Una planta de aguas servidas para arruinar el Calafquén

Mucho se habla –y con razón- de los nefastos efectos de varias empresas privadas en “La Araucanía”. Pero también hay políticas de Estado que perjudican al territorio que comparten chilenos y mapuche en la IX Región, y esto ocurre tanto por falta de rigurosidad como por falta de respeto.

Así podemos verlo en el proyecto para construir una planta de aguas servidas en la localidad de Lican Ray, comuna de Villarrica. Este proyecto, que ya fue rechazado hace 4 años, se justifica únicamente en un mandato presidencial del año 2004 para implementar alcantarillado en localidades urbanas, sin un estudio necesario para evaluar cada caso.

Históricamente Lican Ray ha tenido un suelo ideal para la disposición de fozas sépticas debido a su composición, que favorece la filtración de agua y absorción de nutrientes. Así lo demuestran estudios realizados en la zona. Nunca ha habido problemas con el sistema de fosas en el que cada vecino se hace responsable de la suya. Es más, la localidad durante el verano sube su población de 3 mil a sobre 10 mil personas, y aún así, cuando se satura todo (calles, estacionamientos, playas, restoranes), el sistema actual de alcantarillado/fosas funciona sin contratiempos.

¿Por qué entonces persistir en este proyecto? ¿Por qué no se tiene en cuenta la experiencia de Pucón, donde una planta de aguas servidas y una estación gasolinera flotante son los emblemas de la contaminación del lago Villarrica?

El lago Calafquén, que se encuentra a pocos kilómetros del Villarrica, baña localidades como Lican Ray, Pucura y Coñaripe, entre otras. Sus aguas limpias son defendidas por juntas de vecinos, grupos ambientalistas y comunidades mapuche. Estas últimas juegan un rol clave en esa defensa, y sus derechos no deben ser pasados a llevar como en tantas ocasiones.

Hago un llamado a las autoridades a tomar en cuenta el sentir de esas comunidades, y a no caer en la bajeza de aprovecharse de la necesidad de algunos para hacer pasar pagos en dinero como “medidas de mitigación”. Los mapuche estamos por encima de ese tipo de prácticas y hemos probado que sabemos proteger nuestra tierra.

Así lo demuestran ejemplos como el del lago Lleu Lleu, reconocido como el poseedor de las aguas más limpias de Chile debido a la protección mapuche.