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Hombre que denunció violación en la Catedral de Santiago a Ezzati asegura que lo abrazó, le pidió silencio y le pagó 30 mil pesos

Por: El Desconcierto | Publicado: 05.03.2019
Hombre que denunció violación en la Catedral de Santiago a Ezzati asegura que lo abrazó, le pidió silencio y le pagó 30 mil pesos A_UNO_1025663_1ffcc |
Un hombre de 40 años acusó haber sido violado por el padre Tito Rivera, al interior de la Catedral de Santiago. Al denunciar el hecho personalmente al cardenal Ricardo Ezzati, la víctima aseguró que el religioso «me empieza a decir que no le cuente a nadie. Después me vuelve a repetir fuera del confesionario que esto quedaría en las manos de Dios». También le pasó 30 mil pesos.

Un hombre adulto que vive en la calle contó que fue violado por un sacerdote en la Catedral de Santiago hace cuatro años. El denunciante de 43 años acusa al padre Tito Rigoberto Rivera, un cura descrito como tradicionalista y aficionado a las misas en latín.

El religioso se encuentra hoy aquejado del mal de Parkinson, cáncer a la próstata y diabetes, entre otras dolencias. Aunque fue visitado por equipo periodístico de Informe Especial, Rivera prefirió el silencio y dejó las cosas en manos de su abogada, quien negó tajantemente la violación.

El sacerdote fue ordenado en San Felipe y se desempeñó como capellán de Carabineros por 14 años. Luego fue párroco en Santiago, capellán en la Catedral y rector en la Iglesia de Las Agustinas desde marzo de 2015.

La víctima contó que en 2015 acudió a la Catedral a pedir ayuda para comprar un medicamento para su hija, quien se encontraba afectada por una enfermedad urinaria. Entonces se cruzó con Rivera, quien le aseguró que lo ayudaría y lo llevó a una pieza al interior del segundo piso del recinto, ubicado a un lado de Plaza de Armas.

Tras beber un vaso de agua que le ofreció el cura, la víctima aseguró sentirse «sin fuerzas». El sacerdote regresó en ropa interior y le aseguró que «lo iba a pasar rico». Ahí, tras bajarse los pantalones y hacer lo mismo con su víctima, le practicó sexo oral y lo violó. «Mi cuerpo no reaccionaba, me sentía cochino (…) Hasta el día de hoy me cuesta dormir», contó el hombre entre lágrimas. Luego, el sacerdote le pidió que no se lo contara a nadie.

Días después de lo ocurrido se decidió a denunciar al padre Tito en la Oficina Pastoral de Denuncias, lo que inició una investigación a cargo de Francisco Walker. Más tarde, él mismo recibió otra denuncia contra el religioso de 2011. Según los testimonios recibidos por Walker, el religioso solo abusaba de varones, lo que ratifica su orientación sexual, algo que fue reconocido por su abogada Sandra Pinto: «Podría definirse como una persona que ha tenido algunas conductas homosexuales y también heterosexuales, como la gran mayoría de los sacerdotes, por lo demás», sostuvo.

Al notar que su denuncia no avanzaba, el hombre se decidió a hablar directamente con el cardenal Ricardo Ezzati, quien acostumbraba a confesar feligreses en la Catedral. Tras contarle, el arzobispo lo abrazó, «me dice ‘ya’, y ahí me empieza a decir que no le cuente a nadie. Después me vuelve a repetir fuera del confesionario que esto quedaría en las manos de Dios», señaló.

Según la víctima, en ese momento el cardenal Ezzati le entregó $30 mil en efectivo. Luego, en abril de 2015, el arzobispo resuelve que el padre Tito deje de oficial misas en la Catedral. Solo un año y medio después elevó la causa a una indagatoria.  Hoy, el caso es investigado por la Fiscalía de Alta Complejidad.

Pinto, la abogada del sacerdote, pone en duda la condición mental del denunciante: «Normalmente, las personas indigentes tienen varios problemas mentales. Si el Tribunal Eclesiástico estimó que era verosímil, fue porque efectivamente contó con la denuncia de este señor que fue bastante persistente», señaló.

Sin embargo, el peritaje psicológico realizado por la PDI evidenció síntomas ansiosos depresivos asociados a su experiencia de abuso. Además, la PDI señaló que se encuentra en buenas condiciones para declarar y que su motivación no es el dinero. Él mismo lo aclara así: «No necesito que me paguen un pasaje para ir a visitar al Papa (…) lo único que busco es verdad y justicia», señala.

La Fiscalía apunta al cardenal Ezzati por sus responsabilidad en la omisión de una denuncia grave, como es la violación, que decidió no investigar. El proceso canónico, de hecho, dio cuenta de otras acusaciones, como tocaciones a un seminarista y a un menor de edad, que fueron archivadas. Una de las víctimas entregó fotografías y videos caseros de actos sexuales.

El fiscal Emiliano Arias aseguró que sin los allanamientos realizados a la Catedral, este caso no se conocería y adelantó que lo ocurrido es una de la causas que imputan al cardenal en la investigación donde figura como imputado por encubrimiento.

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