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Chico Buarque, la dictadura chilena y los Vengadores gays: los casos de censura que marcan el autoritarismo en el Brasil de Bolsonaro

Por: Victor Farinelli | Publicado: 15.09.2019
Chico Buarque, la dictadura chilena y los Vengadores gays: los casos de censura que marcan el autoritarismo en el Brasil de Bolsonaro censura 1 |
La censura a Chico Buarque no es algo fuera de lo normal en este Brasil de Bolsonaro. El mes pasado hubo otro caso que se relaciona con la historia de Chile. Se trata del libro Meninos Sem Pátria (“Niños Sin Patria”), uno de esos textos infantojuveniles escritos especialmente para estudiantes de entre 6º y 8º básico, que cuenta la historia de un periodista brasileño que decide huir de Brasil con la familia tras el golpe de Estado militar en ese país (en el año 1964), y se viene a Chile, donde vive hasta el 11 de septiembre de 1973, cuando trata de huir nuevamente.

No son pocos los que se resisten en calificar al presidente brasileño Jair Bolsonaro como un dictador, con el argumento (correcto, por cierto) de que fue elegido por las urnas (volveremos a esa idea en la conclusión).

Entre esos resistentes está el Palacio de La Moneda y una docena de medios chilenos que se escudan en ese pensamiento para tergiversar sobre las prácticas del gobierno de Bolsonaro, que incluyen muchas características típicas de las viejas dictaduras latinas, como la persecución de opositores, uso del Estado en beneficio propio y por supuesto la censura.

Los casos de censura en este primer año de gobierno han sido muchos, e incluyen también otros elementos que ya citamos, como la persecución a opositores, como podemos ver en el caso más reciente: esta semana, el Festival Cine Brasil 2019, que ocurre en Montevideo, fue obligado a sacar de cartelera la película “Chico: Artista Brasileiro”, una biografía del famoso cantautor Chico Buarque, porque la embajada de Brasil en Uruguay, que es una de las patrocinadoras del evento, vetó la exhibición de obras “vinculadas a la izquierda”.

Para contextualizar, aunque no sea un político, Chico Buarque siempre ha sido un artista posicionado políticamente, además de ser hijo del antropólogo Sérgio Buarque de Hollanda, uno de los fundadores del PT (Partido de los Trabajadores), junto al entonces líder sindical y después presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

La censura a Chico Buarque no es algo fuera de lo normal en este Brasil de Bolsonaro. El mes pasado hubo otro caso que se relaciona con la historia de Chile. Se trata del libro Meninos Sem Pátria (“Niños Sin Patria”), uno de esos textos infantojuveniles escritos especialmente para estudiantes de entre 6º y 8º básico, que cuenta la historia de un periodista brasileño que decide huir de Brasil con la familia tras el golpe de Estado militar en ese país (en el año 1964), y se viene a Chile, donde vive hasta el 11 de septiembre de 1973, cuando trata de huir nuevamente.

La municipalidad de Río de Janeiro, administrada por el alcalde Marcello Crivella (conocido aliado de Bolsonaro), prohibió el texto en las escuelas municipales, por considerarlo “ideologizado”.

Pero esa no fue la polémica más grande respecto a Crivella, que además de gestor municipal es también uno de los principales líderes de la poderosa mega empresa evangélica: la Iglesia Universal del Reino de Dios, también conocida por su entrada en el mundo de la política en alianza con el bolsonarismo.

En el primer fin de semana de septiembre, durante la Feria de Libro organizada en la ciudad, el alcalde obligó a la organización del evento a censurar un comic de Marvel llamado Avengers: The Children’s Crusade (“Vengadores: La Cruzada de los Niños”), debido a que la historia tenía una pareja gay.

El comic muestra una especie de equipo sub-20 de los héroes clásicos de Marvel, los Jóvenes Vengadores, y entre ellos hay dos personajes que se descubren enamorados: Hulkling y Wiccan.

Lo insólito sobre esa censura decretada por la municipalidad carioca es que fue específicamente sobre la portada de la revista, lo que es increíble, porque no hay ningún indicio en esa portada que insinúe que los dos personajes son una pareja (aunque ellos están allá, junto con todos los héroes del equipo).

Además, en las páginas internas, tampoco hay escenas de contenido sexual. Las únicas demostraciones de afecto gay son dos escenas de besos, una de ellas de página entera, pero no más que eso. Pero fue lo suficiente para que Crivella, obligara a la editorial a exponer la obra envuelta en un plástico negro. Pero la medida de censura se convirtió en la mejor propaganda: Avengers: The Children’s Crusade fue el mayor éxito de ventas de la Feria, con los ejemplares agotados antes del último día, y superando incluso al comic del equipo principal de Los Vengadores, que tenía la ventaja de acompañar el éxito de la reciente película de los héroes más importantes de Marvel.

El cuarto caso de censura tiene que ver con la película Marighella, una cinebiografía del histórico militante comunista brasileño Carlos Marighella, que luchó contra la dictadura brasileña y por ella fue asesinado. La obra tuvo una buena recepción en el Festival de Berlín, pero ha sido todo lo contrario en su país de origen: la Ancine (Agencia Nacional de Cinema de Brasil) ha impuesto restricciones a la película, además de exigir una serie de trámites nuevos a los realizadores, lo que obligó a postergar el estreno de la película en las salas brasileñas en al menos dos semanas.

Según el periodista y crítico de cine brasileño Mário Magalhães hizo su protesta sobre este caso en twitter, hace algunos días: “esta es la película (Marighella) que no se puede estrenar en Brasil. Es la historia que no quieren que sea conocida. Es este el personaje que pretenden condenar al olvido. El olvido es amigo de la barbarie”.

Marighella es la película que marca el debut en la dirección del actor brasileño Wagner Moura (el que hizo Pablo Escobar en la serie Narcos, de Netflix). También es protagonizada por Seu Jorge, actor conocido por el personaje Mané Galinha, el rival de Zé Pequeno en la clásica Ciudad de Dios.

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