Acorralados: Las volteretas del gobierno por las 40 horas

El debate ha sido intenso durante estos últimos días: mientras el proyecto que propone la reducción de la jornada laboral a 40 horas, liderado por la diputada Camila Vallejo (PC), ha ido ganando terreno, en el oficialismo han quedado al descubierto las fisuras ante su propuesta de flexibilidad laboral.

Desde la oposición acusan que el gobierno ha improvisado, que se ha visto obligado a retroceder frente a la arremetida de la oposición y que, en particular, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, ha perdido piso político. 

Precisamente, las volteretas del gobierno tuvieron un punto de inicio con los dichos del propio presidente Sebastián Piñera. Hace algunas semanas el Mandatario señaló que el proyecto presentado la diputada comunista era inconstitucional y que acudirían al Tribunal Constitucional (TC) de seguir avanzando en el Congreso.

Sin embargo, con el transcurso de los días y con encuestas que demostraban el creciente apoyo ciudadano a la iniciativa de la parlamentaria comunista, el Ejecutivo cedió, intentando neutralizar la propuesta. Aunque con una reducción mínima en comparación a la propuesta de la oposición: 41 horas laborales en promedio.

Pero, finalmente, acorralado en el debate, Monckeberg se abrió a la posibilidad de fusionar ambas propuestas. “No hay inconvenientes; de hecho, esa mixtura es lo que buscaba la propuesta del Ejecutivo”, aseguró, aunque sin perder el foco en mejorar la productividad.

Pese a esta “apertura” del gobierno, la diputada comunista descartó la posibilidad de una eventual fusión de las iniciativas, considerando que están en trámites distintos: uno en la Cámara y el otro en el Senado.

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Esa estrategia cambiante que ha dejado ver el Ejecutivo lleva a la presidenta de la comisión de Trabajo de la Cámara, la diputada Gael Yeomans (Convergencia Social), a pensar en un trasfondo claro: la nula intención de reducir la jornada y más bien de reaccionar ante una discusión clave en la agenda laboral que se les está escapando de las manos.

En opinión de la parlamentaria del Frente Amplio, la iniciativa de Piñera se volvió indefendible con el correr de los días. “Considerando que la comisión de Trabajo ya votó en general el proyecto, e inició su discusión particular, ahora el Ejecutivo tendría que sacar el proyecto que tiene en el Senado y presentar otro porque el de flexibilidad laboral contiene varios aspectos que no tienen relación con la moción”, explica Yeomans.

La otra opción, plantea, sería que presenten indicaciones al proyecto de 40 horas, pero como el propio gobierno ha dicho que es inconstitucional finalmente les quitaría piso optar por esto. Además, ve poco probable que el Ejecutivo presente indicaciones al proyecto porque aun estarían entrampados en la discusión.

Aunque para el presidente de Renovación Nacional (RN), el diputado Mario Desbordes, esto iría en otra dirección. Sostiene que el gobierno ha logrado retomar la ofensiva de un proyecto que sería mejor que el de la diputada Vallejo: “sin tratar de demonizar, creemos que le faltaban cosas para ser un proyecto ajustado a los tiempos actuales, como es la flexibilización de la jornada y no de los contratos”, indica a El Desconcierto.

Agrega, además, que hablar de improvisación por parte del Ejecutivo es exagerado considerando que el proyecto cuenta con más de 70 artículos que podrían ser modificados en la tramitación legislativa.

/ Diputada Camila Vallejo. Agencia Uno

Puntos para la oposición

Desde la oposición, reconocen que el proyecto ha logrado unificarlos y que el apoyo comunicacional está puesto en el proyecto de 40 horas. Pero, el diputado Gabriel Silber (DC) advierte que es necesario capitalizar lo que se ha ganado en este debate, que se ha convertido en un gallito político, más que en un debate laboral.

“Este proyecto lo lidera una generación de recambio, que tiene un liderazgo importante y la unidad que se ha generado es relevante para cimentar apoyos o articulaciones políticas para el futuro”, aseveró el parlamentario integrante de la comisión de Trabajo de la Cámara.

Desde la DC adelantaron que presentarán indicaciones, en específico, agrega Silber, porque esperan mayores señales para las pymes. “Es necesario tener ciertos indicadores sobre la mesa para dar esta discusión: las bajas cifras de crecimiento y ahora la crisis ad portas que podría tener Argentina de caer en un eventual default como el de 2001”, concluye el diputado.