La caótica implementación de la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas

El pasado martes 12 de febrero comenzó a regir de manera oficial la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía que tiene objetivos como proteger la salud y el bienestar de los animales, la seguridad de las personas y del medio ambiente.

La iniciativa impulsó la creación de un Registro Nacional de Mascotas con el fin de poder identificar a los dueños de los animales que causen externalidades negativas como, por ejemplo, atacar a una persona u otros animales.

Este proceso ha ido avanzando y según las cifras de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) que fueron actualizadas el 21 de enero, se han inscrito un total de 184.977 mascotas: 153.005 son perros y 31.972 gatos. Cabe destacar que las personas que no inscriban a sus mascotas, arriesgan multas que van entre 1 UTM ($48.305) y 30 UTM ($1.450.500).

Las sanciones comenzarían a aplicarse por estos días, sin embargo, en las últimas semanas se dio a conocer que hay muchos municipios que no cuentan con los recursos necesarios para fiscalizar el cumplimiento la ley. Esta situación se sumó al atochamiento que se generó en algunas comunas para inscribir a los animales en los últimos días. Solo en Providencia se tramitaron más de 2.500 solicitudes pendientes el pasado martes.

Ante este escenario, el subsecretario de Desarrollo Regional, Felipe Salaberry, acordó con los municipios que se establecería una «marcha blanda» para aplicar la ley.

Estos hechos han generado cuestionamientos hacia la eficacia de la ley a futuro. Desde algunas fundaciones animalistas han cuestionado el «engorroso» proceso por el que tienen que pasar las personas para registrar a sus mascotas y afirman que se ha ido diluyendo el espíritu de la iniciativa que tenía que ver con el cuidado de los animales.

Para Andrea Orellana de la Fundación Adopta, el panorama en cuanto a cuidado de los animales en la actualidad no es muy auspicioso.

«Es un despropósito tratar de cambiar conductas desde las leyes. Los procesos deberían ser al revés. Primero tú partes educando a la gente, haciéndola empatizar con los animales. Es un tema que todavía está muy poco desarrollado en Chile por una serie razones. Podríamos esgrimir razones económicas, como que la gente no gasta parte de su presupuesto, que son exiguos en muchos casos, en vacunas y veterinarios. Todavía existe mucho el concepto de que el animal tú lo tienes pero no vas a hacer una mayor inversión en cuidarlo. Tú tienes el animal, lo alimentas con lo que te sobra o comida barata y si se te enferma ojalá que se mejore solo”, señala.

FOTO: FRANCISCO CASTILLO D./AGENCIAUNO

En la misma línea, Orellana cree que esta ley podría significar un tremendo negocio para las clínicas veterinarias que implantan los microchips en los animales. Según su visión, desde los medios de comunicación se ha dado a entender que ésta es la única manera de identificar a las mascotas, no obstante, también existen otros métodos como placas y tatuajes.

Otra de las críticas que se han realizado a la ley es no tener en cuenta que hay una parte de la población como los adultos mayores, que se encuentran en dificultades de poder realizar el trámite para la inscripción de los perros y gatos en el registro.

Para realizar este trámite hay que hacer varios pasos. El dueño puede ir directamente a la municipalidad, o puede hacerlo a través del sitio web del registro. Para ambos casos es necesario el uso de un dispositivo de identificación del animal.

Sin embargo, en caso de que se vaya a la municipalidad también se necesita un certificado firmado por un veterinario donde se señalen los datos de identificación del animal; otro para acreditar que se es dueño de éste; y para finalizar un documento que certifique que la persona no está inhabilitada para tener un animal.

Por otro lado, aquellos que elijan registrar a su mascota en el sitio web, deben solicitar una clave única para ingresar al sitio- que se obtiene de manera presencial en el Registro Civil o en ChileAtiende– y además contar con los mismos documentos que se mencionaron anteriormente.

Para Andrea, esto genera que la gente vea el proceso como algo complicado puesto que de partida hay que pagar una consulta veterinaria. «Esto se lo dices a una población que en una gran parte nunca lleva a sus animales al veterinario«, afirma.

Otra de las dudas que se han planteado es cómo se va a realizar una fiscalización eficiente si es que los animales que andan en las calles no tienen un dispositivo de identificación. De hecho, los datos indican que 7 de cada 10 perros que andan en la calle tienen dueño.

¿En qué vas a estar solucionando el problema de los perros callejeros? si es que los dueños de ese perro nunca hicieron el trámite. ¿Qué vas a hacer con ese perro como fiscalizador? ¿Te lo vas a llevar a alguna parte? ¿Vas a sentarte a esperar a ver a que casa entra en las tardes? Hay un montón de preguntas pero que nos llevan al origen de esto, que esta no es una ley que esté hecha para otorgarle bienestar a los animales, porque para esto lo primero que se debe hacer es concederle la calidad de sujetos«, argumenta.

Es un primer paso

A pesar de las críticas a la iniciativa hay organizaciones que defienden varios aspectos de la ley como el Colegio Médico Veterinario (Colmevet), que recomienda el microchip de identificación debido a que es el «único método permanente e indeleble en el tiempo».

«La mayoría de los animales que andan en la calle solos tienen un dueño y con este sistema podremos llegar a ese dueño negligente, también a ese que maltrata o abandona, será un proceso largo pero por algo debemos empezar«, comenta la presidenta del Consejo Regional Colmevet Valparaíso, Viña del Mar y Marga Marga, Francisca Vergara.

Sin embargo, la dirigenta también tiene sus reparos con la implementación que ha tenido esta iniciativa, proceso al cual calificó como un «caos». «Lamentablemente la falta de información fidedigna y el poco manejo mediático del tema ha generado que la población tenga temor e incertidumbre«, recalca.

A pesar de esto, Vergara argumenta que la ley tiene virtudes más allá del registro obligatorio de los animales. Entre ellas destaca que la regulación de los criaderos y la venta de animales; la prohibición de matanzas o sacrificios e animales como método de control poblacional por parte de municipios; otros servicios públicos y organizaciones de protección animal; la consideración del delito de abandono de animales y la obligación del Ministerio de Educación de educar sobre tenencia responsable.

FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

Según su visión quedan temas pendientes como mejorar las regulaciones sobre fauna silvestre versus perros y gatos, establecer el microchip como método de identificación obligatorio y debatir nuevamente sobre la polémica clasificación de 9 razas de perros como PPP (perros potencialmente peligrosos) entre las que se encuentran los Rottweiler, Doberman, Pitbull y el Dogo Argentino, a la cual el gremio se opone.

Sobre los problemas de recursos que han experimentado algunos municipios para implementar la ley, Vergara afirma que todas las comunas pueden optar a los fondos que otorga la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) que son para esterilizaciones, atención primaria y postura de microchips

«Sería interesante que la Asociación de Municipalidades de Chile llevara esta inquietud a la Subdere y administrativo para que se generen fondos específicamente para tener fiscalizadores capacitados en esta ley y que tengan sentido común para llevarla a la práctica en cada caso en particular desde la realidad de su comuna», señala.

Para cerrar, la veterinaria afirma que hay un aspecto que nadie toca que es la necesidad de avanzar hacia una educación ética sobre la relación humano- animal que debería ser impulsada desde la educación preescolar.

«Otra muy importante es la capacitación de Carabineros, PDI, Fiscales y Jueces sobre esta ley para que tomen las denuncias y apliquen las sanciones pertinentes», concluye.