Ana Prada le da sentido a su música: «Tengo ganas de poner mi arte al servicio de gente que lo necesita»

Abiertamente comprometida con las luchas sociales. Así se siente la cantante y compositora uruguaya Ana Prada, quien vuelve a reencontrarse con el público chileno después de 8 años de su última visita.

Desde que comenzó su carrera solista en 2006 con su disco «Soy Sola», la uruguaya se ha inscrito como una de las figuras del folclore latinoamericano. Su reconocido trabajo la ha llevado a colaborar con grandes artistas, como Teresa Parodi, Jorge Drexler y León Gieco. 

Para su reencuentro con Chile, la charrúa preparó un show llamado «Otra pecadora sola», en el que hará un repaso por sus tres discos solistas. Sin embargo, este espectáculo, que se realizará este viernes en el Teatro Nescafé de las Artes, también contará con la particularidad de tener a cuatro chilenas en el escenario. Hablamos de Yorka, Maida Larraín, Natalia Contesse y Paz Court, quienes se encargarán de hacer un verdadero «aquelarre» con Prada.

«Yo creo que en la música profesional, como en cualquier otra profesión, a las mujeres siempre nos ha costado más. No nos olvidemos que hace no tanto años teníamos que pedir permiso para poder trabajar fuera de la casa o para votar», plantea la uruguaya, quien se ha transformado en ejemplo de lucha por la defensa de los derechos de la mujer en su país al tomar la decisión de tener un hijo con su pareja, Pata Kramer.

«Es hora de empezar a visibilizar más a las mujeres a través de la programación en festivales o de shows y que la cosa se vuelva un poco más pareja, porque hoy por hoy, en 2019, hay un montón de mujeres trabajando de manera muy profesional en la música con unos show maravillosos a la altura de cualquier festival», agrega.

-Es de público conocimiento que has participado en campañas contra la violencia de género en Uruguay. ¿Cómo ha sido vincularte con la lucha feminista?

-Ha sido un gran aprendizaje. A través de mis canciones y, sobre todo, en el disco «Soy pecadora», al hablar de mi vida, de mis opciones y de mi realidad, también me he sentido identificada con las minorías discriminadas, no sólo como mujer. Cuando una tiene una cierta visibilidad y posibilidades de salir en los medios, de pararte frente a un público a cantar, pero también a decir cosas a través de las canciones, tienes una gran responsabilidad y me parece muy importante la lucha contra la violencia de género, la lucha por la igualdad de derechos.

Estoy muy dispuesta a participar en ese tipo de campañas. Me interesa conquistar todo eso. Ahora se está trabajando mucho en Uruguay también con el tema de la violencia en el noviazgo, para empezar más temprano con estas temáticas, trabajando con los muchachos, con las muchachas, con la gente joven, para poder ir sacando esa idea de que para llamarle la atención a alguien tienes que ser violento o tienes que gritar, que son cosas que se ocupan mucho cuando uno es más chico.

-En este show compartirás escenario con cuatro artistas chilenas. ¿Es importante para ti esta faceta de compartir el arte más allá de realizar presentaciones?

-Sin lugar a dudas. Este trabajo te da la oportunidad de conocer diferentes países y, sobre todo, conocer diferentes músicos. Sobre todo músicos más jóvenes. Algunas de ellas son muy jovencitas y tienen una propuesta súper fresca. Entonces, me parece muy enriquecedor recorrer los lugares y traerme nuevos materiales y cosas. Escucho todo. Me tomo mi tiempo. Te vas enriqueciendo. Hay tanta música hermosa por Latinoamérica. Es muy interesante hacer esos contactos y esos intercambios.

-Estudiaste psicología y llama la atención la idea de componer discos desde la perspectiva del ser, como una especie de exploración del mundo interior. ¿Tiene algo de eso tu faceta como compositora?

– Cuando uno dice, «tu eres psicólogo», o «tu eres músico», de cierta manera, es fundante y formante y se convierte es un cristal por donde uno mira el mundo. Quizás si hubiera estudiado química tendría un método más científico y más concreto para componer, o quizás hasta para la vida.

Bueno, la psicología, como una enorme ciencia humana, que trabaja sobre todo con el inconsciente, con lo no dicho y con lo no visto, te abre un montón de puertas de cómo mirarte a ti mismo primero y después al mirar el mundo tienes una lectura un poco más sesgada. Eso quizás se trasluce en mis canciones y, sobre todo, en los títulos. “Soy sola” fue porque es mi primer trabajo solista. Es como un dicho bastante campero, porque podemos estar acompañados, pero somos solos.

Después surgió la canción “Soy pecadora” para ponerle al siguiente disco que justamente daba mucho juego con el disco anterior. Luego, “Soy otra”, fue un título un poco más pensado porque ya estaba más transitada en estos caminos de la música, con una cierta exposición, no mucha tampoco, pero de alguna manera me puse a pensar que lo que uno ve de un artista en un escenario es lo que uno proyecta sobre ese artista, pero no lo que ese artista es realmente. Eso es un proceso que hacemos de manera permanentemente con la persona que tenemos al lado, con la pareja, con el amor, con todo.

-Tomando en cuenta lo que fuiste y lo que eres ahora. ¿En qué momento de tu carrera estás? 

-Si tú lo descubres te agradecería que me lo comuniques. En este momento, te puedo decir que soy madre de un bebé de 16 meses, que camina y habla. Soy una mujer ya madura, grande, crecida, que ahora por fin asume que su trabajo, por más que estudió otras cosas, ojalá sea, por el resto de sus días, poder seguir cantando y compartiendo sus canciones con la gente.

Tengo felicidad para compartir. Tengo ganas de ayudar a otras personas que no están bien, ganas de poner mi arte al servicio de gente que lo necesita, que necesita que se digan determinadas cosas, trabajar por los derechos de las mujeres, trabajar por la igualdad, contra las injusticias sociales. Yo quiero dar una mano al que lo necesite.