La ex delantera del Valencia FC y figura indiscutida de la Roja contó detalles sobre los inicios de su carrera y reflexionó sobre la importancia de protagonizar junto a sus compañeras el próximo Mundial de Francia: «Es una forma para que las niñas que vienen de abajo vean que sí se puede, que si les gusta no lo dejen de hacer».
Es figura del equipo que logró una clasificación histórica al Mundial de Francia 2019 y la 10 indiscutida del plantel chileno. Yanara Aedo es una de las delanteras más exitosas del fútbol chileno y por estos días se prepara para enfrentar un desafío con el que siempre soñó.
Antes de eso, la futbolista nacida en Temuco comenzó a construir su carrera con gran esfuerzo. Lo primero fue esquivar los prejuicios de la sociedad para defender la pasión que albergó desde niña: jugar al fútbol todo el día, sobre todo en los recreos en el colegio «Me gustaba ir porque en el recreo jugábamos, era ir porque jugaba. Llegaba a la casa, me cambiaba de ropa y jugaba. Estaba todo el día jugando a la pelota, era lo único que hacía», confiesa.
A los 14 años tuvo que dejar su casa para vivir en Santiago y comenzar a proyectar su futuro. En el microdocumental de Chilevisión «Ellas son mundiales», Yanara cuenta que «me vieron con 14 años de la selección, me dijeron que para poder estar en la selección me tenía que ir a Santiago. Temuco es mucho más chico, la gente es mucho más tranquila. Fue difícil. En los primeros tres meses no había noche que no llorara. Llegaba del colegio, almorzaba, agarraba mis cosas e iba a entrenar con la selección y en la noche era llorar porque echaba de menos».
Lo más difícil fue tener que sufrir en silencio durante un largo tiempo para no alejarse del fútbol: «Sabía que si lo decía me tenía que devolver, entonces me lo trataba de aguantar hasta que empecé a hacer amigas, me empecé a acostumbrar y me empezó a gustar».
El deporte la llevó a conocer a varias de las seleccionadas chilenas, las que acumulan años de experiencias compartidas. Al respecto, la ex Valencia FC destaca que «somos un colectivo en el que todas tenemos un rol importante”.
En 2018, Yanara y sus compañeras alcanzaron el vicecampeonato en la Copa América disputada en Chile. A su juicio, la posibilidad de protagonizar estas hazañas para el deporte chileno es también «una forma para que las niñas que vienen de abajo vean que sí se puede, que si les gusta no lo dejen de hacer».
De cara a la cita planetaria que comienza este viernes en Francia, la delantera que jugó el Mundial sub-17 de Trinidad y Tobago 2010 confiesa el orgullo de vestir La Roja y de estar viviendo un momento histórico: «Te emociona escuchar el himno, te dan ganas de llorar en el himno porque al ser fútbol femenino todo te ha costado el doble y haber clasificado a un mundial adulto es una sensación de mucha alegría”.
