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El boxeador de 34 años lideró una campaña en redes sociales para que distintas personas apadrinaran la carta de algún niño o niña que reside en los centros de la institución. En conversación con El Desconcierto, Yessen además recordó lo amarga que fue la experiencia en que «Sábado Gigante» visitó el centro del Sename en el que él vivía para una Navidad y, desde su origen mapuche, se manifestó crítico la forma en que el gobierno ha manejado el conflicto con este pueblo.
Fueron cinco días los que duró la campaña que el boxeador Cristóbal Yessen impulsó a través de sus redes sociales, y con la que convocaba, a todos quienes quisieran, a apadrinar a un niño o niña que reside en alguno de los hogares del Sename y comprometerse con su carta de Navidad.
El llamado dio resultados –más de los que él mismo esperaba, cuenta–, y en total se reunieron 343 regalos, que se distribuyen en 11 ONGs que participaron y se ubican en cuatro regiones del país. Además. se logró convocar a más de 3 mil padrinos, aunque muchos de ellos quedaron «en el banquillo», en caso de que alguno de quienes ya se comprometió, falle.
En conversación con El Desconcierto, Yessen cuenta que es la primera vez que realiza una iniciativa de este tipo –antes había hecho una a menor escala y sólo entre conocidos–, y que gracias a esta experiencia, el próximo año aspira a replicarla a nivel nacional. Además, destaca que «lo singular de la campaña es que, por primera vez, un niño que estaba en una residencia de protección podía pedir lo que él quería».
Comenzamos la Campaña #TodosSomosViejitosPascueros 🎅la meta es grande pero el corazón y la fe también. elige una carta y comprometete a ser padrino o madrina de un niño o niña en un hogar
Solo los primeros comentarios serás seleccionados mas cartas en https://t.co/TT6yRwRJTa RT pic.twitter.com/phz1Cj7NWY— Cristóbal Yessen (@CristobalYessen) December 3, 2018
Ropa, autos, trajes de baño, bicicletas, muñecas, pelotas y sets de juego son los pedidos que más se repiten en las cartas escritas por los niños, y que fueron compartidas por el boxeador de 34 años, quien también estuvo interno en un centro del Sename.
«Nuestra consigna, más allá de hacer un acto de caridad, era también tomarlo como un deber social, el involucrarnos dentro de esta realidad, de lo que significa hoy Sename. No podemos esperar desde afuera para hacer algo, una ley, que los políticos la hagan, nos vamos a quedar esperando no más», cuenta el deportista, quien se ha convertido en una de las voces más llamativas y críticas dentro del deporte con respecto a la institución.
Debido a esto, explica que los resultados de la campaña le parecen alentadores porque envían el mensaje de que «las personas sí pueden hacer cambios, y sí deben empujarlos». De hecho, cuenta que lo marcó el caso de una mujer, quien había perdido en septiembre de este año a hijo –que tenía leucemia– y apadrinó a otro niño del mismo nombre, y que le escribió para contarle que eso la había ayudado para lidiar con el duelo que enfrenta y «para darse cuenta también que su cariño, el cariño de mamá, podía seguir entregándolo a quien lo necesita».
«Quizás el ejercicio que tenemos ahora con esta campaña es tomar consciencia de cuán apartado está el Sename, y cuán apartado está el cuidado de los niños de la sociedad. Tenemos privados, que prácticamente son empresas sociales, que están al cuidado de los niños pero no hay ninguna instancia que genere cariño, esperanza, amor. Podrá sonar bastante romántico pero son elementos fundamentales del ser humano, y eso está totalmente ausente de la discusión y de todo», agrega Yessen.
De este modo, el deportista se manifiesta crítico a las políticas públicas de infancia, como la iniciativa presentada en agosto por el presidente, Sebastián Piñera, que pone fin al Sename y crea el Servicio de Protección a la Niñez, o el aumento aprobado en el Congreso para los organismos colaboradores, debido a que asegura que continúan «en la lógica de un Estado que está acostumbrado a abusar del más débil».
Cristóbal Yessen también fue residente de uno de los centros del Sename. Tenía sólo meses de vida cuando sus padres lo dejaron, y vivió ahí hasta que a los 7 años decidió huir. No se acuerda cómo lo hizo sólo que sentía que era su única opción, y después de vivir durante un tiempo en la calle, finalmente fue adoptado por su familia actual. Con el paso de los años descubrió sus habilidades para el boxeo y se convirtió en la figura que es hoy.
Sin embargo, cuenta que «hay ciertas cosas que nunca se olvidan», como las navidades que pasó al interior de la institución. Específicamente, menciona una que ocurrió cuando tenía cerca de cinco años y el programa «Sábado Gigante», de Canal 13 y animado por Mario Kreutzberger, fue a grabar una sección de su capítulo navideño en el recinto.
«La idea era hacer algo como ‘una Navidad con los niños Sename’. Llevaron buses nuevos, pusieron una mesa bien bonita, bebidas, comida, ropa, nos llevaron buzos y cosas así, pero era todo pa’ la tele no más. Después de la grabación recuerdo perfectamente que nos quitaron todo y nos mandaron pa adentro y no vimos nada», relata.
El deportista señala que incluso vio a uno de los hijos de una funcionaria del centro en que residía con las cosas que les habían llevado, y que por esa razón, durante la campaña que lideró ahora se cuidó de tener un registro que indica quiénes aportan, quién es el niño que lo recibe, día, hora, y quién se va a hacer cargo de que ello se realice.
Cristóbal sufrió una lesión en su pie que le ha impedido entrenar boxeo por algunos meses, por lo que por estos días está dedicado especialmente a las charlas que realiza en distintos hogares del Sename. Pero, además, destaca en redes sociales por ser especialmente crítico con respecto al acontecer nacional.
El asesinato de Camilo Catrillanca es uno de los temas por los que muestra especial preocupación, así como el manejo que ha tenido el gobierno de Sebastián Piñera sobre el conflicto entre el Estado y el pueblo mapuche.
«Yo soy mapuche. Yo he tenido la oportunidad de recorrer las localidades, distintas partes de La Araucanía en la noche, y nunca jamás he visto que se dé el peligro como para que estén usando armas de guerra, fusiles, tanques anfibio, tú generas otra idea», explica.
De este modo, critica las declaraciones oficiales que aluden a un llamado al diálogo: «Uno se cuestiona cómo puedes tú querer paz a través de las armas de guerra. Ahí es donde se ve que aquí no hay voluntad de diálogo, hay voluntad de sometimiento, porque yo no sé quién puede dialogar con un arma en la mano, la idea es someter al poder».
Finalmente, agrega que lo anterior «es parte de un fracaso que tiene la izquierda de no proponer, y de desapegarse de lo que es el pueblo, sus problemas diarios».
