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Especialista suma críticas a la Admisión Justa: «La meritocracia se ha utilizado para hacer competir a los más pobres por escasas oportunidades»

Por: Gonzalo Espinoza | Publicado: 19.02.2019
Especialista suma críticas a la Admisión Justa: «La meritocracia se ha utilizado para hacer competir a los más pobres por escasas oportunidades» El ilícito ya fue derivado a la PDI | Agencia Uno
La coordinadora del magíster de Trabajo Social, Gabriela Rubilar, realizó un análisis de la política impulsada desde el Ministerio de Educación por Marcela Cubillos. “Lo que nosotros estamos disputando en esta idea de selectividad o de selección «justa» son las posiciones de clase o sociales que van a ocupar estos sujetos a futuro, y si tu me preguntas a mí, eso no me parece justo”, comenta.

La semana pasada concluyó la gira que emprendió la ministra de Educación, Marcela Cubillos, para defender su proyecto de ley «Admisión Justa».

En su viaje, la secretaria de Estado recorrió 26 comunas donde escuchó a algunas familias, y anunció que parte de ellas asistirán al Congreso para exigir que se reincorpore la selección por mérito en liceos de excelencia.

La iniciativa ha sido foco de críticas no solo por parte de la oposición, sino que también ha encontrado resistencia dentro del mundo académico.

En este contexto, El Desconcierto conversó con la coordinadora del magíster de Trabajo Social de la Universidad de Chile y experta en exclusión Gabriela Rubilar, quien criticó el proyecto del gobierno por no aportar a generar mejores oportunidades para toda la sociedad.

-¿Sirve el concepto de meritocracia para generar una política de mayor igualdad en el acceso a la educación?

-La meritocracia no es un concepto que vaya a contribuir a lo que nosotros estamos abordando que tiene que ver con disminuir la desigualdad. Lo que hace la meritocracia es que reparte de forma distinta las oportunidades, pero en un contexto como el nuestro donde las oportunidades quedan solo en unos pocos la pregunta es: qué pasa con el resto de la sociedad. Quiero ser bien clara en que yo no estoy en contra de la meritocracia en sí, sino que de la forma en cómo el concepto se ha acuñado para hacer competir sobre todo a los más pobres por escasas oportunidades.

Entonces la pregunta que nosotros tenemos ahí es mucho más profunda que este proyecto de ley o de estas iniciativas que se plantean, es primero; por qué hay que seleccionar; por qué tenemos que competir; por qué tenemos que hacerlos competir a los otros, y en esa idea el premio no es más que una educación de calidad.

Detrás de la idea de la meritocracia también se ha desconocido la discusión sobre estructura de oportunidades y el debate sobre clases sociales, porque efectivamente quienes son los principales exponentes de los relatos sobre la meritocracia es nuestra clase media y que siente que se ha esforzado, y que de algún modo no es justo que no pueda acceder a los cupos por, por ejemplo, lo que ellos consideran un establecimiento que les asegure educación de calidad. La pregunta que hay detrás es por qué nosotros como sociedad no hemos podido asegurar educación de calidad para todos, sin tener que hacerlos competir por un cupo.

-¿Se deja afuera en toda esta discusión el privilegio de clase que tienen algunas familias por sobre otras?

-En todas las escenas que hemos visto también sobre esta idea de justicia, tal vez malentendida, porque finalmente finalmente se refuerza la idea de competencia de selección pero también la idea de privilegio que tiene una familia de haber podido acceder a ese cupo en detrimento de otro, que son los que quedan fuera o los que quedan atrás o los que ni siquiera alcanzar a llegar. Lo que me preocupa es qué tipo de sociedad vivimos, cuáles son los valores que nosotros queremos impulsar también cuando hablamos de educación y de acceso a la educación y educación básica y media de calidad.

No hemos sido capaces de entender que la educación de calidad no se puede disputar entre unos pocos sino que se tiene que garantizar como un derecho y que les permita y que resguarde a todos los sujetos incluso a aquellos que tienen ninguna posibilidad de concursar si quiera.

-Me da la impresión de que esta lógica de generar segregación no solo se da en el plano educativo….

– Efectivamente, esta lógica de generar segregaciones las hemos visto súper bien y muy claramente en los temas de salud. Las aseguradoras privadas seleccionan a sus asegurados en función de una serie de características, si eres hombre o si eres mujer, si estás en edad fértil o no, si tienes preexistencia de enfermedades y obviamente se quedan con los más sanos, y asegurar a los más sanos no solo es más barato sino que además es más sencillo porque usan menos la Isapre. A mi Isapre yo le caigo bien porque no la uso, pero en la medida en la que yo requiera usarla me voy a volver más costosa para ese sistema de aseguramiento y, de algún modo, en algún momento mi sistema de salud privado me va a transferir ese costo de mayor uso o porque me va subir los planes o porque me va a empezar a expulsar o porque me va a empezar a poner restricciones y en algún momento estar demasiado enfermo estar demasiado viejo ser demasiado pobre o vivir demasiado lejos se transforma en un problema en una sociedad de mercado que lo que hace es proveer servicios pero no siempre garantizar derechos.

