EDITORIAL| El compromiso de un periodismo feminista y disidente

Como mujeres feministas, nos interesa recalcar la necesidad de que los medios de comunicación brinden condiciones laborales básicas a las periodistas, terminando con la precariedad laboral que afecta a todo el gremio y especialmente a las mujeres, dadas las condiciones de desigualdad existentes en Chile.

En este sentido, nos parece fundamental que los medios se hagan parte de la lucha contra la violencia machista partiendo por concretar cambios necesarios para resguardar los derechos laborales de las mujeres periodistas y garantizando su presencia en espacios directivos y editoriales en las salas de redacción.

Dado el rol que las periodistas cumplen en la sociedad, nos parece fundamental paralizar nuestras actividades y sumarnos a la huelga feminista de este 8 de marzo, evidenciando que sin mujeres no hay periodismo y que somos parte activa de la construcción de una sociedad dispuesta a combatir las diversas expresiones de violencia que nos afectan en nuestro día a día.

Nuestro rol como periodistas mujeres nos obliga a dar una cobertura rigurosa y respetuosa de los femicidios y casos de violencia contra las mujeres por el hecho de serlo. La violencia de género no se puede invisibilizar en los medios y la ética periodística feminista tiene que sobreponerse a los intereses morbosos y marquetinianos de la prensa hegemónica. Aún normalizan conceptos de “ideología de género”, le dan voz a líderes religiosos y, en el caso de la violencia de género, se le da tribuna los agresores inclusive cuando se trata de casos cerrados judicialmente.

Todo eso se combate con un periodismo con perspectiva de género inclusivo y no revictimizante, que contribuye a crear una sociedad con una mirada sobre las violencias de género de forma respetuosa e implicada para llegar a crear una conciencia social sobre este tema.

Es necesario erradicar el sexismo presente en las agendas que controlan los medios de comunicación, combatir la infra representación: los hombres siguen llevando la delantera en la firma de columnas, a eso se suma los contenidos que siguen invisibilizando a las mujeres en distintos espacios de influencia o reproduciendo estereotipos de género.

No es posible que la cobertura que se haga de distintos temas siga considerando solo fuentes masculinas, muchas veces por la comodidad de no indagar y abrir el espectro de voces que están dialogando sobre temas de interés público.

Instamos a que la profesión no se convierta en un lugar cómodo desde donde se reproducen estereotipos de género y de clase, sin dimensionar que con esto se mantiene la desigualdad y el sistema hegemónico patriarcal.

Es importante que desde los medios de comunicación se potencien las figuras femeninas como fuentes y referentes. Lamentablemente, toda la historia de la humanidad se rige bajo las formas masculinas de contar historias, omitiendo la presencia y relevancia de las mujeres en los procesos sociales e históricos, lo cual solo ha fomentado la invisibilización del trabajo de las mujeres y ha desencadenado múltiples factores que potencian la precarización de nuestras vidas por posicionarnos en un lugar secundario.

Todas las mujeres tenemos derecho a ser escuchadas con respeto porque todo lo que tenemos para decir es importante. Estamos apostando a un cambio profundo y necesario en la sociedad, en honor a las niñas y mujeres que ya no están con nosotras porque fueron víctimas de la violencia machista, por nosotras, las que habitamos este presente que deseamos transformar y por las mujeres del futuro, para que ninguna nunca más deba vivir con miedo.

El Desconcierto renueva su compromiso sobre visibilización de la violencia de género, incluidas mujeres trans y lesbianas a seguir denunciando la peor cara del patriarcado: hasta el día de ayer, ya van doce femicidios. Por todo eso, seguiremos trabajando a la velocidad y la altura de lo que está pasando hoy.

Creemos que otro periodismo es posible.

Firman: Valentina Camilla, Meritxell Freixas, Natalia Figueroa, Elisa Montesinos, Francisca Quiroga, Carolina Rojas, Alejandra Valle y Vanessa Vargas.