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«Brazos en alto, esto es un asalto»: Otra vez un acuerdo político que invisibiliza a los estudiantes

Por: Felipe Rojas Villacura | Publicado: 25.10.2018
«Brazos en alto, esto es un asalto»: Otra vez un acuerdo político que invisibiliza a los estudiantes senado | Foto: Agencia Uno
Todo esto bajo la alfombra y uno como joven, que asiste a diario a esas toscas aulas, le resulta imposible no cuestionar la fragilidad de la memoria chilena, que a tan solo un par de años de avances en derechos sociales (relativos a educación) pretenda acusar de delincuentes y violentos a quiénes son los principales responsables de estas conquistas. Porque sí, indistinto de los encapuchados, nos metieron en el mismo saco a todos. Desde la ministra hasta el presidente promovieron un discurso de odio contra nosotros.

Ya nos dio otro día y con ello también, un resultado. 33 votos a favor y 1 en contra obtuvo el informe emanado por la comisión de hacienda la cual siguió la ruta ya trazada por la comisión de educación y cultura hace un par de días que ya había desmembrado el PL “Aula Segura” y transformado más tarde en “Aula Democrática”. Eso ya es historia y la discusión legislativa parece perder nuevamente el foco sobre los temas que realmente nos atingen como estudiantes.

Hemos denunciado incansablemente que el proyecto de ley que se originó como Aula Segura, buscaba perpetuar las precarias condiciones actuales de la educación pública, dando señales de gestión a la ciudadanía y de control, cuando a lo más, el “espíritu de la ley” (como tanto pregona Chile Vamos) era una cuestión focalizada a la situación de violencia en escala que viven algunos liceos de la comuna de Santiago.

Pero hubo acuerdo político, esa cuestión que tanto odiamos los chilenos. Y ahora con los brazos próximos a alzarse, con fotos y abrazos, volverán a hacerse invisibles:

Las malas condiciones de infraestructura y su nulo mantenimiento. Los acosos y abusos dentro de las comunidades (que algunos optan por silenciar). También la contaminación, que tiene sangrando y desmayándose periódicamente a compañeros nuestros, en Antofagasta y Quintero-Puchuncaví.

Los niños del servicio nacional de menores tampoco importarán, su educación (y con ello la posibilidad de movilidad social) es irrelevante para quienes dicen defenderlos. Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar que se olvidarán de todo el montaje y show que armaron, con reportaje en el canal regalón incluido y con los community manager del gobierno, ya con las dedos desgastados de tanto tuitear sobre encapuchados.

Todo esto bajo la alfombra y uno como joven, que asiste a diario a esas toscas aulas, le resulta imposible no cuestionar la fragilidad de la memoria chilena, que a tan solo un par de años de avances en derechos sociales (relativos a educación) pretenda acusar de delincuentes y violentos a quiénes son los principales responsables de estas conquistas. Porque sí, indistinto de los encapuchados, nos metieron en el mismo saco a todos. Desde la ministra hasta el presidente promovieron un discurso de odio contra nosotros.

Me queda la esperanza de que el debate continúa y que el gobierno no se salió con la suya, porque el debate en educación llegó para instalarse. La convivencia en nuestras comunidades no mejorará con un papelito de un par de páginas, recuperaremos la confianza ciudadana y cumpliremos los compromisos hechos por Chile el 2006 y el 2011 con la educación de los suyos.

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