en el sistema público de salud, por lo que llamar a esterilización al grupo de “las hembristas” suena simplemente a focalizar esta política de manera obligatoria en las feministas, evidenciando su menosprecio por esta oleada de mujeres valientes que sale a la calle a luchar por sus derechos.

¿Hembrismo?

¿Quienes son las destinatarias de la política de gratuidad propuesta por este grupo? En el texto habla de “Las Hembristas”. El término es un neologismo que reviste, según las fuentes extraoficiales, una suerte de “sinónimo” de machismo, pero desde la otra vereda. Supuestamente, sería algo así como un sinónimo de misandría. Hablar de hembrismo, supone que es posible asumir que existe una categoría equivalente al machismo, es decir, desconocer las inequidades que nos aquejan como género, desconocer que recibimos sueldos menores por el mismo trabajo, desconocer la doble carga laboral de las mujeres como sostén de lo doméstico, la violencia sexual, los casos de acoso, el sexismo en la educación, en la salud y el largo etcétera que suponen las expresiones del sistema en el que vivimos.

¿Cuáles son las categorías de este concepto? ¿Existe? ¿quién lo determina? Como feministas ya sabemos bastante de sujetos misóginos aterrorizados de que las feministas cuestionemos sus privilegios. Mejor respirar profundo y dejarles este video, ya que explica bastante bien lo que viene a significar el “Hembrismo”:

Ahora, en la letra G de Gratuita también incorporar una Hoz y un Martillo, símbolos reconocibles de los estandartes comunistas ¿Será que las hembristas serán además comunistas? ¿O serán las mujeres feministas de izquierda?

Parece que el sentido de la frase del lienzo busca amedrentarnos, pero no lo van a lograr. Lo que el texto logra, mucho más que causar temor, es dar cuenta de quienes son capaces de armar una contra manifestación con consignas tan violentas, no pueden ser si no grupos pro genocidio que temen a las mujeres y que buscan legitimarse o hacerse de un espacio en el debate público a punta de odio en la población, en este caso, entre las mujeres. Tal como Goebbels, y su estilo dispensado cuando explica que “No hay necesidad de dialogar con las masas, los slogans son mucho más efectivos. Estos actúan sobre las personas como lo hace el alcohol”.

Finalmente, lo que sí demuestra, es que el grupo o autodenominado “movimiento” carece de cultura democrática. Más bien, sus acciones y declaraciones se enmarcan en la cultura del machismo y la violencia, con una invitación al genocidio. Y feministas, este es uno de los tantos grupos que nos ha tocado ver a lo largo de la historia. Así que ¡A seguir marchando!, ¡Que nuestra lucha es por nuestros cuerpos-territorios, es por nuestra autonomía! ¡Y en la calle es donde se hacen los cambios!

Ximena Yáñez