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Manifiesto: La juventud en el triunfo de la democracia

Por: core | Publicado: 05.10.2018
Manifiesto: La juventud en el triunfo de la democracia jovenes | Foto: Memoria Chilena
Como jóvenes, tenemos hoy la posibilidad de reflexionar sobre este triunfo democrático luego de 30 años, espacio de tiempo suficiente para sacar conclusiones y desafiarnos a más y mejor democracia. Creemos que como país nos debemos nuevos horizontes capaces de convocar a aquellas mayorías a quienes el progreso aún no llega, que se restituyan los asuntos públicos como cuestiones de todos y todas, resignificar con mayor énfasis la política y dotar de mayor organización social al pueblo desde los barrios, las juntas de vecinos, los sindicatos, plazas, las escuelas y liceos.

Hoy se conmemoran los 30 años del triunfo del “No”, y es necesario hacer un reconocimiento a los y las protagonistas de dicha conquista democrática, como proyectar los desafíos que hoy nuestra sociedad mantiene gracias al esfuerzo que resultó en el fin de la dictadura cívico-militar.

El proceso que depara en este hito histórico requiere que se le desempolve, que se le sustraiga del “mal de archivo” y que seamos capaces, como jóvenes, de reinterpretarlo y rearticularlo para poder establecer sus lazos con el porvenir político del Chile de hoy. Lo anterior también, como un hito que nos desafía directamente: en hito histórico se registró un 35% de participación juvenil, la más alta de nuestra historia y, sin duda, se torna un reto mayúsculo para quienes pretendemos representar el sentir de las y los jóvenes hoy.

El 5 de octubre de 1988 fue posible gracias al esfuerzo heroico de un pueblo que reorganizó a sus partidos y a las organizaciones sociales y sindicales, todo esto en medio de una política sistemática de exterminio dirigida desde el Estado. En ello la juventud cumplió un papel extraordinario, por ejemplo, desde un movimiento estudiantil que se negó a desaparecer, que rearticuló expresiones de organización universitaria y secundaria y, decididamente, convocó a las calles para exigir el fin de la dictadura y sus políticas mercantiles en la educación.

Así mismo, indiscutible es el papel de los jóvenes en las principales poblaciones de nuestro país, asumiendo con toda propiedad la tarea de llevar a cada rincón del país expresiones de descontento y protesta a un régimen criminal y antidemocrático. Por todo es que debemos rendir un homenaje a aquellos/as que entregaron sus vidas en los distintos esfuerzos por enfrentar la sangrienta dictadura y conquistar la democracia

La dictadura había destruido el tejido social, cercenado de paso la educación pública -por ejemplo, con la municipalización- y con ello la instancia en donde los valores democráticos se recrean y alimentan. Pese a ello, y a la intervención de militares y colaboradores de la dictadura en rectorías y direcciones de liceos, la juventud logró ser protagonista, organizándose en las diversas instituciones educativas, aportando a la reconstrucción de los partidos políticos que luego se convocaron a triunfar el 5 de octubre de 1988 en las urnas.

Resultado de esos aportes, y de tantos otros, es que se obliga a la dictadura a enfrentarse a las reglas democráticas, se resitúa a política y a los asuntos públicos por sobre el empleo de la fuerza desde el Estado, y se reconstruye la esperanza en un futuro mejor. En otras palabras, el pueblo chileno que vivió, resistió y creció en la larga oscuridad de la dictadura, recobraba su rol ciudadano y se ponía en el centro de un proceso político y democrático.

Como jóvenes, tenemos hoy la posibilidad de reflexionar sobre este triunfo democrático luego de 30 años, espacio de tiempo suficiente para sacar conclusiones y desafiarnos a más y mejor democracia. Creemos que como país nos debemos nuevos horizontes capaces de convocar a aquellas mayorías a quienes el progreso aún no llega, que se restituyan los asuntos públicos como cuestiones de todos y todas, resignificar con mayor énfasis la política y dotar de mayor organización social al pueblo desde los barrios, las juntas de vecinos, los sindicatos, plazas, las escuelas y liceos.

Hoy queda un Chile pendiente, ese que NOs debemos, pero teniendo la certeza que la tarea está en la capacidad de converger en unidad, tal como lo hicieron nuestros antecesores, incluso en la época donde luchar por fines justos costaba la vida.

Las y los jóvenes somos el presente de esta tarea, la de trabajar por seguir construyendo ese nuevo Chile, uno donde exista más justicia social, dignidad y libertad para todos y todas. Y a 30 años del plebiscito, seguimos manteniendo una consigna: unidad, unidad, unidad.

Firman:

Nicole Cardoch

Presidenta Juventud Socialista de Chile

Esteban Kuhlman

Presidente Juventud Radical de Chile

Manuel Gallardo

Presidente de la Juventud Demócrata Cristiana

Noelia Tastets

Presidenta Juventud del Partido por la Democracia

Camilo Sánchez

Presidente Juventudes Comunistas de Chile

 

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