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Opinión

Día Mundial del Agua: Estamos dejando gente atrás

Por: Nicolás Ruiz Contreras | Publicado: 22.03.2019
Día Mundial del Agua: Estamos dejando gente atrás | Foto: Nicole Kramm
La provincia de Petorca, el caso más emblemático, que tiene hace años en pie de lucha al Movimiento de Defensa del Agua la Tierra y el Medio Ambiente –Modatima-, está lejos de ser el único. De hecho, de acuerdo al Atlas del Agua, del año 2016, medio millón de personas de zonas rurales aún no disponen de agua potable en sus hogares.

De acuerdo a las Naciones Unidas, cada año, más de 250 mil niños menores de 5 años mueren en el mundo producto de diarreas causadas por beber agua contaminada o no potable, y según la Organización Mundial de la Salud, 2,1 mil millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura.

Cifras alarmantes, pero a veces difícil de interiorizar para los que vivimos en las ciudades, donde abrir la llave para beber agua es algo dado -y eso que desde el año 2010 el acceso al agua potable y saneamiento es un derecho humano-.

Este viernes, como cada 22 de marzo, se celebra el día mundial del agua, y para este año la consigna de las Naciones Unidas es clara: No dejar a nadie atrás.

Sin embargo, algo que parece tan obvio, resulta en un entramado de argumentos, discursos y acciones que siguen líneas opuestas al mensaje mundial. Porque si lo primero es abastecer a la población, cómo hay gente sin agua en sectores donde abundan las actividades económicas dependientes de este elemento.

Al volcarnos a la escena nacional, podemos quedarnos con la cifras de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que hablan de cobertura de agua potable de un 99,9% en áreas urbanas.

Pero, como es habitual en nuestro país, se asoma un lado B que mantiene una alerta silenciosa a los oídos de la mayoría. Numerosos territorios se enfrentan día a día a una situación extrema, carencia de agua y en algunos casos falta de acceso a una red potable.

La provincia de Petorca, el caso más emblemático, que tiene hace años en pie de lucha al Movimiento de Defensa del Agua la Tierra y el Medio Ambiente –Modatima-, está lejos de ser el único. De hecho, de acuerdo al Atlas del Agua, del año 2016, medio millón de personas de zonas rurales aún no disponen de agua potable en sus hogares.

Por cierto las causas de este tipo de situaciones son múltiples. Una parte se puede explicar por el cambio climático, lo que de acuerdo a estudios del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) afecta negativamente las precipitaciones. Este hecho ha sido constatado en una reciente publicación, en donde se indica que antes del 2060 la zona central de nuestro país presentaría una sequía, impactando gravemente cultivos de trigo.

Sin embargo, hay otra parte que se explica por una palabra, un concepto, manoseado quizás, abusado a veces, pero no por eso menos importante, el modelo.

No me refiero al modelo como concepto abstracto, sino al ordenamiento institucional y el marco normativo que tenemos en Chile, donde el derecho de aprovechamiento de agua es entregado a perpetuidad a los particulares.

En este contexto, hoy el gobierno pretende abordar el tema del consumo humano a través de la misma lógica de mercado, comprando derechos donde no existe disponibilidad para otorgar, pero a la vez, señalando que tendrán una política hídrica proactiva. Pero, parece difícil actuar proactivamente ante las emergencias.

Hoy el desafío es grande, pero muy por el contrario a la opinión de organizaciones de la sociedad civil y parlamentarios, se ha decidido re encauzar la modificación al Código de Aguas, quitando aspectos sustanciales respecto a la propiedad del derecho de aprovechamiento que ya habían sido aprobados por la Cámara de Diputados.

Y es que dicen que una acción vale más que mil palabras, porque si hablamos de garantizar el derecho humano de acceso al agua todos están de acuerdo, pero si entramos al debate de privar de usos productivos a ciertos sectores para favorecer el abastecimiento de la población, la cosa se pone gris.

No dejar a nadie atrás, agua para todos sin discriminación, asegurar el consumo humano, etc. Palabras que parecen no hacer eco en el marco legal. Al final, no dejar a nadie atrás es una cuestión de política. Por eso, deberíamos preguntarnos ¿Está la política de Estado en materia de agua apuntando en esa dirección? ¿Estamos de acuerdo en  tomar medidas drásticas para asegurar el consumo humano? ¿Se pueden quitar o restringir derechos de aprovechamiento de usos productivos para evitar que la población se quede sin agua? Preguntas, que más temprano que tarde, las autoridades deberán responder. En definitiva, esto es materia de Estado.

Nicolás Ruiz Contreras