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“Perdí a mi hija y mi útero por una negligencia médica”: La denuncia por violencia obstétrica contra el Hospital El Pino

Por: Natalia Figueroa | Publicado: 26.06.2019
“Perdí a mi hija y mi útero por una negligencia médica”: La denuncia por violencia obstétrica contra el Hospital El Pino foto (1) |
Norma Ortiz acusa negligencia del recinto hospitalario ante la excesiva demora en la atención en urgencias. El Hospital El Pino realizó una auditoría que calificó el hecho como un «accidente obstétrico». Pero Norma cree que no fue así. Por eso, ahora busca que se dignifique la atención a las mujeres en el sistema de salud público.

Tras horas de espera, y con contracciones muy fuertes, Norma Ortiz (27) ingresó al pabellón de la maternidad del Hospital El Pino, en San Bernardo. A pesar de que estaba un poco adormecida por la anestesia y los medicamentos que le dieron para contrarrestar el dolor, pudo ver lo que pasaba por el espejo de una de las puertas de esa sala:

–Estaban las enfermeras y el doctor. Me dijeron ´mamita, por favor, no vaya a cerrar los ojos, quédese tranquila´ (…) Vi salir a mi bebé y algo que se parecía a la placenta–, cuenta a El Desconcierto.

Al rato se le acercó el doctor; lo notó preocupado. Fue cuando se enteró que su hija había nacido muerta. El nombre que había escogido con su pareja para ella era Antonella. Pero no fue solo eso: se trató de un parto con histerectomía. Es decir, le extirparon el útero.

–Me dijeron que tuve una hemorragia muy fuerte y que me tuvieron que sacar el útero. Pero nunca me explicaron por qué, si yo llegué a ese hospital bien. En el primer monitoreo que me hicieron se escuchaban los latidos de mi bebé. Yo estaba sana–, relata.

Este era el cuarto embarazo de Norma; de los anteriores, dos fueron partos espontáneos y, el tercero, una cesárea. Nunca tuvo complicaciones. Apenas se enteró de este embarazo, dejó de fumar y bajó la intensidad de su trabajo como ejecutiva de ventas en terreno. Según el último control médico que le hicieron, una semana antes de la cesárea, su embarazo progresaba con total normalidad.

Las contracciones comenzaron la tarde del 30 de abril pasado. Aunque Norma vive a pocas cuadras del hospital, decidió irse en auto junto a su suegro y su pareja. Una vez en la urgencia, la atendieron dos matronas durante las tres horas que pasaron para que finalmente la ingresaran a pabellón.

Por su experiencia en los partos anteriores, ella sabía que era un proceso largo, pero como las contracciones eran muy fuertes, de inmediato, pidió que la atendiera un médico. Le dijeron que no estaba lo suficientemente dilatada y que ambos médicos estaban ocupados, que esperara y que aprovechara de caminar porque tampoco había camillas disponibles. Norma insistió.

El dolor aumentaba y, según cuenta, lo sentía por las costillas. ¿Por qué seguir esperando?

En medio de todo, le dijeron que “no se quejara tanto”, que “tenía que saber que así era el dolor del preparto”. Reconoce que fue una experiencia traumática.

Recuerda, además, el diálogo con la segunda matrona que la atendió, una conversación que le quedó grabada:

–¿Te dijeron algo?

Nada, le respondió ella. La información era confusa.

–Es que le toco la carita a tu bebé, pero no viene de cabeza–, le advirtió.

Luego, hablaron las dos matronas que la atendieron: una dice que Norma tenía várices en la vagina; la otra le respondió, que eso no le preocupaba tanto como la posición de su guagua.

Recién ahí, Norma dice que llegó el médico corriendo a atenderla.

–Tengo 27 años, perdí a mi hija y mi útero por una negligencia. Quiero que se haga justicia–, declara.

La mujer acusa violencia obstétrica.

«Fue un accidente obstétrico»

A raíz de esta denuncia que se cursó por los canales formales del recinto de salud, el Hospital El Pino realizó la auditoría n°42/2019. La conclusión de esta investigación indicó que su caso fue: “muerte fetal inevitable. Accidente obstétrico, no se puede dilucidar falta de atención, demora ni negligencia en la atención”.

Además, desde la unidad de ginecología negaron alguna responsabilidad ante el reclamo por violencia obstétrica. Le dijeron que se le había ofrecido ayuda psicológica y que si quería seguir adelante podía presentar un reclamo ante el Consejo Defensa del Estado (CDE) o la Superintendencia de Salud, si el establecimiento dependía de la corporación municipal.

Contactados por El Desconcierto para manejar más antecedentes, no obtuvimos respuesta al cierre de esta edición. No se pudo despejar el motivo de la excesiva demora para que Norma fuese atendida por el médico e ingresada a pabellón, pese a las reiteradas solicitudes que hizo a las matronas.

Su abogada, Fabiola Aliante, integrante del Movimiento Chile de Pie, reconoce que no es el primer caso que les llega por violencia obstétrica en ese recinto hospitalario.

“Con esto, claramente, ninguna mujer puede ir tranquila a la maternidad de ese hospital. Nada asegura que, aún teniendo controles que indican que el embarazo está dentro de la normalidad, no termine en un accidente obstétrico como ellos lo llaman. Se están excusando de una manera brutal”, señaló la abogada.

Y a esto, agregó que seguirán adelante con una querella contra todos los que resulten responsables, buscando que se dignifique la atención a las mujeres en el sistema de salud público.

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