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“Panfleto” de María Moreno: No confundir feminismo con Sex and the city

Por: Elisa Montesinos | Publicado: 03.03.2019
Aquí Moreno habla de todo. Reivindica cierta artisticidad de la pornografía, celebra la moral victoriana, y se mete en la cama de autoras muertas, casi todas brillantes pero opacadas. No esencializa el signo mujer pero defiende —ya en 1989— la sororidad: un sentimiento sin nombre, dice, que no tiene aún historia ni ha sido coagulado por el lenguaje. Sospecha y advierte no “confundir feminismo con la amistad mafiosa entre mujeres transmitida por Sex and the City”

Panfleto (Ed. Penguin Random House, 2018) es una recopilación de ensayos que la cronista María Moreno publicó entre 1988 y 2018 en diversos medios de prensa en la Argentina y que, como reza su bajada, deambulan entre erótica y feminismo. Aunque lleno de referencias locales, bien puede leerse el interés de la autora, una abuela queer —otrora voz marginal, hoy mainstream y transnacional— que tanto tiene de polemista como de crítica literaria, y cuya escritura, siempre actualizada y cosmopolita, sabe entregar momentos de alta factura, fina poesía y frases brillantes.

«¿Por qué nos gustan la escritoras que parecen escribir con la soga al cuello, haberse corrido el rímel con sus lágrimas e ir por el séptimo whisky para ganar fuerzas y elegir la viga más adecuada para ahorcarse? Incansables, locas, borrachas, afiebradas, comparten mi cama insomne con mi último marido (la máquina de escribir) a través de un manojo de libros de ediciones baratas, todos construidos con limadura de desesperación».

Aquí Moreno habla de todo. Reivindica cierta artisticidad de la pornografía, celebra la moral victoriana, y se mete en la cama de autoras muertas, casi todas brillantes pero opacadas. No esencializa el signo mujer pero defiende —ya en 1989— la sororidad: un sentimiento sin nombre, dice, que no tiene aún historia ni ha sido coagulado por el lenguaje. Sospecha y advierte no “confundir feminismo con la amistad mafiosa entre mujeres transmitida por Sex and the City”. Dispara contra la curia y la ortodoxia neoliberal, y se ríe —cómo no hacerlo— de la moralina publicitaria de grupos provida que en su momento de máximo delirio paseaban fetos gigantes por las callecitas de Buenos Aires. Férrea crítica del machismo de izquierda, también se atreve a esbozar relaciones acaso perversas entre el sadomasoquismo y los DD.HH. en Argentina. Estamos sin duda frente a ciencia ficción feminista de alto cuño, no apta para principiantes, en una prosa lúcida, poco moderada, a ratos demasiado inteligente, y que, como todo intelectual trasandino, escribe siempre con excesos de francofonía y psicoanálisis.

María Moreno, personaje ya floreado en el under porteño, con los años se ha encargado de construir su propio mito. Presume de convivir entre los vicios y la euforia de la noche con la misma frenética pasión con la que produce y publica sus textos. Salta sin problemas de la filosofía en el tocador al chisme de conventillo. Del boletín judicial a la nota de farándula. De la educación sentimental al policial negro o la gauchesca. De las bacanales de Safo al parnaso de los degenerados. La autora lee y se deja leer como arrojándose a la bohemia, a la literatura y al sexo sin distinción de géneros ni convenciones, pero sí con la convicción profunda de que en un mundo en el que impera la cultura de la violación, nacer mujer puede llegar a ser una tragedia. Y por eso lo que para muchos suena a desprejuicio e incorrección, para ella no es otra cosa sino el modo más sensato de enfrentar una realidad infame, pues cómo callar ante la barbarie, cómo permanecer indiferente ante el horror si al final del día nos están matando.

Y ahí están sus artículos. Muchos llevan el nombre de una mujer que, tras determinado crimen, se transformó en el nombre con el que el periodismo siguió dicho caso de crónica roja. Cuerpos que con calendaria regularidad aparecen asesinados por sus parejas y luego son reseñados en la prensa, pero con más vocación de morbo y sensacionalismo que de pedagogía crítica o reparatoria, son objeto de despiadado debate y juicio público. Moreno se ha dado el trabajo de hacer la semiótica del horror. Aquella que te exige dejar de decir crimen pasional y empezar a decir femicidio. De este modo, puede leer cualquiera de estos episodios desde la crítica feminista al aparato jurídico que lo ampara, desde el silencio cómplice de la intelectualidad masculina, o bien, desde la construcción simbólica del gaucho triunfante y victimario (nuevamente Freud). Y aunque todas son una sola forma de violencia, se repiten con tanta espantosa frecuencia que ya a nadie sorprende, que hoy hasta parecieran pedir a gritos no justicia restaurativa, sino escrache y linchamiento.

Preciso título el de este panfleto que si bien remite a uno de los artículos del libro —el último—, también cita, en su gesto paródico, el uso con que ciertas identidades feministas o queer convierten la injuria en orgullo. Ya que estos textos, así pareciera decirnos su autora, amén del tema que convoca su compendio, serían para la prensa tradicional un mero conjunto de desechos o residuos, ya que, en tanto adolecen de moral periodística masculina, no servirían sino para referir asuntos menores. Pero esto poco le importa a Moreno. Porque su escritura está cruzada por el activismo. Es propaganda ante un machismo que mata. Sus artículos, como lanzados al calor de las trincheras, están llenos de convicción, beligerancia, pero también de oportunismo, pues han servido como folletín de agitación y llamamiento público a las convocatorias del Ni Una Menos, del 8M, o para las concentraciones a favor del aborto. Por eso Panfleto merece leerse, hoy más que nunca, al filo de la contingencia: porque infunde muy buenas razones del porqué la huelga feminista va.

Panfleto

María Moreno

Ed. Penguin Random House, 2018

304 Páginas

Precio Referencial: $14.000

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