– ¿Qué te parecen iniciativas como la Ley Machuca que fueron impulsadas desde sectores más progresistas?

-Creo también confunde el concepto porque la propia película “Machuca” lo que quería mostrar era la ventaja que tiene la inclusión de sujetos diferentes en contextos homogéneos. La diferencia nos hace bien y nos hace bien porque nos permite primero conocer otras perspectivas, pero además tomar decisiones entre diferentes, no es lo mismo que tomar decisiones entre iguales.

Yo siempre lo digo a mis estudiantes «nosotros podemos estar todos de acuerdo aquí” y es fácil estar de acuerdo. Es fácil porque percibimos las mismas necesidades, tenemos más o menos la misma edad, vivimos todos en una ciudad urbanizada, todos nos movemos en transporte público, tenemos un nivel educativo homogéneo, entonces pareciera que nuestra sociedad pequeña de salas de clases somos todos iguales, entonces es sencillo resolver algunos problemas.

La mayor discusión de las políticas públicas de educación es cómo tomar decisiones difíciles con sujetos heterogéneos intentando que esas decisiones no dejen peor situados a los más pobres. Yo creo que esta ley no está cumpliendo ese principio, que es un principio ético que tiene que ver con no dañar a los sujetos que están en una peor posición, que no es una posición que ellos han buscado porque quieran y porque no se han esforzado lo suficiente. Es una posición en este caso que la determina muy fuertemente el nivel socioeconómico en el que ellos se ubican, es una posición de clase, es una posición que también está marcada por el género, no compiten igual las mujeres y los hombres en materia de educación y eso lo hemos visto en los resultados de la PSU. Es una posición que está marcada por la segregación espacial de este país que incluye las enormes diferencia territoriales

Si tu miras todo el debate sobre educación, selectividad, elección de establecimientos, son las grandes ciudades las que levantan el tema y nadie se ha preguntado qué pasa en las regiones más extremas, qué pasa en provincia, qué pasa en el mundo rural cuando lo que yo puedo elegir es lo que hay, y sobre lo que hay construyo mi trayectoria educativa.

-¿Un proceso de selección puede marcar la vida de una persona?

Yo explicaba la otra vez que cuando un chico postula a un colegio emblemático el no solo porta las expectativas de movilidad social sobre sí mismo sino que sobre una generación, que incluye a sus padres a sus abuelos y los que están por venir. Entonces, cuando uno pone la idea de la selección y pone la idea de que unos pocos entran y los otros muchos quedan fuera, hay que preguntarse qué va a pasar con las trayectorias también de aquellos que se quedan fuera y que de algún modo se tienen que conformar con lo que hay.

Yo quiero decir que no se quedan fuera porque no hayan hecho esfuerzo. Nosotros tenemos una investigación con mis estudiantes sobre trayectorias educativas de chicos y chicas que cursan especialidades técnico profesionales en liceos y cuando uno lee las narrativas de esos jóvenes uno ve que la han tenido dificilísima. Y yo digo dificilísima en todos los sentidos. Me sorprende que se levanten todas las mañanas y que sigan. Y en ese seguir lo que hay ahí es una idea de meritocracia mal entendida como competencia en términos de saber que cuando ellos salen sus oportunidades son muchas menos que la de cualquier chico de clase de media de otro barrio de Santiago que con su misma edad tiene que hacer menos para lograr lo mismo y a veces más.

Lo que nosotros estamos disputando en esta idea de selectividad o de selección «justa» son las posiciones de clase o sociales que van a ocupar estos sujetos a futuro, y si tu me preguntas a mí, eso no me parece justo. No me parece justo que se inscriba en un proceso de selección, que no considera en el fondo ni el contexto de origen ni las particularidades y que solo asume el mérito como el esfuerzo individual de un sujeto que hace o no hace determinadas cosas.

– ¿Se desarrollan políticas de segregación con fenómenos como la migración?

-Sin ser muy experta en los temas de migración, claramente lo que nos ha ido pasando tiene que ver con los temas de diferencia, mientras más iguales son los migrantes a nosotros socioeconómicamente hablando incluso en color de piel, más posibilidades tenemos de definir lo que vamos a considerar una sociedad de iguales. La diferencia es la que asusta, y asusta fundamentalmente porque lo que estamos hablando hoy día tiene que ver con prejuicios étnicos, prejuicios socioeconómicos tiene que ver con prejuicios de clase, tiene que ver con prejuicios respecto a lo desconocido. Entonces efectivamente alguien diría si voy a seleccionar voy a priorizar por los que son parecidos a mí como si eso parecido nos garantizara el hecho de una sociedad más justa.

Este debate que se ha suscitado respecto a modificar la idea de la no selección e introducirla nuevamente nos lleva a preguntarnos nuevamente, en este escenario qué tipo de sociedad queremos ser con esos argumentos efectivamente cuáles van a ser las huellas que nosotros vamos a transmitir intergeneracionalmente a otros.

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