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La Plataforma Política Mapuche exigirá que el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, sea citado a la comisión de Pueblos Indígenas para que dé explicaciones por la intervención de militares en este proceso en Valdivia.
La Consulta Indígena que lleva adelante el Ministerio de Desarrollo Social ha tenido amplio rechazo en el mundo mapuche. Este jueves se dio a conocer la presencia de militares al interior del Hotel Melillanca, en Valdivia, donde estaba previsto que se realizara una consulta.
El Cuartel General III División de Montaña confirmó, a través de un comunicado público, que “se le otorgaron las facilidades para que personal militar de etnia mapuche, asistiera voluntariamente a esta invitación del Ministerio de Desarrollo Social y Familia”. La situación fue inmediatamente rechazada por los comuneros que se manifestaron a la salida, pero fueron reprimidos por carabineros.
A raíz de esto, se ha pedido que el Ministro del Interior, Andrés Chadwick, y el Ministro de Defensa, Alberto Espina, aclaren públicamente la situación, considerando que este proceso debe garantizar el consentimiento previo, libre e informado.
Desde la Plataforma Política Mapuche, el dirigente Sergio Millalen, dijo a El Desconcierto que este rechazo responde a la imposición de un proceso desde el gobierno que pretende cambiar la ley indígena. A esto agrega que «la consulta se realiza en medio de una militarización del territorio mapuche con el Comando Jungla y la arremetida económica del Plan Impulso Araucanía».
La apuesta de las comunidades es que el gobierno retire la consulta y desde la Plataforma Política Mapuche, en particular, exigirán que el ministro Moreno sea citado ante la comisión de Pueblos Indígenas de la Cámara para que dé explicaciones por esta situación.
“Lo que sucedió en Valdivia es inaceptable, habíamos encontrado carabineros en consultas, pero esto superó todo límite, hay mala fe”, sostiene el dirigente de esta organización Sergio Millalen.
Ante esto, acusan que hay amedrentamiento y un planteamiento engañoso del diálogo. “El gobierno pretende dialogar, pero con las armas sobre la mesa”, concluye Millalen.
