La lucha legal por un trato igualitario de la imparable selección de fútbol femenino estadounidense

Solo por mencionar unos datos, la selección femenina de fútbol de Estados Unidos ha ganado tres veces la Copa del Mundo y cuatro veces la medalla de oro en los Juegos Olímpicos (de las seis ocasiones en las que participaron). Si esto no fuera suficiente como para justificar su superioridad deportiva, basta con revisar el encuentro que sostuvieron el martes pasado contra Tailandia: el resultado fue 13-0 en favor de las norteamericanas.

Sus pares masculinos no han ganado nunca una Copa del Mundo y el mejor resultado que lograron en los Juegos Olímpicos fue el cuarto lugar el año 2000.

Las diferencias en la cancha no se reflejan fuera de ella. Al menos así lo demostraron en marzo pasado las 28 jugadoras (incluida Alex Morgan, la goleadora del grupo), cuando presentaron en la corte del distrito de Los Ángeles, una demanda por discriminación de género contra la U. S. Soccer, federación de la cual dependen.

En una parte de los puntos que presentaron como argumentos, las futbolistas ejemplificaron con el caso de sus pares hombres: la cantidad mínima de dinero que la federación le paga a ellos va a de los cinco mil a los 17 mil dólares, dependiendo solo del rival y no del resultado; mientras que para ellas no existe pago mínimo. Es más: de acuerdo a un artículo publicado por El País, ellas solo cobran bonos únicamente si juegan contra uno de los 10 primeros equipos del ranking FIFA, y solo si ganan. Es decir, no hay dinero por empates o derrotas.

En un extracto de la demanda, publicado por BBC, el equipo argumenta que «a pesar del hecho de que jugadores femeninos y masculinos están llamados a desempeñar las mismas responsabilidades laborales en sus equipos y participar en competiciones internacionales para un único empleador común, la USSF, a las mujeres se les ha pagado constantemente menos que a sus contrapartes masculinas».

En mayo pasado, la U. S. Soccer presentó una respuesta en la que no negaron el pago diferido por género. Según un artículo de The New York Times, la federación argumentó que la acción legal de las mujeres responde a «diferentes estructuras de pago para realizar diferentes trabajos» y que no pueden ser comparados en absoluto. Una afirmación evidente si de resultados se trata.

El conflicto legal aún no termina. Ahora queda esperar la resolución y, por cierto, el resultado en la cancha que La Roja pueda lograr contra sus siguientes rivales: el llamado «mejor equipo de fútbol del mundo».