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Acción climática hoy: Descarbonización al 2030

Por: Isabel Allende Bussi | Publicado: 05.06.2019
Acción climática hoy: Descarbonización al 2030 |
Las 28 termoeléctricas a carbón –40% de la generación eléctrica chilena- se concentran en cinco comunas del país, generando graves impactos sobre la salud de la población y el ambiente en Tocopilla y Mejillones en la Región de Antofagasta; Huasco en Atacama; Puchuncaví y Quintero en Valparaíso; y Coronel en la Región del Bio Bio. En estas comunas se superan las normas de calidad del aire y cuatro de ellas han sido declaradas latentes o saturadas de contaminantes atmosféricos y sometidas a Planes de Prevención y Descontaminación, de lenta implementación

Al visitar América Latina, hace más de 200 años atrás, el explorador y naturalista Alexander Von Humboldt comprendió que las transformaciones que estaban desencadenándose en las entonces colonias de América tendrían consecuencias para las futuras generaciones.

Cerca de doscientos años después, en 1968, un grupo de científicos en el Michigan Institute of Technology, basándose en los primeros modelos numéricos advirtieron que si seguíamos usando los recursos como se estaba haciendo, éstos se acabarían hacia el 2100. El primer reporte del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, 30 años después, nuevamente nos advirtió del efecto de las emisiones de gases invernadero sobre el clima y funcionamiento planetario. El informe de la misma organización de más de 3.000 científicos concluye, 21 años después del anterior, que si la temperatura de la tierra sobrepasa los 1.5°C las consecuencias serán catastróficas.

Es común creer que el cambio climático es algo del futuro: algo que llegará como un cataclismo impactando a todos por igual. Sin embargo, el cambio climático ya está aquí y está afectando a los más pobres hoy. Los aluviones en el norte, los gigantescos incendios el 2017 en el sur, las marejadas y heladas el año pasado, así como el tornado en Los Ángeles y las trombas marinas en Ñuble y Concepción, no son algo del futuro, son reales y presentes.

Es por esto que Chile y el mundo deben tomar medidas urgentes, con base científica sólida y que apunten a la sustentabilidad. Chile puede poner la sustentabilidad en el centro de su desarrollo país, siendo líderes en el planeta en ello.

Nuestro país será anfitrión de la Conferencia de las Partes COP25. Esto significa que tendremos una oportunidad para ser referentes mundiales en los temas ambientales. Si bien se ha argumentado que no se podrán resolver todos los problemas ambientales, es importante que todos los sectores de la sociedad reconozcan la oportunidad histórica que tenemos con esta conferencia.

La situación de cambio climático que nos aqueja ha hecho que las políticas públicas que se impulsan hoy no sólo tengan una importancia global o planetaria, sino que también un alcance local. Ejemplo de ello es la priorización del agua para consumo humano, que tiene un impacto en las personas de La Ligua y Petorca ,y otras comunidades con escasez hídrica. Asimismo, la pronta aprobación del Servicio de Biodiversidad permitirá resguardar nuestro privilegiado patrimonio natural fortaleciendo los ecosistemas tan necesarios para la vida humana.

Pero quizás el mejor ejemplo de impacto global y local tiene que ver con el fin a la energía en base al carbón. Las termoeléctricas a carbón en Chile constituyen el principal agente de contaminación atmosférica local y la mayor fuente de contaminación global, problema que es urgente resolver con la mayor celeridad para proteger la salud de la población, los ecosistemas y las economías locales; así como también para cumplir los compromisos asumidos por Chile, en el marco del Acuerdo de París.

Es por ello que, en conjunto con un grupo transversal de parlamentarios, le hemos insistido al gobierno el retiro o reconversión de todas las centrales termoeléctricas a carbón a más tardar el año 2030. Los estudios demuestran que esto es factible y solamente se requiere de voluntad política para hacerlo realidad. Sin embargo, totalmente a contrapelo, el martes 4 de junio el Gobierno publicó su cronograma voluntario de descarbonización al 2040.

Las 28 termoeléctricas a carbón –40% de la generación eléctrica chilena- se concentran en cinco comunas del país, generando graves impactos sobre la salud de la población y el ambiente en Tocopilla y Mejillones en la Región de Antofagasta; Huasco en Atacama; Puchuncaví y Quintero en Valparaíso; y Coronel en la Región del Bio Bio. En estas comunas se superan las normas de calidad del aire y cuatro de ellas han sido declaradas latentes o saturadas de contaminantes atmosféricos y sometidas a Planes de Prevención y Descontaminación, de lenta implementación.

Además, el sector energético en Chile es el causante de 78% de las emisiones de CO2 del país, según el reciente inventario nacional publicado por el gobierno en 2018.

A mayor abundamiento, el gobierno ha postergado el cierre de las termoeléctricas en Quintero, Puchuncaví y Concón, a pesar del mandato de la Corte Suprema que reconoce las falencias que el Estado ha tenido en su responsabilidad. El cierre de las termoeléctricas, por lo tanto, no solo es un imperativo jurídico: es moral.

Sin embargo, para cambiar el cronograma de descarbonización propuesto por el gobierno por uno más sustentable, requerimos el apoyo de una ciudadanía activa, vigilante e informada. El movimiento social y el conocimiento científico son fundamentales para instar a los cambios que la sociedad requiere a nivel político, empresarial y ciudadano.

Hace más de 200 años que los científicos nos vienen advirtiendo de las consecuencias de nuestras acciones y que los cambios que se requieren son importantes y urgentes. La acción climática, por tanto, debe ser en todos los niveles de la sociedad y debe ser hoy: partamos por el fin al carbón de una vez por todas.

Isabel Allende Bussi