Avisos Legales
Opinión

De pedir respeto a exigir derechos

Por: Natalia Castillo | Publicado: 23.03.2019
De pedir respeto a exigir derechos lgbti2 |
La Ley Antidiscriminación ha sido insuficiente, así ha sido constatado por las organizaciones LGBTQ+ y las cifras lo confirman: pese al inmenso número de casos, sólo se han dictado 3 sentencias desde el 2012 hasta la fecha por discriminaciones en razón de orientación sexual e identidad de género. Por todo ello necesitamos trabajar en mejoras sustanciales a la Ley antidiscriminación. Es necesario modificar las definiciones de la ley, especialmente en cuanto al concepto de discriminación que esta comprende, incluyendo por ejemplo, las discriminaciones múltiples, que son aquellas en las que existen diversos factores de intolerancia.

Chile está viviendo una arremetida de neofascismo que nos llevó a lamentar, el año pasado, 57 ataques y 3 asesinatos por orientación sexual e identidad de género. Aún no se cumple un año de la muerte de Felipe Olguín, joven de 19 años que fue asesinado en un paradero cercano a su casa, luego de recibir insultos y amenazas por caminar en la calle junto a su pareja.

Este año, 14 ataques han llegado a la luz pública, pero lamentablemente tenemos la certeza de que hay un sinnúmero de hechos discriminatorios que se mantienen ocultos en las sombras de la invisibilización. La semana pasada se cumplió un mes desde el ataque lesbofóbico a Carolina Torres, quien continúa recuperándose con graves secuelas psicológicas y físicas; y hace pocos días Matías Mella, joven trans, fue atacado por dos hombres que marcaron esvásticas en su cuerpo.

La Ley Antidiscriminación ha sido insuficiente, así ha sido constatado por las organizaciones LGBTQ+ y las cifras lo confirman: pese al inmenso número de casos, sólo se han dictado 3 sentencias desde el 2012 hasta la fecha por discriminaciones en razón de orientación sexual e identidad de género. Por todo ello necesitamos trabajar en mejoras sustanciales a la Ley antidiscriminación. Es necesario modificar las definiciones de la ley, especialmente en cuanto al concepto de discriminación que esta comprende, incluyendo por ejemplo, las discriminaciones múltiples, que son aquellas en las que existen diversos factores de intolerancia. También deben cambiarse las reglas sobre la carga de la prueba, que actualmente exige al afectado probar que fue discriminado, pasando a un modelo en que el juez pueda exigir pruebas a ambas partes. Por último, debemos garantizar mecanismos que garanticen compensaciones para las víctimas, como multas que se destinen al desarrollo de programas que velen por la protección, concientización, y promoción de los derechos de la población LGBTIQ+ y/o indemnizaciones que vayan en directo beneficio de las víctimas.

La arremetida de violencia contra la población LGBTQ+ no nos afecta solo a nosotros, está en todo el mundo: hace un año, en Brasil fue asesinada Marielle Franco, mujer negra y lesbiana, concejala y activista por los derechos de las minorías oprimidas, sobre cuya muerte no se ha pronunciado el Gobierno de Jair Bolsonaro.

Precisamente será el presidente brasileño, quien ha dicho que preferiría “un hijo muerto, antes que uno gay” quien almorzará este sábado en La Moneda con el presidente de Chile, Sebastián Piñera. Esperamos que este encuentro nos permita reflexionar sobre un rechazo transversal a cualquier forma de LGBTQ+fobia. Hoy no necesitamos actos simbólicos o palabras de aliento, necesitamos compromisos, hechos concretos que garanticen derechos.

Natalia Castillo