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Opinión

Derechos Humanos ganan batalla para la historia

Por: Pablo Varas Pérez | Publicado: 18.08.2018
No son creíbles las palabras de Piñera y de su vocera Pérez cuando condena las violaciones a los Derechos Humanos, y no son porque él celebró en fiesta con champaña el golpe militar. Ellos conocían el perfil de dos de sus protagonistas, Mauricio Rojas y Ampuero son esclavos conversos de sus palabras y nadie tiene el derecho a insultar la memoria de tantos.

El Museo de la Memoria existe porque la derecha en conjunto con las Fuerzas Armadas y apoyadas por la CIA, se dieron la tarea de asesinar y hacer desaparecer a miles de chilenos.

Iniciaron una masacre que duró muchos años. Ellos son los responsables que la historia guarde para las futuras generaciones lo sucedido bajo la dictadura militar, el Museo recoge y guardará por años la criminalidad militar desatada. Estará siempre presente para que las siguientes generaciones nunca olviden como se asesinó y maltrató a tantos y tantos, por sostener un proyecto de vida más justo, tan sencillo como los esfuerzos de aquellos mil días.

Nunca la derecha reconocerá que matar era su objetivo, que derrocar al gobierno popular su razón de clase y quemar La Moneda un mensaje pare que nos olvidemos de nuestro esfuerzo y el trabajo y lucha de pasos anteriores. La derecha no lo hará por esa característica de clase, de su sector, lo que representan, la cobardía que los sostiene y los embargará siempre.

Nada le debemos a las Fuerzas Armadas. No llegan a la altura para defender el territorio que habitan chilenos de diferentes orígenes. El bombardeo de La Moneda no es una victoria, son un largo listado de uniformes entregados y financiados por las cajas pagadoras de la CIA y el Pentágono.

Piñera y sus acólitos perdieron esta batalla.

La estrepitosa caída del converso y ex de todo Mauricio Rojas que tuvo la suerte de gozar un fin de semana dorado como Ministro de Cultura, dejó un reguero de opiniones y perfiles que se mantiene latente desde esos tiempos con la instauración a sangre y fuego de la dictadura Los herederos cavernarios del pinochetismo salieron una vez más para quebrar lanzas en defensa del largo periodo más oscuro y criminal que recuerda la historia de Chile.

Ni toda la lluvia del sur…

No hay defensa posible y nunca será histórico encontrar justificación para el golpe militar. La insistencia de las FF.AA/UDI/RN/PASIVOS y la incuestionable/ abundante documentación, donde se hace evidente la intromisión extranjera que convierte a los militares en traidores a la patria, causa suficiente para un juicio con condena, harán que esta batalla justa y digna se gane, la verdad, lo indesmentible ganó la guerra, al oprobio y criminalidad que no tienen espacio en nuestra historia.

No son creíbles las palabras de Piñera y de su vocera Pérez cuando condena las violaciones a los Derechos Humanos, y no son porque él celebró en fiesta con champaña el golpe militar. Ellos conocían el perfil de dos de sus protagonistas, Mauricio Rojas y Ampuero son esclavos conversos de sus palabras y nadie tiene el derecho a insultar la memoria de tantos.

UDI/RN son los voceros de la criminalidad que habita Punta Peuco, sus cómplices. Insisten en denostar el Museo de la Memoria. Un montaje vociferan, sectario y que no están todas las víctimas llora el RN Desbordes, odiosa izquierda escribe la corrupta/presidenta de la UDI que NUNCA lo ha visitado. Se debe saber que la defensa de la Memoria de esos años, incluye también un familiar del UDI Joaquín Lavín.

La derecha piñeirana, heredera del pinochetismo, grita que se debe explicar el contexto que suceden los miles de asesinatos y torturas, en sus intentos de insistir que es la izquierda la responsable de la crisis política que alteró el normal curso de un proceso democráticamente elegido. No es así, nada puede justificar la locura desatada con cargo fiscal.

No son nuestros compañeros responsables de nada, de nada.

Ellos son los agredidos, los maltratados, los golpeados, lanzados al mar, los fusilados, no hay otra explicación. Los militares fusilaron sin juicio a Joan Alsina en el puente Bulnes y a Liendo allá en el sur, entre tantos. Posiblemente quiera la derecha que en el Museo de la Memoria esté el armamento que entregó la Embajada de los Estados Unidos y las fotos de los asesinos de la extrema derecha que se ensañaron con la vida del general Schneider, intentando impedir que el presidente Allende cumpla con el resultado de la elección presidencial.

Vocifera la derecha que se debe quitar la defensa de los Derechos Humanos a la izquierda.

Lo sucedido en Chile entre 1973-1990 es la historia de un país completo. Desde  ese lado los asesinos, sus cómplices de clase y del otro la inmensa mayoría violentada en sus derechos más básicos. No es la derecha quien defiende los derechos, todo lo contario, no les interesa, los coartan, los cercenan y amenazan que entregarlos pone en peligro la sociedad, el régimen democrático, la familia, la tradición y el alma de la patria.

La caída de su Ministro de Cultura es una batalla que gana el movimiento de los Derechos Humanos, el mundo de los trabajadores del arte, actores, escritores y pintores, de todos. Se le quitó a Piñera un peón con oscuro pasado, un gato sacando castañas para la extrema derecha sueca racista. Un hijo negando tres veces a su madre torturada, algo parecido a un transformista. Nos alegrará el día que te encontremos en algún obituario.

Queda en evidencia que deberán darse muchas y nuevas batallas para defender la Memoria, la nuestra, esa que viene desde los tiempos de la Escuela de Santa María, Ranquil, La Coruña, que no tienen sus museos pero está escrita en las páginas y el juicio de la historia. Desde ese pasado están vigentes las necesidades que claman los pobres del campo y la ciudad, los marginados en un país desigualmente violento, sin derechos a la sombra de la dictadura sostenida por sus adalides. Tantos años traicionados, engañados para ser posteriormente testigos de los pactos y oscuros acuerdos en el parlamento.

Pronto se recordarán los cuarenta y cinco años del golpe militar y para los que no han perdido el horizonte diremos que fuimos testigos sin duda de la segunda gesta más valiente después de la Independencia, la Nacionalización del Cobre, cuando Chile se ganó un justo sueldo que le quitó la concertación.

No olvidamos que la Nueva Mayoría no cerró Punta Peuco

Hace años, cuando corre 1965 una brillante generación de jóvenes se dieron a la tarea de hacer nacer el MIR. En estos días batallosos para la memoria, nuestros saludos a sus familias, el recuerdo de sus camaradas en cualquier esquina de la patria y la promesa que nunca estarán solos para aportar a nuevos proyectos valientes y generosos. Los miristas que nos faltan los andamos trayendo cada día, ellos son las miguitas de respeto que hace a los hombres dignos, como cantara Benedetti.

Pablo Varas Pérez