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Somos Patrimonio

Por: Amaro Labra | Publicado: 25.05.2019
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A diferencia de la lógica monumental que hasta ahora ha primado, el patrimonio inmaterial contempla la relación de la obra y cómo la sociedad y sus pueblos se vinculan a esta e interactúan con la naturaleza y nuestra propia historia. Podemos entonces proponer que todos y todas día a día hacemos patrimonio.

A días que celebremos al día del patrimonio en Chile, es necesario reflexionar sobre su situación actual y lo necesario y urgente que es redefinirlo, actualizarlo, preservarlo y protegerlo para el goce y participación de todas y todos.

Cuando se habla de patrimonio, es común que se disminuya el concepto a “monumentos”, como obras arquitectónicas, esculturas o ruinas arqueológicas. La protección de estos espacios físicos es también hoy el hilo conductor de nuestra actual norma, la Ley de Monumentos Nacionales. Lo anterior deja de lado muchas otras expresiones culturales que se deben proteger y que no son obras tangibles: el patrimonio inmaterial.

¿Qué es el patrimonio cultural inmaterial? Son las tradiciones, los cuentos, la gastronomía, rituales y saberes que nuestro pueblo ha transmitido de generación en generación. Actualmente, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, identifica sólo 34 las tradiciones en su Sistema de Información para la Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial (Sigpa). Entre ellos están el oficio tradicional del organillero chinchinero, el canto a lo poeta y música de la bohemia tradicional de Valparaíso, entre otras expresiones más.

Sin embargo, el registro es sólo un primer paso para desarrollar un plan de salvaguardia que asegure una protección real. Además, solo basta recorrer nuestros territorios para ver que son muchísimos más los ejemplos de este potente patrimonio vivo en nuestro país que debiesen estar identificados, y sobre todo protegidos. Sin duda, se hace urgente que la ley que se haga cargo de este aspecto.

A la espera de la nueva legislación

La preservación y la salvaguardia de estas tradiciones son fundamentales y no solo para quienes las cultivan. La Unesco señala que “el patrimonio inmaterial proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad: favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social (…) Numerosos saberes tradicionales o autóctonos están integrados, o se pueden integrar, en las políticas sanitarias, la educación o la gestión de los recursos naturales”. Sin duda, el proteger nuestro patrimonio inmaterial es vital para lograr un desarrollo armónico y amable y para construir un país que pueda recurrir e internarse en sus saberes para avanzar hacia el futuro.

A diferencia de la lógica monumental que hasta ahora ha primado, el patrimonio inmaterial contempla la relación de la obra y cómo la sociedad y sus pueblos se vinculan a esta e interactúan con la naturaleza y nuestra propia historia. Podemos entonces proponer que todos y todas día a día hacemos patrimonio.

Se trata de nuestra identidad, y en esta materia, el Estado se encuentra al debe, pues hasta ahora, el único marco normativo para la protección de este patrimonio en Chile es la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO (2003), que Chile suscribió en 2008 y que fue ratificado por el Congreso en enero de 2009. En un país donde la diversidad cultural es profunda, donde de norte a sur podemos identificar diferentes expresiones artísticas, especialmente la riqueza y enseñanzas de nuestros pueblos originarios, se hace fundamental repensar y debatir sobre cómo entendemos el patrimonio y que esas reflexiones sean parte de la legislación.

Por esto la discusión del futuro proyecto de Ley de Patrimonio, que modifica la antigua ley de Monumentos y que estamos esperamos discutir en la comisión de cultura, artes y comunicaciones de la Cámara de Diputados, necesita de una alta participación ciudadana. Queremos que sean escuchadas las ideas de nuestros pueblos originarios y de todos y todas quienes dan vida a estas tradiciones, para que la diversidad cultural de nuestro país se refleje en esta nueva legislación. Sólo de esta forma el Estado de Chile se hará cargo de resguardar su historia.

Amaro Labra