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Opinión

¡Basta de uniformados ladrones y curas pedófilos!

Por: Sandra Villanueva | Publicado: 22.03.2019
¡Basta de uniformados ladrones y curas pedófilos! | / Agencia Uno
Es increíble pensar cómo después de los cientos de casos de abuso sexual y pedofilia en la iglesia, se siga rindiendo pleitesía a curas y monjas. Y no digamos ¡basta! a una institución inventada, que poco ha hecho por un real crecimiento espiritual de las personas. Esto sin contar los artificios materiales creados para sobornar nuestras creencias, con iglesias absurdamente despampanantes, con un hombre vestido de blanco, simulando ser una especie de ángel que trata de idiotas a los osorninos, cuando exigían sacar a un obispo encubridor de pedofilia de su propia iglesia.

Este país está mal. Esta frase tan común realmente refleja el pensamiento colectivo cuando nos ponemos a pensar en los millones de pesos que los altos mandos del ejército y carabineros se han robado por décadas desde las arcas fiscales de Chile.

Lo peor es que muchas veces preferimos no pensar en ello, porque hay una sensación de tal impunidad para los poderosos, que someterse a la rabia y la impotencia de ver cómo el sistema patriarcal y capitalista está hecho para protegerlos, que es preferible no pensar ni hablar del tema.

Pero este no es un camino viable a largo plazo: el seguir aguantando el sometimiento, el abuso y la corrupción. Por ello, quizás es tiempo, más que suficiente, ¿para preguntarnos si es realmente posible otro mundo? Un mundo donde exista equidad social, donde los dineros del estado se inviertan efectivamente en las personas. Un mundo donde afrontemos la delincuencia desde su origen; no implementando más drones para aumentar la sensación de vigilancia y de pérdida de privacidad; sino donde se invierta en un sistema de reinserción social, con programas de empleo dignos, con programas de salud mental decentes, con un sistema eficiente de protección a la niñez, con una descentralización como la gente, que haga valer los derechos de tod@s los chilen@s y no solo acciones reactivas a los acontecimientos que pasan en Santiago.

Desde lo más básico hemos sido adiestrado para ser productivos a un sistema que nos somete y nos quiere estúpidos. Por dar solamente un ejemplo, ¿si ni siquiera somos capaces de cuestionar los índices de consumo de alcohol que tenemos? Vemos la juerga como parte de la vida y no como un aspecto cultural que ha sido introducido en nuestra cotidianidad como “La forma” que tenemos de pasarlo bien. Es que la felicidad está asociada al trago? De verdad el asaito que nos ofrece Zabaleta es la mejor alternativa?

Por otra parte, es increíble pensar cómo después de los cientos de casos de abuso sexual y pedofilia en la iglesia, se siga rindiendo pleitesía a curas y monjas. Y no digamos ¡basta! a una institución inventada, que poco ha hecho por un real crecimiento espiritual de las personas. Esto sin contar los artificios materiales creados para sobornar nuestras creencias, con iglesias absurdamente despampanantes, con un hombre vestido de blanco, simulando ser una especie de ángel que trata de idiotas a los osorninos, cuando exigían sacar a un obispo encubridor de pedofilia de su propia iglesia.

Es muy larga la lista de acontecimientos insoportables. El robo millonario de Fuentealba y tantos otros, partiendo por el ladrón original de Pinochet, es una gota que se suma al rebalse del vaso, de situaciones degeneradas que como sujeta común y silvestre, estoy harta de aguantar.

Sandra Villanueva